CON vientecito
guapo de Levante y ya el sol alto, vengo de dar mi
matinal largo paseo por la playa cuando subo al
coche y pongo la radio. Boletín de Radio 5 de RNE,
todo noticias. Bueno, todo noticias... menos cuando
dan en directo, como ahora, una comparecencia de ZP
tras su visita a estos gallegos fuegos de agosto que
son ya tan tradiciones como los fuegos de marzo en
las Fallas valencianas o los de junio en las
alicantinas hogueras de San Juan.
Dan íntegras las palabras del
veraneante interrupto de La Mareta. Y al oírlas me
quedo como supongo que todos los oyentes de Radio 5
y como Galicia toda: sin enterarme de nada. No tiene
este hombre ni la gracia del similiquitruqui de
González. González, en la mayoría de sus
declaraciones, tampoco decía nada. Pero con la
gracia del similiquitruqui. Y con una cierta lógica:
la del «por consiguiente». Este ni porconsiguientea
siquiera. Y de gracia, cero cartón del 9. ¿Quién es
el profesor de Oratoria de ZP, para no ir nunca a
sus clases y decir a todos los amigos que por nada
del mundo se les ocurra enviar a ellas a sus hijos?
Arde media Galicia y parte de la otra
media, segunda edición del fuego de Guadalajara,
tercera del incendio de Riotinto, y ZP parece que
quisiera apagar las llamas con palabras. No se ha
enterado el gachó que las llamas no entienden
castellano, que falan galego. Si a los que saben del
fuego no les renuevan el contrato porque no falan
galego, ¿cómo va a acabar con el incendio con una
boba verborrea castellana?
Palabras y palabras, como un
diccionario vacío o un crucigrama blanco. ¿Qué dice
que vende? Humo. Humo de los fuegos de Galicia.
Porque está el sol alto, que si fuera la hora en que
cantan las chicharras. ¡qué bueno el discurso de ZP
para quedarse frito para dormir la siesta!
Y la radio del coche echa al viento
guapo de levante el discurso de los significantes
sin significados de ZP, algo como esto:
«Estamos aquí porque el fuego, las
llamas, los incendios, una vez más han arrasado la
geografía gallega y amenazan con destruir los bienes
de los ciudadanos y ciudadanas. Pero quiero decir a
todos los gallegos y gallegas que el Estado va a
poner todos los medios, va a poner todos los
instrumentos, va a poner todos los recursos para que
los fuegos, los incendios, las llamas queden
controlados, queden estabilizados, queden dominados.
En un esfuerzo de solidaridad con los que están aquí
luchando contra las llamas, no regatearemos medios,
no escatimaremos medios, no limitaremos medios del
Estado para ayudar, para colaborar, para coadyuvar,
para asistir, para contribuir, para secundar su
tarea, su trabajo. Ya he ordenado, ya he mandado, a
la medio ministra de Medio Ambiente que reúna, que
congregue, que agrupe, que junte en la zona de la
catástrofe, de la desgracia, de la calamidad, del
desastre, todos los medios que el Estado tiene a su
alcance, incluida la piscina climatizada de Sonsoles,
que en un esfuerzo de solidaridad hemos ofrecido
para que los medios aéreos que el Gobierno ha
movilizado puedan cargarse, puedan abastecerse,
puedan aprovisionarse, puedan avituallarse de agua
en ella, ante la sequía de la climatología de esta
autonomía...»
¡Cuánta solemnidad en las boberías! Y
siguen, siguen, siguen las palabras de ZP. Puede
tirarse hablando hasta las 10 de la noche, que no
dice nada. Tiene el supremo arte de hablar sin decir
nada. Como sean como la vana palabrería de ZP todos
los remedios contra este chapapote de llamas por el
que no protestan los estabulados artistas
subvencionados del «nunca máis» y del «no a la
guerra», pronto veremos el humo de los fuegos
gallegos desde esta orilla andaluza, como ya se
columbran desde el satélite. Como las llamas
gallegas «do fogo» no entienden castellano, tú me
contarás para qué sirve este bobo similiquitruqui.
Fernando Santiago: "Andalucía, ¿Tercer Mundo?" (El País,
10/7/2006)