Cádiz
celebró ayer una fiesta cívica anual de una
belleza como de grabado del XIX: la ciudad
convierte sus torres-miradores y sus azoteas en
un pañuelo de blanca cal que le dice adiós al
bergantín-goleta «Juan Sebastián de Elcano»,
buque-escuela de la Armada que inicia su crucero
de instrucción desde la bahía que lo vio nacer.
Con este fondo de las velas de «Elcano», más la
antigua Capitanía General del Departamento
Marítimo en San Fernando o la actual cabecera de
la Flota en Rota, decir Cádiz es como decir
Armada Española. Tanta es la presencia de la
Marina de Guerra en Cádiz y en la bahía, que
escribió José María Pemán:
-En San Fernando
vas por la calle, le dices a uno «adiós,
almirante» y lo menos hay siete que vuelven la
cabeza...
En Sevilla decías
«adiós, mi general» en la calle Sierpes, delante
del Casino Militar, y lo menos había catorce que
volvían la cabeza. Como Cádiz la gran ciudad de
la Armada, Sevilla fue la gran capital del
Ejército en Andalucía. Quizá por eso haya tan
poca sociedad civil, por el peso militar de la
Muy Heroica e Invicta. Yo recuerdo aquella
ciudad militar, donde a la caída de la tarde
sonaba la Marcha Real a corneta cuando arriaban
bandera en el cuartel de la Puerta de la Carne,
de la Agrupación de Intendencia 2. Cada dos por
tres pasaba un desfile militar por la Avenida.
Las calles estaban siempre llenas de soldados de
paseo. En los espectáculos había entradas de
gallinero baratas, especiales para soldados, a
los que llamaban «militares sin graduación» en
el letrero de los precios en taquilla. Los
Jardines de Murillo, el Cristina, el Duque,
estaban siempre llenos de soldados. Y la ciudad,
plagada de cuarteles. Soria 9 estaba en el
Duque, en San Hermenegildo. En la calle Baños,
en el Cuartel del Carmen, la Caja de Reclutas.
En la Gavidia, antigua Capitanía, el mando de
Sanidad me parece, cuya tropa estaba en el
Pabellón del Brasil. En Jesús del Gran Poder, la
Farmacia Militar. En Reina Mercedes,
Automovilismo. En la Fábrica de Tabacos, antes
de la Universidad, los carros de combate. En el
Cuartel de San Fernando, Caballería y luego,
tras el derribo de San Hermenegildo, Soria 9. En
Pineda, la Caballería de Sagunto y Artillería
14, regimientos montados. En Los Terceros, como
un cuartel de transeúntes. Todo San Bernardo,
factoría artillera. Y los Ingenieros Zapadores
Minadores, en La Borbolla. Y en la Plaza de
España, la Capitanía General de la II Región
Militar.
Con otro sentido
constitucional de las Fuerzas Armadas en nuestra
sociedad, con otra concepción, profesionalizada,
del Ejército de Tierra, Sevilla ha vuelto a ser
lo que era en materia de ciudad capitana
militar. Mas ni se le ha dado importancia, ni
los sevillanos nos hemos enterado. Que se apunte
un cero en relaciones públicas el Ministerio de
Defensa, pues no ha sabido vender el papel de
Sevilla en la reorganización militar de España.
Aquí mucho hablar de la Ciudad Aeronáutica, de
los grandes proyectos del Airbus, pero muy poco
de la ya existente Ciudad Militar, de una
Sevilla donde reside, en la Capitanía de la
Plaza de España, al mando del teniente general
Pedro Pitarch Bartolomé, el Cuartel General de
la Fuerza Terrestre, que es como decir el centro
de mando y control de la práctica totalidad de
las fuerzas de combate del Ejército de Tierra y
su correspondiente apoyo.
¿Usted sabe que la
Legión, carnero incluido, se manda desde aquí?
¿Usted sabe que los regimientos que guarnecen
las Vascongadas se mandan desde aquí? ¿Usted
sabe que dependen de Sevilla las unidades que
España envía a las zonas en conflicto para
misiones humanitarias o de pacificación? ¿Usted
sabe que el que siempre hemos llamado «capitán
general de Sevilla» tiene a sus órdenes 56.000
soldados y oficiales? Nuestro querido y
recordado Agustín Muñoz-Grande Galilea, ¿mandó
acaso tantos efectivos desde la Plaza de España?
¿Y sabía usted que todo el operativo de mando
del Ejército que radicaba en Valencia ha sido
trasladado a Sevilla, con personal y medios?
Sí, ya sé: los
temas militares están absolutamente pasados de
moda y quedan para los especialistas en Defensa.
Pese a lo cual consigno la positiva novedad de
la Fuerza Terrestre con mando en Sevilla, a lo
que parece que sólo le han dado importancia los
hermanos de la cofradía del Porvenir o del Rocío
del Salvador, los únicos sevillanos que siempre
son mucho de Capitanía.