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El Recuadro   

 El fútbol será sin goles

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


El fútbol será sin goles

En una reunión informal con los periodistas en el transcurso de un ágape navideño, la verdad que un poco retrasado, pues hasta ayer no dio la tía la copichuela, la ministra de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera, que estaba acompañada por el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, dejó caer lo siguiente:
-El Gobierno tiene en estudio la desaparición de los goles en el fútbol, porque dan al deporte-rey un carácter de competición que contradice el espíritu olímpico de que lo importante es participar. No es que vayamos a quitar los goles ya mismito, porque ahora tenemos en la agenda otras tonterías en mayúsculas más importantes, como la Alianza de Civilizaciones, el Proceso de Paz o la Memoria Histórica. Pero en la próxima legislatura sí acabaremos con el problema del gol. ¿Cómo eran los campos antes de que el hombre los degradara en su afán emulador y competitivo? Sin porterías. En el Paraíso no había porterías, por más que Eva le marcara a Adán el gol de la manzana. Nosotros, en nuestra política ecológica, solidaria, moderna, progresista y de respeto al medio ambiente y a los bares de ambiente, queremos dejar todos los campos de España sin porterías, empezando por los de fútbol. ¿Se imaginan la maravilla del Bernabéu, de Nervión, del Villamarín sin las molestas y peligrosos porterías?
Y además -prosiguió la ministra, ya embalada con la tercera copa de cava-, que el fútbol no es más que una fuente de conflictos y enfrentamientos inútiles entre las autonomías y, dentro de ellas, entre las ciudades, aun hermanas. Sin goles se acabarán esas tensiones. La gente irá al fútbol a lo que debe ir: a ver jugar a la pelota, a contemplar el bello espectáculo, no a marcarles dos chupetes a los mamones de San Mamés. Se acabarán así los partidos de alto riesgo, que tanto dinero cuestan al contribuyente en horas extraordinarias de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Se terminará así el inútil enfrentamiento de sevillistas con béticos, de jerezanos con gaditanos, de malagueños con sevillanos. Los catetos de los pueblos no podrán sacar sus más bajos instintos contra el equipo de la capital, apoyando a los merengues cuando venga a jugar el Real Madrid. Los sentimientos antisolidarios contra el Estatut no se volverán agresividad colectiva contra el Barsa cuando lleguen los que tienen un entrenador con unos pelos que parecen una fregona teñida de negro. Sin goles en el fútbol, el más humilde jugador del Nástic o del Vecindario podrá proclamarse, legítimamente, galáctico, y el Beckham y la cursi de su mujer, que se joan.
Y continuó la tía, que no había quien la callara, ya por la quinta copa de cava, que estaba frío, frío y riquísimo:
-¿No decía aquel ministro de la oprobiosa dictadura del abuelo de Carmen Martínez Bordiú que menos latín y más deporte? Pues nosotros vamos a ir más lejos: más deporte y menos goles. Vamos, ninguno. ¿No va a conseguir mi querida compañera Cristina Narbona que haya corridas de toros sin matadores y hasta sin toro si es necesario, para que no se enfaden nuestros socios catalanes de la Ezquerra? Pues nosotros conseguiremos algo más valioso para la concordia entre los pueblos, las ciudades y las autonomías. Los toros no producen enfrentamientos ni disturbios, de aquí que sus competencias estén en el Ministerio del Interior, el de los guardias de la porra y las balas de goma. En los toros los partidarios de Ponce no les pegan mascás a los de El Juli, ni existen los Ultra Jesulines ni las Brigadas Albero. Por el contrario, en el fútbol, cuyas competencias están en el Ministerio de Cultura, ya ven, cuánto conflicto, cuántas cargas de la Policía, cuántos cristales del autobús del Madrid rotos, cuántos Ultrasur, cuántos Biris, cuántas Brigadas Amarillas. Todo por culpa del gol, del maldito gol, que hemos de erradicar como muestra de un atraso secular con el que España no puede ir con la cabeza alta por la Unión Europea. Ea...
(Miren arriba, que «el diario está fechado a 28 de diciembre», como cantaba la comparsa de Antonio Martín. Pero da lo mismo. En el Estado Continuo de Inocentada con que gobiernan estos señores del Vengayá, no se extrañen que la ministra diga esto mismo el 1 de enero, 2 de febrero, 3 de marzo o 4 de abril...)

 

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