ANTONIO
BURGOS | EL RECUADRO
Correo
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ABC, 27
de noviembre de 2013 |
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Susana la Agradaora |
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Estaba, engominado y
elegante, vaso en mano, acodado en la barra del bar de moda,
como proclamando el Principio de Arquímedes del poeta Antonio
Hernández, que cuando se acercaba a un mostrador decía:-
-- Dadme un punto de apoyo y
me bebo Domecq y González Byass.
Iba muy bien trajeado y mejor
maqueado, y a leguas se le veía que no la había doblado en su
vida. Me impresionaron su planta de virrey destronado y sus
elegantes maneras. Pregunté:
--¿Quién es ése? ¿Un marqués
tieso?
--Qué va... Este es uno que
ha estado toda su vida en Jerez de agradaó de los Domecq.
--¿De qué?
--De agradaó..
-- ¿Qué es agradaó? ¿Un
oficio de las bodegas de Jerez, como arrumbador o algo así?
-- Qué va, hombre...
-- Ah, es una cosa del campo,
de las viñas...
-- Tampoco. Mira: agradaó es
lo que su mismo nombre indica. Uno que se dedica a hacerle la
vida agradable a la gente, y como lo hace tan divinamente, pues
incluso vive de eso, de lo que le dan unos y otros por
contentarles el oído. El agradaó es como un flamenco, pero ni
canta, ni baila, ni toca la guitarra ni nada de nada: su arte es
la palabra, el halago. ¿Que don Jaime estrena una corbata? Pues
el agradaó va y le dice: "Don Jaime, vaya corbata más bonita
trae usted, qué pedazo de corbata, me cago en la mar, ¿dónde se
ha comprado usted esa corbata?". Y de eso vive el agradaó,
porque el agradaó, tras haber peloteado a don Jaime, como suele
estar tiesecito, le dice: "Por cierto, don Jaime, a ver si me
puede usted dejar ahí cien euros para los gastitos de la casa,
que mañana sin falta se los devuelvo..." Don Jaime sabe que ese
mañana de la devolución no llegará nunca, ¿pero va a quedarse
sin agradaó el día de mañana, y el de pasado, y el otro? Suelta
don Jaime los cien euros y suelta lo que tenga que soltar...
Quedé al cabo de la calle de
lo que era el agradaó, y al llegar a casa lo miré en el
Diccionario. Donde viene perfectamente el que yo creía personaje
exclusivo del Marco de Jerez. Dice el DRAE: "Agradador: adj.
poco usado. Que procura agradar". El DRAE está equivocado. De
poco usado, nada; usadísimo. Ya en Jerez y en su Marco apenas
quedan agradaores, porque a las multinacionales del vino no les
gustan. Ahora todos los agradaores están en la Junta de
Andalucía y en el PSOE, donde los hay a manojitos, diciendo a la
gente lo que quiere oír. ¿Qué es un mitin político, sino ponerle
paño al púlpito para una serie de agradaores que dicen
justamente lo que el público desea escuchar, como el elogio de
la corbata que don Jaime se compró en la sastrería de García en
Gibraltar?
Mas por aquello de la
igualdad de género, en el Congreso que el PSOE-A ha celebrado en
Granada se ha inventado lo que hasta ahora no existía: la
agradaora. Como ciudadanos y ciudadanas, agradaores y
agradaoras. El dedo de Griñán, cuando dio la espantá al
comprobar que la juez Alaya había hecho hilo con él, puso de
presidenta de la Junta a una agradaora. Ahora los socialistas
andaluces la han nombrado secretaria general. Es Susana Díaz. Es
una agradaora de la escuela de Pepe Bono, que dice lo que cada
uno quiere escuchar, profesional del contento de oídos. ¿Que
Susana habla a los del PP? Les dice lo de la unidad de España.
¿Que Susana habla a los del PSOE? Les dice lo del "nuevo
tiempo". Y de los ERE, ni mijita. Y sobre los mangazos de la
UGT, de Belinda. Como el agradaor jerezano de la corbata de don
Jaime, pero a babor y estribor, a la derecha y a la izquierda.
Que sea verdad o mentira, poco importa. Susana Díaz se ha ganado
el estrellato agradando a la gente, que escucha de su boca
justamente el embuste que a cada uno le gusta oír.
------FIN,FIN,SIN-----SIGUE
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Biografía de Antonio Burgos