AUNQUE
su escudo no tiene pájaro alguno en la
heráldica y el que en su gualdo campea
constitucional lo llaman, en cuestión de la
bandera se ha armado la pajarraca. Por lo que
respecta al himno (que yo llamo Real Marcha),
estos señores del PSOE ni te cuento lo que
largan. Por lo visto se han quedado la
exclusiva de la patria, que ya todo lo
intervienen y su marchamo le estampan. Pues
nos quitan del tabaco, de la hamburguesa si es
grasa, del pescado si está crudo, y la copa,
ni probarla. ¡Guerra a la viña y al vino,
guerra al Rioja y al cava en la España del
Jerez que «sherry» el mundo lo llama y
recomiendan los médicos en porciones
moderadas! Y en la España del Ribera a más
Rivera no tragan que al torero que fue yerno
de la duquesa de Alba, vamos, al que es el
bisnieto del gran Niño de la Palma, el de las
chuflas de Alberti, Cayetano se llamaba. Igual
que el que anuncia ahora ropas, relojes y
casas, todo aquello que se tercie: a Armani si
Armani paga, e incluso puede que anuncie al
Mani, ése que canta, que canta divinamente al
Betis por sevillanas, si es que el Mani le
apoquina la tela y la morterada.
A lo que iba, al
mosqueo que cogió toda esta panda por asunto
de bandera, por cuestión de roja y gualda, y
porque sonara el himno, chero, tachero,
tachara, cuando un millón de españoles a la
calle que se echaban para decir que a la ETA
lo que hay es que derrotarla y ese asesino del
Chaos, que se recueza en su salsa; ni diálogo
ni leches, que al enemigo, ni agua. Cuando
recuerdo la escena, porque es para recordarla,
de nuevo a mí se me erizan hasta los vellos
del alma, cuando al fin de la manifa empieza a
sonar la marcha y, pleamar de banderas, España
en marea alta, mil enseñas españolas en el
aire tremolaban. A esto llaman por ahí el
orgullo de la patria: la bandera de Iwo Jima
que a América arranca lágrimas, la Unión Jack
de los ingleses o la tricolor de Francia,
naciones que a su bandera dan honor, como Dios
manda, mientras suenan marsellesas, suena «Fratelli
d´Italia», o suena La Borinqueña oliendo a
piña colada.
Ese rojo de la
enseña se me sube a mí a la cara de sonrojo
cuando escucho a este gachó del arpa, ¿digo
Diego, o Diego dije?, López Garrido se llama,
pues antes fue comunista y ahora... lo que
haga falta. Tacha el tal López Garrido de
utilización sectaria a que alcemos la bandera
constitucional de España, que a todos nos
representa, que es símbolo de la patria, y en
cuanto a que suene el himno, chero, tachero,
tachara, dice que es sensiblería de carcas,
rancios y fachas.
Este Garrido y
los suyos la boca qué bien se callan cuando en
la tierra española que llamamos Vascongadas
cuatro etarras asesinos, en un frontón o una
campa, a esa bandera de todos la pisotean y
ultrajan, la empapan en gasolina y la queman
entre llamas, tan valientes que lo hacen a
cabeza encapuchada los que son especialistas
en el tiro por la espalda. Y más callados que
en misa el otro día que estaban cuando se
manifestaron por la rendición que llaman con
la palabra de Paz, que es palabra bien
sagrada, bien calladita, decía, toda esta
pandilla estaba cuando una sola bandera avanzó
por Castellana, y no era nuestra bandera: era
la republicana. Moradita de martirio de
guerras bien olvidadas, que han conseguido que
algunos al ver su morada franja no evoquemos a
Machado con ella como mortaja, pues se viene a
la memoria Paracuellos del Jarama.
¿Qué pretenden
estos tíos? ¿Que la nuestra rojigualda sólo
ondee en los estadios a modo de gol de Zarra
si juega la selección, que de «La Roja»
disfrazan? ¿Qué pretenden estos tíos? ¿Que el
himno no más sonara cuando dicha selección un
encuentro disputara, coreándola el estadio con
el chero, tatachara? Que el himno no tiene
letra, ni tendrá, no le hace falta. Tiene
letra de emoción, de repeluco en el alma, de
escalofrío, de orgullo de ser español y basta.
¿Qué pretenden
estos tíos? ¿Que sean republicanas las
banderas que tremolen de Sierpes a Castellana,
que sea el himno de Riego el que suene como
marcha? ¿De Riego? Ni por goteo, no me la
metas doblada. Deja al aire mi bandera
mientras escucho la marcha. La juraste, eres
perjuro: la Constitución proclama que este
himno, esta bandera, son los símbolos de
España. Lo son aunque no queráis los que ya
estáis destrozándola y pactando con la ETA
tras dos muertos en Barajas.