Ea,
ya están aquí los días de los vellos de punta, del
pellizquito, del repeluco. del escalofrío.
-Por las cofradías,
¿no?
Qué cofradías ni
cofradías... ¡Por el estreno de esta Sevilla de
dulce que nos está poniendo don Alfredo! Si el
Domingo de Ramos el que no estrena no tiene manos,
Don Alfredo va a tener más manos que la estatua de
una diosa hindú. No manos manirrotas, so mal
pensado: manos que miran por nuestra peseta, que
escatiman el gasto hasta el último céntimo. Ayer
Don Alfredo inauguró todo lo inaugurable y lo que
queda lo abre hoy. Y yo, al pensarlo, vamos, ni
Amargura por Sor Angela, ni nada. Esas son
tonterías al lado de lo que vamos a sentir hoy
mismito, cuando pasemos por esa Puerta Jerez y
veamos que la han puesto llenita de bancos de Ikea...
-No me diga usted
esas cosas, que mire usted cómo se me están
poniendo los vellos nada más pensar en los bancos
de Ikea... ¡Como escarpias!
Pues ahí no queda la
cosa. Estoy deseandito que venga ese Antonio
Santiago mandando el blanco palio de La Paz junto
a la Fuente de los Meones y su chiquilla de usted,
la Vanessa, la que es tan aficionada a la
fotografía, saque esa foto impresionante del palio
junto al poste gordo y retotollúo de la
catenaria...
-No siga usted...
!Qué culebrina de emoción siento por la espalda
arriba!
Déjame que te
cuente, limeña. Esa Virgen de la Paz por la Puerta
Jerez, ese palio, esa cuadrilla sobre los pies, y
al lado de las bambalinas, ese pedazo de poste de
las catenarias. ¿Se imagina usted la foto tan
emocionante que va a hacer su Vanessa? Ni la
Virgen de los Gitanos con la mantilla blanca, ni
las manos del Gran Poder, ni ná, ¡qué pedazo de
foto cofradiera de la catenaria!
-No, usted lo que
quiere es que me dé a mí un infarto con tantas
emociones sevillanísimas...
Pues tómese un
tranxilium, porque queda lo mejor: esa cofradía de
San Roque por la Ronda, al lado del carril bici...
-Es que no hay nada
más sevillano ni más cofradiero que un buen carril
bici, yo siempre lo he dicho...
Como que estoy
deseando que salga el palio de Gracia y Esperanza
para verlo andar al lado del carril bici. Mire,
mire cómo se me están poniendo los vellos de
punta. Claro que el itinerario de ida no será nada
comparado con la vuelta. ¿Usted ha pensado que San
Roque pasará de vuelta por La Alfalfa?
-¿Qué me está usted
diciendo?
-Lo que le digo,
usted: mire Er Pograma de ABC mañana y recorte la
hoja...
-¿Y eso significa
que por fin vamos a poder ver pasar un paso de
palio por debajo de las farolas-ducha de La
Alfalfa? ¡Qué cosa más sevillana, Dios mío de mi
alma! No, si esta vez no me da el infarto no me da
ya nunca...
Pues tómese ahora un
lexatín, porque lo que le digo no será nada al
lado de mañana noche, cuando La Hiniesta, de
vuelta, al salir de Francos, entre por la Piel
Sensible de la Plaza del Pan.
-¡Vamos, que eso es
para irse ya a coger sitio! ¡Bofetás va a haber
para ver allí a La Hiniesta! ¡Qué maravilla tiene
que ser el contraste de ese palio azul con esas
farolas apalmeradas!
Ahora que dice usted
lo de farolas apalmeradas: acolapsá, acolapsaíta
como La Palmera de Don Manué va a estar de
criaturitas la Plaza del Pan, para ver a La
Hiniesta en esa maravilla sevillanísima. Claro que
nada de esto será como el Jueves Santo por la
tarde, cuando el palio de cajón clásico de Las
Cigarreras pase al lado de las farolas-supositorio
de Alberto Corazón que han plantificado en el
puente de San Telmo, con su pedazo de carril bici
junto a los faldones...
-Usted lo que quiere
es que me dé a mí algo con tantas emociones.
No, yo lo que quiero
es que este alcalde no sea tan rácano y se gaste
de una vez nuestro dinero para anunciar todas
estas maravillas, a cuál más sevillana (por los
cojones). Que por ejemplo ponga todo esto en la
guía QDQ, con su pedazo de mapa del Metro. No hay
nada más útil que un buen plano del Metro para ir
a ver las cofradías en la Ciudad de las Personas.