Sábado 30:
Filiberto, de Mañara
Pocas ciudades
habrá en el mundo tan mezquinas como Sevilla a la hora de
reconocer los méritos de sus hijos. Por eso nos alegra una jartá
que le hayan hecho justicia de homenaje a Filiberto Mira Blasco,
y, además, en vida. Hombre, el mejor homenaje que podrían darle
a Filiberto era encargarle por fin el pregón, que lo haría siete
mil veces mejor que el Vázquez o el López al que le ha tocado el
turno en la lista de espera cofradiera. Pero al menos anoche le
reconocieron a Filiberto todo lo que hizo por la ciudad, en
materia de toros y de cofradías, y todo lo que puso en marcha.
Nada menos que el Consejo de Cofradías, el programa "Cruz de
Guía" de Radio Sevilla y el "Programa de ABC", el
cuadrante de horarios e itinerarios que se le ocurrió y que todo
el mundo ha copiado sin pagarle a Mira una sola peseta de copirray
de Bombai. De todo el homenaje, lo que más nos ha gustado es que,
por fin, en las Tres Letras reconozcan que el programa no es de
ellos, sino de Filiberto Mira que lo fundó. A Filiberto ahora,
sin yuyu de ninguna clase, le ha sido dado el raro privilegio
sevillano que el cielo concedió a Miguel Mañara, pero en plan
simpático: poder contemplar su propio entierro. Porque estas
cosas, querido y admirado don Filiberto, sabe usted que aquí
sólo se le hacen a las gentes cuando antes han tenido el cuidado
de morirse. Aquí casi todos los elogios son fúnebres. De ahí
nuestra doble enhorabuena. (Y algo más. Como aquella tarde en El
Burladero, repito sus palabras contra las lenguas de triple filo:
habrá visto usted que hemos escrito su nombre y ni se ha hundido
esto ni se ha escacharrado la rotativa. Esa plaza suya la ocupó
ya Luis Yáñez.)
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Viernes 29: Pura
y Limpia
La iglesia se
llamaba de antiguo del Señor San Clemente, a quien está
dedicada. Estando donde está y al lado de lo que está, o quizá
por eso mismo, es una de las más desconocidas de Sevilla.
Hablamos de la parroquia del Sagrario de la Catedral, una joya
terminada en el XVIII, donde pueden admirarse, por ejemplo, los
retablos del derribado convento de San Francisco. El Sagrario es
la collación del mejor cahíz. Pocos saben que el Alcázar, la
plaza de los toros o la Torre del Oro son feligreses del Sagrario.
Y allí, estas tardes de vísperas de la Purísima, uno de las
más secretos e íntimos ritos del Adviento sevillano con seises
de celeste: la novena a la Pura y Limpia. En el barrio del
Postigo, donde hablamos una lengua vernácula, "el
pali", palimpsesto de Paco Palacios renovado cada día, no
decimos "Inmaculada": decimos Pura y Limpia. Y como la
Pura y Limpia, con sus zarcillos de Vecina del barrio, tiene su
casa en el partidito de la
mínima capilla del Arco, que son cien gramos de Catedral bien
despachados por un montañés en la tienda de Las Columnas, pues
la traen para la novena a la solemnidad marmoleña del Sagrario.
Novena antigua, con manifiesto de Su Divina Majestad, con
panegírico de orador sagrado y con un órgano que parece que ha
venido a tocarlo Maese Pedro en persona. Y allí, entre las flores
blancas como las cales del corral de San José y la plata de los
faroles de mano de la Sacramental, la Sevilla más Pura y Limpia.
Sale sola la jaculatoria dieciochesca: "Sea a Mayor Gloria de
Dios y de la Bienaventurada Virgen María concebida sin pecado
original desde el primer instante de su ser natural."
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Jueves 28: El
caballo se democratiza
Doce para las doce,
como las uvas de Nochevieja. Doce ediciones ya del Salón del
Caballo en la Fibes, y más gente que nunca cada vez para ver los
caballos, en esta ciudad donde si bien siempre es Semana Santa,
casi siempre también andamos de Feria de esto o de Feria de lo
otro. Jerez tiene su Feria del Caballo, que rima con mayo, y
Sevilla tiene esta Feria del Caballo de noviembre, un mes en el
que antes no ocurría nada y no salíamos de la mesa camilla, pero
donde ahora hay casi tantas actividades como entre Semana Santa y
Feria. Nos alegramos del éxito del Salón del Caballo, de las
colas de gente a la puerta del Palacio de Congresos para ver el
espectáculo de las 8 de la tarde. Uno de los fenómenos más
interesantes de las últimas décadas en nuestra tierra ha sido la
democratización del caballo. Como en el antiguo No-Do: el
caballo, al alcance de todos los andaluces. El caballo ha dejado
de ser el animal exclusivo de los señoritos cortijeros. No hace
falta tener un cortijo para mantener un caballo como afición o
deporte. El alfoz de Sevilla se ha llenado de picaderos, de
escuelas hípicas, de cuadras de alquiler. Y la ciudad, de tiendas
tipo El Caballo o sus franquicias. Se distingue ya el árabe del
pura raza española como se sabe apreciar la diferencia entre una
copa de fino y una caña de manzanilla. Lástima que haya tantos
caballos y, por el contrario, tan pocos caballeros. Si en Sevilla
organizaran el Salón de los Caballeros, no podíamos exhibir
quizá más allá de quince o veinte ejemplares de una raza en
trance de extinción y totalmente desaparecida en lugares como el
Ayuntamiento, donde hubo antaño hasta 24: los Caballeros
Veinticuatro.
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Miércoles 27:
Semana Santa Eterna
Aquí mucho presumir
de tolerancia, pero rascas un poco y te sale la Inquisición.
Seremos probablemente cuatro o cinco solamente, pero a algunos nos
ha enrojecido de vergüenza ajena el unánime auto de fe
improvisado por la chuminada de un
juego informático del que si
no hubieran alzado este cadalso, nadie se habría enterado. En el
pecado de la omnipresencia de las cofradías en la vida de la
ciudad llevamos la penitencia digital. Si Sevilla no fuera toda
cofradías, nadie pensaría hacer un jueguecito (lamentable, por
otro lado) sobre ese mundo. Miren ustedes cómo no hay juegos
electrónicos que consistan en matar amigos de la ópera, lectores
de Proust o visitantes del Museo de Bellas Artes. Y los del
jueguecito de marras se han perdido lo mejor: el más
revolucionario entretenimiento hubiera consistido no en matar a
los autotitulados "cofrades" (que me imagino serán
nazarenos), sino en ponerlos en su sitio: en las salas de cabildo
y en las casas de hermandad, y no pintando la mona, alimentando su
ego y aumentando sus negocios y sus carteras de pedidos a costa de
sagradas devociones populares, haciendo de la ciudad una Semana
Santa Eterna, que es mucho peor que la denostada Sevilla Eterna.
