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El Recuadro   

 El fútbol será sin goles

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


El número de la cabra

AL barrio llegaba la familia gitana con su triste circo ambulante. Lo menos que se despachaba en circo. La niña, con un ajado traje de gitana, daba quijotescas zapatetas al aire, los pies arriba y la cabeza abajo. El padre tocaba una guarra trompeta abollada y oxidada. La madre traía una escalera plegable, una mona y una perra también vestidas de gitanas, una cabra atraillada y un tambor. El gitano empezaba a tocar con la trompeta el pasodoble «En er mundo». La madre le pegaba con una vara de acebuche a la perra y a la mona, que se ponían a bailar sobre sus patas traseras, mientras les hacía compás con el tambor. La niña hacía contorsiones entre el breve público que habían juntado. Era entonces cuando el padre cesaba en el solo de trompeta, la madre cogía el tambor y la escalera. Abría la escalera y redoblaba el tambor. Y en ese instante, mientras la trompeta empezaba a tocar ahora «España cañí», azuzaba a la cabra, que muy digna y cansinamente iba subiendo los peldaños de la escalera, hasta quedarse haciendo inestable equilibrio en el último, con las cuatro patas reunidas. Al tiempo que la mona y la perra a su alderredor bailaban, la niña, tras dar un doble salto mortal, proclamaba:
-¡Ya está la cabra en el último palo!
Era el número de la cabra. Ya no se ven por los barrios esas familias gitanas que se trabajan el número de la cabra. Ahora el número de la cabra se hace en muy superiores instancias. Gran parte de la política, de la cultura, de la comunicación, ¿qué es, sino número de la cabra? Hay especialistas. Caballero, el del manual didáctico contra Bush, que desde las rentables estribaciones del PCE pasó al nutricio alfoz del PSOE, como tantos intelectuales orgánicos suele ser un especialista en números de la cabra. Trae cola la entrevista de Quintero a Farruquito. Ea, otros dos virtuosos del número de la cabra. Farruquito hizo ya el número de la cabra con su proceso y condena. Ahora Quintero, que ha dejado ya de hacer el número de la cabra del Loco, hace el número de la cabra de Farruquito.
El asesino Juana Chaos hace el número de la cabra de la huelga de hambre. Los obispos andaluces hacen el número de la cabra del comunicado de amagar y no dar sobre el laicismo y el intervencionismo de la misma Junta que luego los convida a restauración de templos e imágenes. Los famosos que viven a la grandimón en Madrid y que vienen a Andalucía de veraneo hacen el número de la cabra de prestar su careto para la propaganda del referéndum del Esta...¿qué? Número de la cabra cobrando, claro: andaluces de peaje. Habitualmente el número de la cabra es rentable, como cuando la niña del gitano pasaba el platillo ante la parroquia que habían juntado.
Pero nada como el número de la cabra policial y judicial. Cada vez que este Gobierno que la tiene tan apretada está apretado, viene un juez y monta con la Policía el número de la cabra. El número de la cabra con la Operación Malaya. El número de la cabra con los dineros del bolso de Isabel Pantoja, guárdalo bien, hija, no te vayan a dar el tirón. Pero, sobre todo, el número de la cabra de la detención a horas intempestivas, con sonoro despliegue de las furgonetas policiales y los hombres de Harrelson de la UIP, con cerco de urbanizaciones de chalés y con prendimiento de un presunto. Un presunto al que se detiene con el único fin de ponerlo a disposición del juez, pero con previo número de la cabra del furgón, de la comisaría y de la noche en los calabozos. Si lo que tienen es que presentarse ante el juez, ¿por qué no les mandan una citación, joé? Ah, porque entonces no se puede montar el número de la cabra. Si van al juez a las 10 de la mañana en un taxi, nadie se entera. Hay que montar el número de la cabra para que el que luego quizá salga de rositas, ni imputado, ni testigo, ni nada, pueda ser protagonista del número de la cabra en el telediario. Los números de la cabra se montan mayormente pensando exclusivamente en el telediario. Hay que reformar el Código Penal para reconocer esta nueva «pena de telediario» a la que son condenados tantos sufridores del número de la cabra. ¿Que lo digo por el alcalde de Alhaurín? No, yo estaba pensando en Mayte Zaldívar, pero ya que lo dice usted, ¡menudo número de la cabra montaron en Alhaurín! ¿Cuál será el próximo número de la cabra?

 

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