Diario El Mundo

El Recuadro

 Antonio Burgos

El Mundo de Andalucía,  martes 2 de junio  de 1998


Apócrifo de Soto Ancho

Rafael Alberti Merello es tío de Soto Ancho por la parte de Merello

Artículo "a la manera de" El Marqués de Soto Ancho, sobre la visita de los Reyes a Rafael Alberti en El Puerto de Santa María

Para Alfonso Ussía

Lo que más le gusta a mamá es que los Reyes vengan a la provincia de Cádiz, a ver si un día paran en casa y pone las cadenas en la puerta, como Tana en Monterrey. Aunque vengan a ver un rojo, dice, lo importante es que vengan. Se empieza viniendo a ver a Alberti y se acaba en una montería en casa de tío Jaime, que es lo que los Reyes tienen que hacer, ir de monterías y dejarse de rojos. Mamá dice que hay que ver lo que les gusta a estos Reyes un rojo. Ella no se lleva muy bien con tío Rafael porque se metía mucho con Franco. Hija, mamá, le digo, es que nosotros tenemos un manual de Literatura por árbol genealógico . Somos sobrinos de tío José María Pemán, que estaba casado con una Domecq, y de tío Rafael Alberti por la parte de Merello. Como ahora en el rosario ya no rezamos por la conversión de Rusia, porque los rusos son ya de los nuestros, lo aplicamos por la conversión de tío Rafael, que le hace más falta. Mamá no lo dice, pero espera que el Rey lo convierta en esta visita.

Lo que no sabe mamá es que a mí me gusta mucho que los Reyes honren toda la parte literaria de nuestra familia, lo mismo a tío José María Pemán, que era totalmente nacional, que a tío Rafael Alberti, que sigue siendo rojo perdido y que lo enseñan como en una reserva de comunistas que ha hecho el alcalde del Puerto, en plan Doñana, en una casa que antes era de tía Cristina. Mamá se puso muy contenta cuando los Reyes vinieron a Cádiz a lo de Pemán, pero ahora no le gusta que vengan a lo de tío Rafael. Yo trato de explicarle que los Reyes lo son de todos los españoles, de tío José María y de tío Rafael. Pero tío Rafael, aparte de rojo, se pone unas camisas de palmeras espantosas, me dice. Y entonces ya es que mamá me desarma...

 

 

 


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