En todo caso, ya que está montada, esa Inquisición debería
seguir contra la utilización de la Semana Santa en beneficio
propio por parte de tantos; contra la falta de respeto a las
imágenes en los llamados "bares cofrades"; contra
tantos mercaderes del templo en las llamadas "tiendas
cofrades". O, sin salir del Gran Poder, contra la
utilización futbolística del Señor por parte de cierto
matatías peliteñido. (Vea la Galería de horrores cofradieros,
por Julio Domínguez Arjona)
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Martes 26:
Inquisidores de aguinaldo
En Sevilla hay ya
más restaurantes sanluqueños que en Bajo de Guía y más
árboles de Navidad con lucecitas que en Nueva York, y plantados
ya con la misma anticipación a las Pascuas que en Estados Unidos.
En los árboles de Navidad de los hipermercados de Carrefour hay
bombillas como para iluminar siete ferias de Coria del Río y
sobran bombillas. A americanizarse tocan. Ni cuando los yanquis de
las bases vivían en Los Remedios estábamos tan americanizados.
Ahora la empresa municipal Lipasam arrasa con lo poquito que
quedaba de tradición autóctona de las Pascuas: el aguinaldo.
Lipasam hasta se gasta el dinero para ir contra el aguinaldo. En
los periódicos, un anuncio de pago, que pone: "Lipasam sólo
te pide colaboración, no el aguinaldo. Ayúdanos a evitar este
fraude. Felices Fiestas y próspero año 2003". De donde se
deduce que según la mentalidad norteamericana imperante, el
aguinaldo no es una tradición navideña sevillana, sino un
fraude. Lo otro no es un fraude, no. La estafa de adornar a
Sevilla como si fuera Nueva York, a base de trineos de Papa Noel,
no es un fraude. Como por lo visto tampoco es un fraude lo otro,
también tan inequívocamente americano, de desear "Felices
Fiestas" en vez de "Felices Pascuas". No, miren
ustedes, señores de Lipasam, inquisidores del aguinaldo: fiestas,
fiestas, lo que se dice fiestas, no hay en Sevilla más fiestas
que la Semana Santa y la Feria. Esas son las fiestas. Las que
vienen son las Pascuas. Y con motivo de las Pascuas podemos dar
aguinaldo a quien tengamos por conveniente. Empleados municipales
de la Limpieza incluidos.
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Lunes 25: Lo que
nos merecemos
Un viejo tópico
periodístico hablaba del "entusiasmo indescriptible"
que despertaban un hecho o una persona. Aquí debemos inventar
otro tópico periodístico precisamente en dirección contraria o
a contramano del que suele usarse. Urge hablar del
"entusiasmo perfectamente descriptible" a propósito del
cuarteto de candidatos a la alcaldía, terminado de perfilar por
Izquierda Unida. Todos y cada uno de los candidatos despiertan un
entusiasmo perfectamente descriptible y medible: cero cartón del
nueve de entusiasmo. Las masas no se arrebatan precisamente por
Sánchez Monteseirín, que quiere repetir como candidato del PSOE.
No despiertan el menor entusiasmo ni Jaime Raynaud, que es un
caballero, ni José Núñez, que es otro caballero, pero las
elecciones no son la planta de caballeros del Cortinglés. Dicen
las malas lenguas del lugar que uno es un candidato sin partido
(Núñez), que tendrá frente a un partido sin candidato (el PP).
Completa el cuarteto Paula Garvín, proclamada candidata a la
alcaldía por Izquierda Unida, Convocatoria por Andalucía y Los
Verdes: por falta de proclamantes no queda la cosa. Nos hubiera
encantado que IU hubiera puesto un candidato con tirón, gancho y
fuerza, literalmente arrebatador (de votos), ya que dicen que
Sevilla es una ciudad que vota tan de izquierdas. Ni eso. Si los
pueblos tienen los políticos que se merecen, ¿qué hemos hecho
en Sevilla, Dios mío del Gran Poder, para merecer esto?
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Domingo 24:
Burocracia taurina
Manuel Escribano es
un novillerete de Gerena que por lo visto va a dar más dinero que
las minas de Aznalcóllar cuando llegue a figura, cosa que
deseamos fervientemente. De otra forma no se explica que para
llevarlo haya más gente que en la guerra. A Escribano lo va a
apoderar la Casa Canorea, que no es que sea la Casa Ford, pero
tiene en cambio los carteles de Sevilla para hacer con ellos
mangas y capirotes sin control alguno de los maestrantes
propietarios del pisoplaza, de modo que los abonados nos tenemos
que tragar a todos sus protegidos. Y en nombre de la Casa Canorea
se van a encargar del novillero Escribano las siguientes personas,
apunten: apoderado, Manuel Alvarez Canorea; administrador, Juan
Antonio Sánchez; director artístico, Manolo Cortés;
representante para Francia, Francis André y Paco Escribano, que
es el padre del torero, que hará de lo suyo de padre del torero
en plan padre de Emilio Muñoz o padre de El Juli, pero fijo de
plantilla. Es decir, que Escribano lleva tantos hombres de gris
para lidiar en los despachos como hombres de plata y montados en
su cuadrilla para lidiar los utreros. Añádanle a los dichos el
veedor o los dos veedores, el chófer, el mozospá, el ayuda del
mozospá y quién sabe si el jefe de prensa, como ha puesto de
moda José Tomás. ¿Cuánto tiene que cobrar Escribano por
novillada para dar de comer a tanta gente? Si para llevar a un
novillerete de Gerena hace falta toda esta burocracia taurina, si
volvieran Diego, Paco, Curro o Pepe Luis tendrían que llevar en
la plantilla de apoderamiento a todo un ministerio.
