SI Sevilla, en
memorable título de Vicente Lleó, es la Nueva Roma,
necesitamos un Cicerón como el comer. Al que en vez
de su paciencia le preocupen nuestros dineros, y
ponga al día la Catilinaria: «Quousque tandem,
Catilina, abutere patientia nostra?» Ese Cicerón
debería ser Don Zoido, el candidato popular que
tiene nombre de bodega de Ruiz Mateos. Mira que le
he tocado los costados a Don Zoido para que se
arranque con lo que muchos sevillanos quisieran
escucharle. Ni por ésas. Quisieran escucharle la
puesta al día de la Catilinaria ciceroniana,
dirigida al alcalde: «Quousque tandem, Monteseirine,
abutere pecunia nostra?» Que traducido resulta:
«¿Hasta cuándo, Monteseirín, vas a abusar de nuestro
dinero?». ¿Hasta cuándo vas a dejar de entrampar
hasta las cejas a un Ayuntamiento que se comporta
como un pobre, que en vez de invertir, gasta, o como
un nuevo rico, que en vez de inversiones productivas
realiza desembolsos suntuarios? Sigo esperando que
Don Zoido nos presente un estadillo en el que
demuestre que el Ayuntamiento debe hasta de
callarse. Un resumen que diga: antes del Metro y de
las obras en curso, el Ayuntamiento debía tanto; con
esta Sevilla patas arriba, tirando el dinero en la
construcción de una pesadilla, debemos cuánto; con
lo que queda por hacer de Metro y de todo lo demás,
tanto y más cuánto; por todo lo cual, la deuda
asciende a X, que debe pagarse en X años, y que sólo
en intereses significa que diariamente el
Ayuntamiento debe pagar... lo que no está en los
escritos.
Digo todo esto de las cuentas porque
igual que los que no tienen dónde caerse muertos se
compran un televisor de plasma con vídeo de disco
duro y un DVD de cine en casa con diecisiete mil
altavoces estéreos, Don Monteseirín quiere ahora
seguir tirando el dinero en una TV municipal, la
TeleMonty.
Sin ninguna necesidad.
O sí: con esta necesidad angustiosa
de los socialistas cuando gobiernan, que es
intervenirlo todo. Aunque Maragall diga que es
residual, en España cada vez hay más Estado y menos
sociedad civil. En nuestra autonomía, cada vez más
Junta y menos Andalucía. Y en Sevilla, cada vez más
Ayuntamiento y menos ciudad.
¿No le basta al alcalde con Canal Sur
TV, la nuestra de ellos, que está en las manos que
sabemos y que sirve para lo que padecen la libertad
y la imagen de Andalucía? ¿No le tocan
suficientemente el tambor al alcalde en el Canal Sur
TV manejado por su propio partido? Por lo visto, no:
quiere tener su propia banda de tambores, para que
le toquen Campanilleros.
¿Y para qué otra televisión local
más? ¿Para que de madrugada haya otra teletienda,
otra echadora de cartas, otro canal porno? Si los
sevillanos apenas vemos las televisiones locales que
hay, con lo bien que en Sevilla TV lo hacen García
Haldón, Robles, Pastor Torres, Iwasaki y todos los
que me olvido... ¿Qué quiere el alcalde, hacerle la
competencia a Irene Gallardo y entrevistar
capillitas por un tubo? ¿O ir de Bruja Lola y
ponernos velas negras a los sevillanos a los que nos
está dejando a dos velas?
Una vez, sin causa justificada, dos
amigas pusieron una innecesaria butic de artículos
de regalo en Los Remedios. Tanto se gastaron en la
decoración del local y en comprar existencias
disparatadas, y con tan poco éxito de ventas, que
Ángel Casal les dijo que tenían que haberle puesto a
la tienda «De todo para nada». Así me temo que sea
la TV municipal: «De todo para nada». Pero con
nuestro dinero. Y sin que Don Zoido se atreva a
decir lo que sus futuros votantes quieren oírle.
Porque, él, como todos los políticos, a lo que
aspira también es a salir en la tele. Como sea,
donde sea y al precio que sea, pero salir. Aunque
sea saludando desde el córner de la presidencia de
La Hiniesta.