DECIDIDAMENTE,
el mundo es un pañuelo. Un pañuelo palestino. El que
se ponía Arafat, que era como una servilleta de
merendar en el campo. Pañuelo al que llaman kefiya:
quilla, fíjate qué nombre más rebuscado. Con lo
fácil que es decir pañuelo. Y por una foto con este
pañuelo, a ZP le han liado la del tigre. La del
tigre que tenía Roca en su casa de los horrores
horteras de Marbella. La del tigre de Jesulín. En
cada Operación Anticorrupción que se desencadena en
Andalucía sale un tigre. Viene la Operación Karlos
contra el mangoleteo del jesulineo y sale el tigre
de Ambiciones. El Curriquiqui famoso, que suena a
ganadería brava de Carriquiri. Y viene la Operación
Malaya y sale el tigre de Roca. Operación que por
aquello de Malaya I, Malaya II y Malaya III parece
que se hace con guión del poema de Benítez Carrasco:
Una, dos y tres,
cien tíos trincando,
trincando el parné.
A ZP le están dando la del tigre de
Jesulín y la del tigre de Roca por un pañuelo de
cuadros, con el que España entera está muy
confundida. La noche me confunde, como dice Dinio,
el cubano que tiene aquello talla XL. Todos los
periódicos van con el paso cambiado. No fueron las
Juventudes Socialistas de Al Fatah las que se le
acercaron en Alicante y vistieron a ZP de Madelman
Palestino. Fueron en verdad las Juventudes
Socialistas de Almonte las que, enviadas por el
alcalde Paco Bella, que es de la cuerda, le pusieron
al cuello el pañuelo rociero. Que no es la kefiya,
quilla, que es el pañuelo rociero. ¿No ven la cara
de Mani o de José Manuel Soto que se le ha puesto a
ZP con el pañuelo rociero? El pañuelo es lo mismito,
lo mismito que el que se ponen los rocieros para
hacer el camino. Incluso en el polémico arretrato
que le echaron con el pañuelito, disiento del común:
si se hubieran esperado un momento, hubieran visto
cómo tras el pañuelo almonteño le ponían la medalla
rociera: me-pon, me pongo mi pañuelo, me-cuel, me
cuelgo mi medalla. Maldeman rociero, no madelman
palestino.
En cuanto a la pretendida
israelofobia (vamos, antisemitismo) de ZP, también
tiene una lógica aplastante su postura a favor de
los terroristas islamistas y contra el democrático
Estado de Israel.
-¿No va a estar a favor de los
terroristas islamistas de Hizbolá, si gracias a los
terroristas islamistas...? (Complete usted mismo la
frase, pensando en el 11-M)
No, no es eso: la causa es que ZP, de
niño, se hartó de ver judíos en los pasos de Semana
Santa de su León natal. Y en León, como en Zamora o
en Sevilla, los judíos de los pasos son los que
tienen la cara de más mala leche del mundo. Ahí, ahí
le cogió ZP ese odio a los judíos. ¿Tú no ves
González? González, como era agnóstico desde
chiquitito, vio menos Semana Santa. Vio menos judíos
con cara de sacamantecas en Las Cigarreras, La
Bofetá o San Gonzalo. Y por eso no sólo no les cogió
manía a los judíos, sino que normalizó relaciones
diplomáticas con el Estado de Israel, en vez de
convocar manifestaciones contra la única democracia
de Oriente Medio, rodeada de países coránicos que
alientan el terrorismo y se pasan los derechos
humanos por el forro de la chilaba.
Como tengo mis cuatro apellidos
sefarditones probados en la Real Maestranza del
Judaísmo, siempre he pedido que se revisen
urgentemente las caras de mala leche de los judíos
de los pasos. Si en vez de judíos fueran moros, ¡enseguía
los iban a dejar salir con esos caretos! Leña al
moro, no: leña al judío es lo que se lleva. Serán
muy progresistas, pero en esto coinciden
perfectamente con Hitler. Estamos a cinco minutos de
una nueva expulsión de los judíos. ¿Se imaginan
ustedes la que liarían estos mismos señores tan
proislámicos y tan progres si un ayuntamiento
liberal les hubiera dado a los judíos de Sevilla
terrenos gratis para hacer una sinagoga, un poner,
en Los Bermejales, como reparación de la que les
quitaron en Santa María la Blanca?