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Sábado 23:
Salvaron a los seises
Hoy es día de
Historia de Sevilla, de procesión fernandina de la espada y el
pendón. Entre la mucha Historia de la ciudad que está por
escribir figura la de los curas nacionalistas vascos que al
término de la guerra civil fueron desterrados a Sevilla y, como
suele ocurrir, terminaron siendo ganados por nuestra tierra. Entre
estos curas separatistas (que ya los había entonces, pero no eran
cómplices de los asesinos) estaba el exquisito canónigo don
Ángel de Urcelay, un gran maestro de capilla, propagandista de la
devoción a la Virgen de los Reyes y creador de la Escolanía de
su nombre junto a quien fue su leal escudero musical: el organista
y compositor don Miguel Vázquez Garfia. Gracias a Urcelay y a
Vázquez Garfia se salvaron los seises, en aquellos tiempos de
postguerra en que el cardenal Segura acabó con muchas tradiciones
catedralicias, como la del "Miserere" de Eslava. Urcelay
organizó la Escolanía, creó el colegio para sus niños cantores
en la calle Placentines y dio esplendor a los languidecientes
seises, siempre con el tenaz Miguel Vázquez a su lado. Gracias a
la tarea de aquellos dos hombres, la Catedral siguió teniendo
seises en sus ciclos litúrgicos de Corpus, Purísima y Carnaval.
Para que no todo sea olvido e ingratitud, esta noche de San
Clemente, a las 9, en la Capilla Real de la Catedral, al cumplirse
diez años de la muerte de Urcelay, habrá un Memorial a Don
Ángel y a Don Miguel, en el que antiguos seises y cantores de la
Escolanía interpretarán cantos polifónicos en recuerdo de sus
maestros. Nada nos agrada más que convertir hoy este rincón en
tablón de anuncios de una parte tan secreta y sentimental de la
memoria de Sevilla.
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Viernes 22: Don
Angel Olavarría
Notario jubilado de
este Ilustre Colegio y presidente de la Academia Sevillana de
Jurisprudencia y Legislación, con el don por delante debemos
citar a don Ángel Olavarría Téllez, un caballero integérrimo y
ecuánime que siempre supo permanecer en segundo plano en la
ciudad de los chuflones y de los pintamonas. Todo un señor del
Derecho entre los picapleitos trepas y figurones que abundan a
manojitos. Cuando se quiere un arbitraje equilibrado y prudente,
las partes siempre se ponen de acuerdo en designar a don Ángel,
sin la menor discusión. Don Ángel, como notario, fue profesional
de la fe pública pero, cristiano de verdad y de la verdad, nunca
de la exhibición de la fe privada, y no como tantos católicos
profesionales que andan por ahí sacando tajada a su condición de
meapilas. Por así decirlo, don Ángel es la otra cara del
capilliteo. Ha prestado grandes servicios profesionales a la
Iglesia de Sevilla, a pesar de no poner ninguna cofradía en la
calle ni de promover coronación alguna. Por eso nos alegra
comprobar que en Roma sí que saben quién es don Ángel y con
quién se gastan los cuartos que nunca le cobró a la Iglesia. El
Papa lo ha hecho comendador de la Orden de San Gregorio Magno, que
debe de ser algo así como la Orden de Carlos III en versión
vaticana. Don Ángel ya tenía el Mérito Civil vaticano, que es
la Cruz Pro Eclessia et Pontifice. Aparte de estas dos medallas (y
nos parece que de la Raimunda), don Ángel Olavarría tiene la
mejor condecoración: el respeto unánime de una sociedad entera,
ganado a pulso a lo largo de toda una vida profesional sin tacha.
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Jueves 21:
Vergüenzas ajenas
Los cónsules de
Italia abrieron sus salones de la calle Fabiola para que Carmen
Güell presentara su biografía novelada de la goyesca XIII
Duquesa de Alba, que como era la XIII, pues ya saben ustedes lo desgraciaíta
que era teniéndolo tó. Habló de la obra un representante
de la editorial La Esfera de los Libros, que como saben es de EL
MUNDO. Y presentó el libro Cristina Hoyos, tan a compás como
cuando baila. Por último habló la autora. Y cuando todos los
presentes se disponían a la caza del canapé al ojeo o al
aguardo, como se estila en las presentaciones, ocurrió lo
insólito. Pararon el carro y dijeron que aquello no había
terminado, que un muchacho iba a cantar unas sevillanas.
¿Dedicadas a Goya y a la Duquesa Maja? No. ¿Sevillanas a Gaudí,
arquitecto genial protegido por el Conde de Güell, antepasado de
la autora? Tampoco. Sevillanas del Rocío, del camino, de la
marisma y otros tópicos al uso, cantadas con toda su buena
voluntad por un muchacho que en su vida se había visto en otra
más gorda, que si cantaba mal, tocaba la guitarra peor aún. Los
presentes buscaban mesas para meterse debajo de ellas, de
vergüenza ajena. Qué bochorno de topicazo, y ante una señora de
fuera. Lo más terrible fue que luego, en la falsedad ambiente de
Sevilla, no vean cómo felicitaban al muchacho de las sevillanas
los mismos que habían largado por lo bajini tela del telón
mientras el pobre hombre estaba allí cantando lo mejor que
podía, que era muy malamente. A mí me dio más vergüenza ajena
aún de esto segundo que de lo primero.
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Miércoles 20:
Sevilla Insólita
Así se titulaba
aquel libro del profesor Morales Padrón que aún sigue reeditando
Publicaciones de la Universidad: "Sevilla Insólita".
La realidad sigue cada día añadiendo páginas a aquel libro, ya
un clásico de la bibliografía sevillana. Es, por ejemplo,
absolutamente de la Sevilla insólita que unas lentísimas catas
arqueológicas tengan cortada meses y meses la calle Imagen. Los
promotores inmobiliarios saben de sobra que la dictadura de los
arqueólogos tiene en su mano la clave insondable de una magnitud
económica: los costos de construcción de obra nueva. A cuánto
va a salir al final el metro cuadrado construido o rehabilitado en
el casco antiguo depende de los imprevisibles retrasos y parones
de los arqueólogos. Pero más de la Sevilla insólita todavía es
la escatología canina. Traducimos: los mojones de los perros, con
perdón. El Ayuntamiento ha tirado la toalla en materia de
excrementos perrunos, pero, eso sí, tras hacer pública una
estadística absolutamente insólita. Cada vez que pisemos una
mierda de perro por esas aceras defecadas nos confortará saber
que los canes dejan cada día por las calles, plazas, jardines y
parques de Sevilla 5.000 kilos de excrementos, y que la guarrería
asquerosa que llevamos en la suela es una mínima parte del
problema. Que plantea, a su vez, insólitas preguntas: ¿Cómo se
pesan las mierdas de perro para hacer el aforo con tanta
exactitud? ¿Tiene el Ayuntamiento una máquina de pesar mierdas
de perro? ¿Cagan los perros de Sevilla más que todos los del
mundo, como cervantinos descendientes de Cipión y Berganza que
son?
