LA
moda de estas Pascuas de Navidad, a falta de Calvo de
la Lotería...
-Oiga usted: el Calvo de
la lotería famoso, ¿era primo de Carmen Calvo por un
casual?
-No, no era primo, era
colega. Al Calvo del anuncio le tocó la lotería de esa
publicidad y a Carmen Calvo le tocó la lotería del
Ministerio de Cultura. Por eso los taxistas, cuando la
ven actuar, le dicen: «¿Es que te han dado la cartera
de ministra en una tómbola?»
Venía diciendo que los
almanaques benéficos son la moda de estas Pascuas que
comenzaron hace una hartada de tiempo a efectos de las
muy norteamericanas luces callejeras. Pasa con los
adornos navideños como con la monserga del Jálogüin:
aquí cada vez seremos más antiyankis, pero, hijo,
nuestras ciudades cada vez se parecen más a Nueva York
cuando llegan las adelantadísimas luces de Navidad. A
este paso, vamos a estar con el bañador y la sombrilla
viniendo del veraneo y ya van a estar poniendo
neoyorquinas luces de Navidad en las calles.
Y en esta moda de
retratarse para almanaques benéficos, espero que de
esta semana no pase que Su Majestad el Rey pose para
un calendario solidario, que rima. Pero no vestido de
cualquier manera: vestido de maestrante de Zaragoza o
vestido de presidente del Tribunal de las Aguas de
Valencia. Vestido así de algo resultón. Bueno, y si es
desnudo, como en aquella foto robada del yate («ya te
han cogido en pelotas»), ni te cuento. Pues ni el
Papa, aunque de momento vestido, se ha librado de
posar para el almanaque benéfico de turno: el
calendario de la revista italiana «Famiglia
Cristiana», cuya recaudación será donada a una
organización de caridad que socorre niños en Ruanda.
El Papa ha tenido
suerte: por este año al menos lo han dejado que pose
vestido. No digo ya vestido de Papa, con el uniforme
del cuerpo al que pertenece, que decía González Ruano,
sino que no lo han obligado a posar con el torso
desnudo. Es una «foto textil», como dicen los
defensores de las playas nudistas. Debe de ser por su
rango. Porque lo que mola mazo es despelotarse para
los almanaques. Usted ha oído hablar de los tópicos
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, ¿no? Bueno,
pues se trata de que dichos cuerpos salgan medio
desnudos, en la seguridad de la fuerza del estado sexy
de lo cachas. Los efectivos de la Policía Local de
toda ciudad que se precie ya han mostrado sus carnes
morenas para el almanaque solidario de turno. Y de los
Cuerpos de Bomberos, ni te cuento. No hay Cuerpo de
Bomberos que no se haya despelotado para un almanaque,
en Full Monty caritativo, porque lo exige el guión de
la solidaridad. Y si los bomberos cachas aparecieran
con la manguera en la mano, ni te cuento la cantidad
de caridades que harían en este rastrillo hipocritón
del tráfico de fotografiada carne con fines benéficos.
¿Qué pasaría si las
cajeras del Carrefour, las dependientas del Cortinglés,
las vendedoras de Zara o las sargentas de la División
Acorazada posaran en topless benéfico de almanaque?
Las asociaciones feministas, las profesionales de la
defensa de la condición de la mujer, ya habrían
llenado de gritos los cielos de España, diciendo que
es una publicidad sexista, una perversa e inadmisible
utilización de la mujer por parte del macho ibérico de
bellota o de recebo. Por mucho menos que los
almanaques sexis de los bomberos o guardias
municipales cachas, aquí se han retirado vallas,
prohibido la proyección de anuncios en televisión,
suprimido carteles en las paradas de autobuses... si
se trataba de mujeres.
Los hombres deberíamos
organizarnos en asociaciones masculinistas que dijeran
que no hay publicidad más discriminadora y sexista que
los bomberos desnudos como los hijos de la mar,
insinuando paquete de manguera. La silenciosa mayoría
de los españoles bajitos, escuchimizados y
esmirriados, ¡sentimos una sensación de ridículo y de
inferioridad cuando vemos a esos gloriosos y abnegados
cuerpos de bomberos cachas en los almanaques de
beneficencia!