EN
Valencia prohibieron que Papá Noel saliera en la
Cabalgata. Aquí no hace falta. Sevilla produce en la
marisma más arroz que Valencia y en la Cabalgata
derrota al fati nórdico de la risa tonta. Así que
levanto el parte de la anual victoria de Sevilla,
que dice:
«Anoche, un año más,
Sevilla salió victoriosa en la desigual batalla que
los Reyes Magos sostienen contra Papá Noel, que no
es otra que la guerra de dos concepciones
doctrinales, de dos mentalidades, dos modos de
entender nuestra civilización y nuestra cultura: la
del «felices fiestas» de la Navidad laica con Papá
Noel y abeto nórdico, con trineo, renos y juguetes
que bajan por la chimenea, y, frente a ella, la de
las Pascuas de la civilización católica, la
cristianización de los sustratos de los tuétanos de
la Roma que somos. Cautivos y derrotados todos los
Papás Noeles horteras que trepan por las fachadas de
los adosados del Aljarafe como los paniaguados con
carné por los escalafones de la Junta, anoche en
Sevilla, con los niños y los caramelos, con la
logística mágica de Juan Ortega, el pueblo soberano
echado a la calle proclamó solemnemente que las que
hemos celebrado han sido las Pascuas de Navidad y
Reyes, que Dios nació algo más tarde de lo que
dicen, no en Belén, sino en San Lorenzo, en el
arranque del quinario del Señor; y que el portal de
Belén está frente por frente al puesto de calentitos
de la calle Andueza, pues la Virgen María hizo
portal al Arco de la Macarena, donde hay una bandera
blanca y colorá, que el que quiera sentar plaza en
ella Jesús Nazareno, El Sentencia, es el capitán. Y
otrosí: que Sevilla ha mandado a tomar por saco los
calcetines en la chimenea y ha proclamado la
victoria de los zapatos en los balcones que en el
cielo se alquilan para un casamiento que se va a
hacer, que se casa la Virgen María con el Patriarca
Señor San José, el de la Capillita, que es el
nuestro, no el de la iglesia del Opus, que es un
okupa de la capilla de las niñas del colegio del
Santo Ángel, ¿verdad, Gloria Gamito, verdad, Paqui
Pérez Saturnino, verdad, Isabel Herce?»
Al tópico de la Noche
de la Ilusión de Jacinto Ídem no le damos la menor
importancia, pero tiene ésta, grandísima: Sevilla se
echa a la calle cada año para proclamar el sentido
cristiano de la Navidad, con la que está cayendo de
laicismo, de negación de cualquier esquema de
valores morales, incluso de ridiculización del
sentido de lo religioso. Y eso ocurre en la capital
del gran vivero de votos del partido laicista que
quita la asignatura de Religión en los colegios y
que ha intentado darle en todo el bebe a la
institución del matrimonio con la piompa y con la
tortilla. ¿Contradicción? Pues sí, la dualidad
sevillana de siempre; la que Francisco Robles y
Alvaro Pastor Torres destacan tan acertadamente en
la diacronía de su «Historia de Sevilla», que les
recomiendo (la tienen en el quiosco donde han
comprado este ABC). En la ciudad de España donde con
mayor intensidad se ha votado siempre al partido
laicista es donde con mayor contundencia los Reyes
Magos cristianos derrotan al Papá Noel, so lapón, de
una Navidad sin Dios en el Nacimiento. Donde está el
granero de votos del PSOE, también el triunfo de los
Reyes Magos, adoradores del Niño Mudo de la
Sacramental del Sagrario.
Cada tarde del 5 de
enero se demuestra que es falso eso de que en
Sevilla no hay sociedad civil. Sí la hay...pero con
tambores y cornetas. La Cabalgata es el gran logro
de la sociedad civil, vertebrada por el Ateneo de
Enrique Barrero: no la organiza ni el Ayuntamiento,
ni la Junta, ni el Estado. Para hacernos las
Exposiciones tienen que venir gente de fuera, Cruz
Conde en el 29 o Pellón en el 92; la Feria nos la
tienen que inventar un catalán y un vasco; mas para
sacar la Cabalgata y que los Reyes Magos derroten a
Papá Noel nos bastamos los
sevillanos solos, en protagonismo colectivo,
sociedad civil pura. En nuestra estética del
cortejo, en Sevilla todo lo que tenga tambores y
cornetas y discurra por la calle tiene el éxito
asegurado: Semana Santa, Corpus, Virgen de los
Reyes, Cabalgata. Más que un cortejo laico, la
Cabalgata es la primera procesión de gloria del año:
del gloria in excelsis Deo de la adoración de los
Reyes. Los Reyes vienen a adorar al Niño y de paso a
adorar a la bendita sociedad civil sevillana de los
tambores y las cornetas.