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Martes 19:
Memoria rescatada
Nicolás
Salas dirigió la competencia del "ABC" en los
tiempos duros de la transición y realizó allí, entre otros, el
servicio civilmente impagable de lograr que la bandera de
Andalucía fuera aceptada como enseña de todos por una derecha
que luego tropezó en la misma piedra de su error el 28-F. Ahora
Salas escribe en la competencia del "Diario de Sevilla".
Y como aquí somos Abel Infanzón, no Caín Infanzón, destacamos
los méritos de la tarea divulgadora de la historia sevillana que
realiza Salas en la prensa. De nada valen las tesis, los tochos,
las investigaciones en fuente primaria si alguien luego no las
divulga, y este es el importante papel que está desempeñando muy
meritoriamente este periodista esforzado, trabajador, hormiguita
de su archivo y sus fotos. Ahora, Rogelio Delgado le edita la
recopilación anual de esos trabajos efímeros. "Sevilla ayer
y hoy 2002" se presenta esta tarde en el salón de actos del
Colegio de Médicos, que es el patio de su casa donde Salas suele
ofrecer los frutos de sus teclazos pasados a libro. Salas es el
solito es un Instituto de Estudios Históricos de Sevilla,
haciendo memoria de lo olvidado y desentrañando la historia de
los edificios, las plazas, las calles, las costumbres, los
personajes de la ciudad. Con nuestra felicitación, nuestra
invitación a que los amantes de las pequeñas grandes cosas de
Sevilla lean este libro sobre los firmamentos que perdimos.
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Lunes 18:
Labradores y Pineda
Los sociólogos
tienen estos días trabajo extra con las esquelas rituales de
noviembre. Los grupos sociales que vertebran a Sevilla anuncian
misas por sus hermanos difuntos, y esas papeletas son instrumentos
insustituibles para conocer el entramado de la ciudad estamental.
En el periódico, las esquelas del Círculo de Labradores y del
Club Pineda; esto es, dos cortes en la Sevilla de pequeña
burguesía (Labradores) y de la alta burguesía y nobleza
(Pineda). En la esquela del Labradores, 48 socios difuntos. Entre
ellos, Narciso Ciaurriz, don Antonio Delgado Roig, Manolo Fombuena,
Juan Candau Fernández-Mensaque, el doctor Lazo Zbikowski, José
Luis Urbano Castelló, Ramón Velázquez Zambrano... Y en la
esquela de Pineda, 28 socios difuntos. Entre ellos, tres condes (Osborne,
Maza y Odiel); un marqués, al que por cierto no le ponen el
título, quizá porque fue concedido por este Rey felizmente
reinante y no por un lejano Austria o Borbón (don Javier Benjumea
Puigcevert fue creado por Don Juan Carlos como marqués de La
Puebla de Cazalla); y esa Sevilla de Ignacio Ybarra Mendaro,
Manuel Otero Luna, José Manuel Tassara Llosent, Pablo Benjumea
Morenés. En la esquela de Pineda vienen señoras que nos dejaron:
Asunción Peña, Mercedes del Rey, Concepción Ybarra Ybarra, que
era en el siglo Tía Concha Ybarra; en la del Labradores, sólo
señores. Por si no han captado aún las diferencias de los
matices sociales, quedémonos con los dos políticos de la UCD
recordados en las esquelas: Mamué Tassara era de Pineda;
Manolo Fombuena, del Labradores...
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Domingo 17: Duelo y vuelo
Como estamos en pleno mes de noviembre, entra
completamente dentro de cacho hablar de la evolución de las
costumbres y ritos funerarios de Sevilla, coronas
con el escudo del Sevilla F.C. al margen. (En estas coronas,
como nos ha hecho ver el galerista José Cobo, la realidad ha
superado al arte de Rafael Agredano.) La cultura de la muerte
evidencia cómo Sevilla está poniendo su reloj en hora con los
tiempos del mundo más intensa y rápidamente de lo que podría
hacer pensar su sentido tradicional y siempre arcaizante. Hubiera
sido impensable hace unos años adivinar la aceptación social que
iba a tener la costumbre de incinerar a los difuntos en lugar de
inhumarlos. Como tampoco hubiéramos creído que la gente iba a ir
como lo más normal del mundo al tanatorio cabe San Lázaro. Los
ritos madrileños del famoso mortuorio de la M-30, al lado de la
SE-30. Aquello, la verdad, parece más un aeropuerto que un
tanatorio. En el amplio vestíbulo sólo falta que por megafonía
anuncien la salida de los vuelos hacia el más allá en el viaje
definitivo. Porque la pizarra digital que tras el mostrador de las
azafatas de tierra (de definitiva tierra) informa de las salas de
duelo y de las misas en la capilla es talmente el tablón
electrónico de salidas y llegadas del aeropuerto de San Pablo.
Tienen las referidas salas mucho de puerta de embarque. ¿Salas de
duelo o salas de vuelo? Ojalá el mochuelo en forma de aeropuerto
que nos largó Moneo en San Pablo pareciera tanto un aeropuerto
como el tanatorio de la SE-30.
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Sábado 16: Sevilla, ciudad
abierta
Intente usted entrar con su coche desde la Puerta
Jerez hacia la Avenida de la Constitución. Algo así como siete
mil guardias municipales le darán al alto y le desviarán por lo
menos hacia la Venta del Ídem: a la Venta del Alto, vamos. Pero,
en cambio, si usted conduce un camión de gran tonelaje ocho mil
ejes y cincuenta o sesenta metros de largo, puede entrar con él
hasta la Plaza Nueva y la Plaza de San Francisco, y tomar aquello
con total impunidad, como si fueran los tanques golpistas de
Valencia el 23-F. Sevilla es más interesante que una novela de
intriga: ¿cómo pueden entrar treinta camiones, treinta, hasta el
corazón de la ciudad y tomarla y bloquearla, sin que los vean los
guardias municipales? ¿Y como el responsable de todo no fue
inmediatamente detenido por desórdenes públicos? Se impone
urgentemente que Sevilla sea declarada ciudad abierta y libre de
conflictos, porque los ciudadanos no tenemos la culpa de los
negocietes particulares del día que me dio el tío del camión;
ni de las protestas de los jornaleros del SOC en la calle San
Fernando; ni de los interinos del SAS en frente a la Catedral; ni
de los docentes en la avenida de la República Argentina; ni de
los algodoneros en la Plaza de España. Convendría echar las
cuentas de cuánto nos cuesta en gasolina, en citas perdidas, en
taxímetros corriendo y en ciudadanos al borde de un ataque de
nervio cada una de estas protestas que toman las calles de Sevilla
por el pito de un sereno. Insistimos en lo que decíamos ayer:
nunca con tantas autoridades nacionales, autonómicas y locales
radicando en ella hubo en Sevilla tan poca autoridad.
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Viernes 15: De la autoridad y
sus agentes
La Guardia Municipal de Sevilla, vulgo Policía
Local, nos plantea interesantísimas cuestiones de lenguaje. A los
municipales suele llamárseles "agentes de la
autoridad". Primer problema semántico: ¿cómo se puede ser
agente de un principio que no suele ejercerse, porque dicen que es
fascista? Segundo problema: más que agentes de la autoridad, por
su comportamiento los municipales parecen a veces "pacientes
de la autoridad", por cómo se rebelan contra ella. Si los
guardias no obedecen a sus mandos, ¿cómo han de respetar los
ciudadanos a los agentes de la autoridad? Los guardias de Sevilla
pinchan las ruedas de sus propios vehículos en vísperas de la
Cumbre Europea y no pasa nada. Le arman la garata al alcalde a la
puerta de su casa y no pasa nada. El político que los manda, que
era gallardo y altanero, desautoriza al jefe y tampoco pasa nada.
Y por la radio de las órdenes dicen al Grupo Giralda que acuda a
prestar un servicio y responden. "A eso va a ir un
guardia..." Y no van. Y no pasa nada. Lo grave es que la
Guardia Municipal de Sevilla es un cuerpo armado integrado en las
Fuerzas de Seguridad del Estado donde sus componentes pueden
desertar, insubordinarse y hacerse objetores sobre la marcha sin
que pase nunca nada. Claro que todo viene de arriba. Si en el
Ayuntamiento no hay autoridad, ¿cómo va a haberla en los agentes
de la autoridad y en los siete mil u ocho mil jefes que tiene la
Guardia Municipal? Antonio Cuadri el peliculero tendría quizá la
solución: bastaría
rodar una película policiaca para que el alcalde hiciera un
"cameo" de lo que no suele: ejercer la autoridad
sobre los agentes de la ídem.
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Jueves 14: Protestantes
sevillanos
Si escribimos Gabino Fernández Campos puede
creerse que es una errata, con la Casa del Rey al fondo, y que no
es Gabino, sino Sabino. No es errata de ninguna clase. No es
aproximación y centena al lenguaraz antiguo jefe de la Casa de S.
M., sino el nombre de un benemérito pastor de la Iglesia
Evangélica de Sevilla. De los protestantes sevillanos, por si no
queda claro. Durante años y años, el pastor don Gabino
investigó y divulgó la historia de nuestros heterodoxos. Cuando
tenía mérito, que era durante la dictadura y el Estado
confesional. A trancas y barrancas, don Gabino difundió la obra
bíblica de Casiodoro de Reina y de Cipriano de Valera, hizo la
historia de la Inquisición y defendió la sevillanidad de los
frailes jerónimos de San Isidoro del Campo que abrazaron la fe
según Lutero y tuvieron que huir de la ciudad, río abajo, mucho
antes de los topicazos de los exilios y destierros, de Blanco
White y de Cernuda. Al cabo de los años, restauradas las
libertades y entre ellas la religiosa, hemos vuelto a encontrarnos
venturosamente con el pastor Gabino Fernández Campos a pie de
obra de su obra: presentando en el monasterio de San Isidoro del
Campo la edición de la "Biblia del Oso" de Casiodoro de
Reina. Con una mano sobre esa Biblia y en la bendita libertad, nos
planteamos la duda de que quizá los que vengan por línea directa
de San Isidoro y San Leandro sean los protestantes y no los
católicos, los de la Reforma y no los de la Contrarreforma. A los
evangélicos sevillanos, pues, que los registren de esta terrible
ciudad tridentina e inquisitorial en la que quizá todavía
vivamos.
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Miércoles 13: Tetuán, milla de
oro
Como hay gente que se atreve con todo, la empresa
inmobiliaria Healey and Baker ha dado a conocer la lista de Los 40
Principales de las calles del mundo donde están los locales
comerciales más caros. Ha salido lo que se esperaba: lo más caro
del mundo está en Nueva York (la calle 57 esquina a Madison y la
Quinta Avenida), o en los Campos Elíseos de París, o en Oxford
Street de Londres. En esa zona carísima (niño, se dice
"exclusiva") de Nueva York el cuarto y mitad de alquiler
de locales está 7.629 euros anuales por metro cuadrado (algo más
veinte mil duros mal contados por metro y mes). Lo verdaderamente
nuevo es que una calle de Sevilla figura en la lista: Tetuán. Ya
sabíamos que era la calle más europea de Sevilla, pero no que
anduviera de precios casi como sus homólogas de París o Milán,
y a cinco minutos de la Madison Avenue de Nueva York. Cuando se
abrió el eje comercial y de negocios de San Francisco Javier, a
la sombra del Corte Inglés de Nervión, le llamaron a aquello
"la milla de oro". Que Santa Lucía la de Santa Catalina
les conserve la vista: la milla de oro estaba en la calle Tetuán.
Que por cierto se ha revalorizado después de su peatonalización.
Es curioso cómo las calles peatonales históricas como Francos
cada vez tienen menos vida comercial y sus locales se deprecian,
mientras estas nuevas calles peatonales cerradas al tráfico en
nuestros días tienen una pujanza y una revalorización
inmobiliaria tal que si don Primitivo Garach levantara la cabeza y
viera lo que han dado por el local y los altos de su zapatería,
se volvería a morir del susto.
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Martes 12: La solución
Maestranza
Como casi toda la grey periodística ha cogido el
incensario para dedicarle un sahumerio de cinco jotas (ja,ja,ja,ja,ja)
a los caballeros de la Real Maestranza por el pregón y el cartel
taurinos, aquí no vamos a ser menos. ¡Marchando un elogio como
un sol para el Conde de Luna! Naturalmente que no es lo mismo
tener de pregonero a Carlos Fuentes y de cartelista a Carmen
Laffón (como ocurre con la temporada de toros en la plaza que
hace ricos a los maestrantes), que tener de pregonero a un tal
Vázquez, o Gómez, o Sánchez, o como se llame el del cuponazo
capillita de este año, y por cartel una
reproducción de uno de 1917, como ocurre con la Semana Santa
en el Consejo y en el Ayuntamiento. El pareado sale solo: la
solución, en el Paseo Colón (saludos, don Carlos). Que sean los
maestrantes quienes nombren al pregonero y al cartelista de la
Semana Santa. ¿No son los maestrantes un "lobby"
sevillano, y su teniente de hermano mayor pasa por una autoridad
local más, sin tener que salir de las urnas municipales? Pues
aprovechemos la collada de este poder fáctico. No debemos
quedarnos sólo en el pregón y en el cartel. Si la Maestranza lo
hace todo tan bien, ¿por qué no encargamos a los maestrantes que
arreglen la botellona, el tráfico, la inseguridad ciudadana? Con
el dinero que tienen por lo que cobran de la plaza, lo harían de
cine. Porque aquí nos hartamos de ir a las urnas a votar y luego
resulta que en Sevilla mandan tela dos poderes fácticos a los que
no ha elegido nadie: el "lobby" de los maestrantes y el
"lobby" de las cofradías.
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Lunes 11: Últimos de
Filipinas
Esta Sevilla que se acuerda de su pasado según y
cómo vaya interesando enterró ayer de mañana al ingeniero don
José Maza Selas, Pepe Maza para los que trabajaron con él en la
fábrica de cervezas de la Cruz del Campo; para otros, el padre de
Carmen Maza la diseñadora de moda. Maza Selas era, como su
compañero y amigo don Javier Benjumea Puigcevert, de la rara
promoción de sevillanos que se hicieron ingenieros del ICAI en
una ciudad agraria. Este título era el único que venía en su
esquela. Al cual, para memoria de la ciudad, añadimos ahora el
políticamente incorrecto: ex-teniente de alcalde del
Excelentísimo Ayuntamiento de Sevilla. Sí, en el régimen
anterior, ¿pasa algo? Pepe Maza no fue ni mucho menos un
falangistón de camisa azul, ni un jerarca de la dictadura, ni un
opresor de libertades. Fue uno de tantos sevillanos que del mejor
modo que pudieron quisieron servir a su ciudad como concejales del
Ayuntamiento, y sobre los que parece que se ha decretado una
terrible ley de silencio histórico. El otro día murió un
compañero de corporación de Pepe Maza, Antonio Romero Carmona, y
no mereció ni una línea en los papeles, siendo el delegado de
Ferias y Festejos que presentó a muchos pregoneros de la Semana
Santa. Consolidada felizmente la democracia, creemos que ya va
siendo hora de no ignorar este periodo de la Historia de Sevilla
al que Maza Selas pertenecía. Se nos están muriendo los últimos
de Filipinas de los ayuntamientos de la dictadura y, aparte de
otras cosas, su memoria y su testimonio se les está yendo vivo a
los historiadores. Ahí está, por ejemplo, felizmente lúcido y
sano, el alcalde Juan Fernández (sí, el de la avenida de tal
nombre) con un archivo personal que está pidiendo a gritos
historiadores de la Sevilla del desarrollismo.
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Domingo 10: "Er pograma"
de Raynaud
Anuncios en las puertas de los taxis al margen,
parece que Jaime Raynaud más que carrera electoral hacia la
alcaldía está haciendo carrera oficial hacia la presidencia del
Consejo de Cofradías. No hay día en que no salga en los papeles
con la propuesta de una chorrada en cofradiera materia que amenaza
llevar a cabo si llega a alcalde, ojú. Primero anunció que si
era elegido alcalde, establecería la Ruta Turística Cofrade.
Ahora, que si sale, creará en las Atarazanas o en la iglesia de
San Luis el Museo de la Imaginería (Cofrade por supuesto,
faltaría más). Ah, y que a la Ronda de Triana le pondrá Ronda
de la Esperanza de Triana, para que no quede calle sin rotulación
cofradiera. En este plan, a La Palmera es capaz de ponerle Avenida
de la Palmera del Paso de la Borriquita y a Emasesa, Empresa
Municipal de Aguas del Museo. Más que programa electoral, parece
que Raynaud lleva "er pograma, con la lista completa de toas
las cofradías, er pograma". Por conquistar el voto de los
niñitos repeinados de las chaquetitas azules y de sus padres, los
cofrades con vivencias y puesto en la junta, no va a quedar la
cosa. Este saca mayoría absoluta... en la Quinta Angustia. Ojalá
un señor tan serio se deje de tonterías
de capirote y corrija su capilliteo lamentable o, en caso
contrario, ojalá no salga de alcalde. Lo que le faltaba a esta
Sevilla que padece una gravísima metástasis cofradiera en fase
terminal era un alcalde que le diera todavía más hilo a la
cometa del casi masónico "lobby" cofradiero.
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Sábado 9: Cartelitis crónica
La cartelitis es una enfermedad artística
crónica de Sevilla, que al parecer no tiene remedio. No se rían
si decimos que ya ha sido designado el artista que pintará el
cartel del XXV Aniversario de la Cuadrilla de Hermanos Costaleros
de la Hermandad de la Paz. Parece que hay actos y celebraciones
que se organizan únicamente para poder encargar un cartel y
presentarlo a la prensa para que salga retratado junto a un
caballete un señor que quiere alimentar la vanidad de su ego
particular. Sorprende que en esta cartelitis crónica el
Ayuntamiento no haya encontrado nada digno de elegir como cartel
de las llamadas Fiestas Primaverales, ellas de solteras Semana
Santa y Feria antes del presente ataque municipal de progresía
trasnochada. En vista de lo cual, se tira de archivo y se
reproducirá como cartel el que pintó Gustavo Bacarisas en 1917,
cartel bellísimo, por cierto, como toda la obra del artista
gibraltareño avecindado en los altos del Mercado de Entradores.
Lo que ocurre es que el cartel antiguo representa dos señoras
vestidas de flamenca y bailando, y no hay capirotes ni palios por
parte alguna. Hay quien dice que el Ayuntamiento debería hacer
como la Real Maestranza con el cartel taurino: encargarlo a dedo y
dejarse de cuentos. Por casi el mismo precio que un concurso
desierto, a la Maestranza le va a pintar el cartel taurino Carmen
Laffón. Lo cual es un milagro de la cartelitis sevillana:
conseguir que la indolente Carmen Laffón se ponga a pintar.
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Viernes 8: Palomas y cohetes
para el día 15
A ver si el día 15 está disponible la Banda
Municipal y no anda interpretando sus habituales variaciones sobre
un tema de conflicto colectivo y no pega la habitual fuga sin
tocata, como en la coronación del Valle. A ver si el día 15
cogemos todas las palomas de la Plaza de América y de la Plaza
del Salvador, las enjaulamos y las llevamos para soltarlas. A ver
si el día 15 contratamos a media docena de pirotécnicos de
Benacazón (que son los mejores del Aljarafe) para que tiren todos
los cohetes del mundo. Porque la ocasión requiere alegres
pasodobles, suelta de palomas y estallido de cohetes. Ese día 15,
el Ayuntamiento va a volver a abrir a la circulación el Paseo
Colón, tras el follón formado por el agujero del aparcamiento
subterráneo. La noticia, de por sí, ya es venturosa, pero más
todavía un aspecto absolutamente insólito que implica: por una
sola vez y sin que sirva de precedente, el Ayuntamiento va a
cumplir fielmente lo prometido y anunciado. Dijeron que el día 15
se abriría el Paseo Colón y, por las trazas, a lo mejor hasta se
abre antes. Si pasan por allí, verán que ya está echada la losa
de hormigón sobre el agujero subterráneo y que incluso están
asfaltando las calzadas. Y si de camino, como anunciaron, abren
también ese día el cerrado Paseo del Cristina, pues nos van a
faltar cohetes que tirar y palomas que soltar por la doble promesa
insólitamente cumplida.
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Jueves 7: Sor Angela
En las calles del amanecer de Sevilla, dos
mujeres, en el silencio de sus alpargatas, vienen con su estameña
de franciscana color y sus blancas tocas. En las dualidades de la
ciudad, la una habla y la otra calla. Vamos, una es de cofradía
de barrio, y tan de barrio, y otra de hermandad de túnica de
ruán. Una de ellas lleva siempre una bolsa. Van camino de una
parada de autobús en la ciudad que se despierta y deslegaña.
Todos sabemos de dónde vienen. De pasar la noche en vela. De
cuidar a un enfermo que el pobre no tiene ni dónde caerse muerto,
al que abandonó la fortuna y, por las mismas de que no dejará un
duro, nada más que trampas, hasta la familia. A estas alturas del
relato no hay que decir que son las Hermanas de la Cruz. Pero hay
que decir, porque no se ve por la calle, los colegios que
mantienen, las obras de asistencia que sustentan con los donativos
que les llegan sin que los pidan, como caídos del cielo, si
sabrán ellas del cielo... Y esto que todos los sevillanos vemos y
sabemos desde hace una jartá de tiempo, ahora lo han descubierto
los señores cardenales de Roma. Pues mire usted, Padre Santo de
Roma: no hace falta que lo diga el Vaticano. Los sevillanos
sabemos que Sor Angela de la Cruz era una santa, como lo son estas
mujeres suyas que al alba vienen camino del autobús después de
pasarse la noche en vela cuidando un enfermo desahuciado hasta por
su familia. No lo tiene que proclamar bula pontificia alguna. Nos
lo dicen, con su paso racheado, las alpargatas de las Hermanas de
la Cruz en el amanecer.
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Miércoles 6: La capital de la
doble fila
Estamos en la Ciudad de la Gracia, en la Tierra de
María Santísima... y en la Capital de la Doble Fila. Esto de la
doble fila debe de ser una tradición local, quizá un homenaje a
las cofradías a lo largo de todos los días del año. ¿No van
los nazarenos en dos filas? ¿Por qué no han de aparcar así los
coches? Sevilla quizá sea la única ciudad del mundo donde los
vovis y los gorrillas te invitan a aparcar en doble fila:
"Déjelo usted ahí, cerrado, pero suelto". Todo aquel
que va a hacer algo tan sevillano como un mandado sabe que puede
dejar el coche en doble fila: "Es un momento sólo, voy a ir
a hacer un mandado". A efectos de la doble fila, "un
momento" es una unidad de tiempo que según el daliniano
reloj de cera de Sevilla puede llegar a media horita o tres
cuartos. La Guardia Municipal, vulgo Policía Local, en su
campaña de productividad de multas, ha puesto 801 sanciones por
estacionamientos en doble fila. Pocas me parecen. Si sancionaran
insistentemente a todos los coches estacionados en doble fila
hasta que dejen de hacerlo, no habría talonarios de multas
suficientes. Y nuestra encuesta particular señala que la grúa le
tiene aversión al coche aparcado en doble fila. Se llevan los que
están en las esquinas, sin molestar a nadie y sin entorpecer el
tráfico, pero no al coche que, diez metros más adelante, está
en doble fila, originando el tapón circulatorio nuestro de cada
día. Echamos a las obras de los aparcamientos las culpas del
colapso circulatorio motivado más que nada por esta dichosa
costumbre local de la doble fila.
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Martes 5: Castañero en camiseta
Como el que avisa no es traidor, sepa que está
usted, querido lector, ante el tradicional artículo de las
castañeras, en versión minimalista. Hace días que en La
Campana, delante de los blancos escaparates de la tienda de Zara,
en la esquina con San Eloy, está el puesto de castañas, para no
desmentir las fechas en que estamos ni que nos falte tema para el
artículo ritual novembrino. Pero este año el puesto de castañas
es de toma castaña. Como siga así el cambio climático, el
agujero de ozono y este verano tropical que está arruinando en
las ventas de artículos de invierno a los comerciantes, el tío
del puesto de castañas va a tener que cambiar el negocio por otro
de helados al corte o en cucurucho. Porque el castañero tiene un
ver: en vez del castañero tiritando de frío, con los mitones y
la bufanda, triste e invernal como un cuento de Navidad de Dickens,
el hombre de las castañas va en camiseta. Vamos, en T-Shirt, para
decirlo con el lenguaje americanizante en boga de la Sevilla del
Halloween y del MacDonnald. No le damos importancia a nuestras
cosas, y a esto del castañero de la esquina de Zara le podíamos
sacar un dinero turístico muy curioso. Aquí donde nos tienen,
Sevilla es el único lugar del mundo donde el tío que vende las
castañas en pleno noviembre va en camiseta.
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Lunes 4: Hartazgo cernudiano
Hace unas semanas, una prestigiosa entidad
cultural sevillana celebró junta general y decidió por
unanimidad algo insólito: no dedicar absolutamente ningún acto a
Luis Cernuda en su centenario. Dijeron que ya estaba bueno lo
bueno, que no iban a caer en la vulgaridad general del homenaje a
Cernuda por parte de tienes no tienen el gusto de conocerlo y que
el centenario se está convirtiendo, como suele ocurrir, en
hartazgo. Para confirmar esto del hartazgo hasta el ridículo,
ahí está la Diputación. Se va a gastar un dinero muy curioso en
colocar seis bustos, seis, del poeta en otros tantos pueblos que
no tienen absolutamente nada que ver con la obra cernudiana. A
saber: Utrera, Dos Hermanas, Puebla de Cazalla, Tomares, Alcalá
de Guadaira y La Rinconada. Aguanten la risa, por favor, si
piensan en la relación de Cernuda con La Rinconada. En los seis
pueblos van a colocar un busto del poeta realizado por el escultor
Miguel García, aquel a quien le dejaron colgado el monumento
ideado por Jesús Aguirre. Dice el escultor que en su obra Cernuda,
representado con chaqueta burguesa y republicana corbata de lazo,
"transmite un sentimiento de incomodidad al ser observado por
los demás". Incomodidad es poco. A lágrima viva tendría
que llorar Cernuda en su busto si viera la manipulación que está
haciendo de su figura esta desolación sin quimera de ningún tipo
llamada política cultural oficial sevillana.
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Domingo 3: Prensa y cambios sociales
Con el café por delante y la tostada con aceite, abrimos ayer de mañana
los periódicos y nos dijimos: "Ea, a ver qué crónicas y fotos vienen
de ese profundo cambio social sevillano protagonizado por la gente joven,
que ha sido trocar los ritos del Tenorio en Tosantos y Difuntos por la
mascarada norteamericana del Halloween". Vimos una gaceta, y nada.
Otra, y tampoco nada. Y otra, y otra, y en ninguna de ellas venía una sola
línea del fenómeno. Ni una foto de los miles de muchachos que recorrieron
las calles y llenaron las discotecas y bares de copas vestidos de brujas, de
fantasmas, de espectros, de demonios. Es decir, que los historiadores
futuros que vayan a la hemeroteca, no tendrán noticia alguna de este
interesantísimo cambio social. Por el contrario, en los periódicos venía
todo, absolutamente todo, sobre la coronación de la Virgen del Valle. No
pude enterarme de por qué ha arraigado el Halloween con esta fuerza en la
Sevilla joven, pero en cambio lo sé todo sobre la coronación tirillita en
la Sevilla rancia. Pregúntenme lo que quieran sobre el chaqué de José
María O´Kean, sobre el traje negro de Carmen Sevilla, sobre la copla nueva
de los viejos seises, en los que Castillo y Gil Delgado van de León y
Quiroga. Como en tantos otros aspectos de la actualidad de Sevilla y de lo
que realmente pasa aquí, tendremos que esperar quizá a que vengan
periodistas de diarios de Madrid para hacernos la crónica del cambio
ciudadano que ha supuesto el Halloween. Sevilla sigue siendo la única
ciudad del mundo que se pasa el día hablando de un tema del que a la
mañana siguiente no viene una sola línea en los periódicos.
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Sábado 2: El Carnaval del Halloween
¿Quién dijo que en Sevilla nunca arraigaría el Carnaval? A ver, que
levante el dedo quien dijo eso. Probablemente, no estuvo por la calle la
otra noche. Ni en el barrio de la Viña de Cádiz en pleno sábado de
Carnaval se ven tantas máscaras por la calle como en Sevilla la noche del
Halloween. Ni calabazas, ni rito de los duendes y las brujas, ni grupos de
niños pidiendo golosinas, ni nada de nada de la fiesta original
estadounidense. Lo de aquí es Carnaval puro y duro, una gran fiesta de
máscaras a pie. Disfraces de guardarropía y disfraces de fortuna, en plan
vámonos que nos vamos, improvisados con la túnica de nazareno del hermano
y con una guadaña de cartón hecha con el palo de la fregona. Todas las
caras pintadas del mundo. Faltaban las chirigotas ilegales y las charangas
familiares para que fuera como un homenaje de la Sevilla de noviembre al
Cádiz de febrero. Todo se andará. No en balde el chirigotero Yuyu anda por
aquí, trabajando en Canal Sur, y el coro de la Viña vino el otro día a
cantar la misa carnavalesca en una cofradía. Para que sea totalmente
Carnaval, al Halloween de Sevilla sólo le falta la comparsa de Martínez
Ares, de quien son fervientes partidarias todas estas Brujas Pitis
sevillanas que llenaban las calles. Nuestra propuesta es, pues, darle a este
Carnaval toda su dimensión. ¿No se celebra en mayo la Feria de Abril?
¿Por qué no se ha de celebrar en noviembre el Carnaval? ¿No somos la
ciudad de las Fiestas Mayores, donde toda cultura es fiesta y viceversa?
Pues consagremos esta asimilación carnavalesca que Sevilla ha hecho de la
fiesta norteamericana.
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Corona de flores
en forma de escudo del Sevilla F.C. en los puestos de la
entrada al cementerio (Foto gentileza de don Julio
Domínguez Arjona) |
Viernes 1: Sevillista hasta la muerte
Pues no salimos de la rotonda del
cementerio, donde ya estuvimos ayer en este rinconcito, pues es día de
ello. Hombre, en Tosantos y Difuntos no vamos a comentar que hoy abre el
Hipercor de San Juan de Aznalfarache... Con los puestos de flores de la
rotonda del cementerio podría hacerse una antología del "kitsch".
El cementerio de Sevilla no es el más alegre de España: es el más "kitsch",
con continuas incorporaciones. La tumba de Paquirri, el monumento a Juanita
Reina, ¿qué son, sino "kitsch" puro? Y los puestos de flores de
la entrada. ¿Habrá algo más hortera que esas coronas de flores en forma
de rojos corazones o de blancas cruces? Sí, lo hay: lo que vimos ayer. Una
corona de flores que reproduce fidelísimamente el escudo del Sevilla F.C.
No, no se rían, que esto es muy serio. Hay quien a sus seres queridos les
lleva una corona con el escudo del club de sus amores. Si vimos la corona
con el escudo del Sevilla es porque seguro que la corona del escudo del
Betis ya la habrían vendido. Y entra todo dentro de las claves estéticas,
sociales y culturales de la ciudad. Si ve usted hoy o mañana entrar a
alguien en el cementerio con una corona en forma de escudo del Sevilla, no
pregunte a quien la lleva, que la respuesta que le darán es sabida:
"Es que mi padre era sevillista hasta la muerte. Mi padre es que moría
por el Sevilla..."
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