Diario El Mundo

El Recuadro

 Antonio Burgos

El Mundo,  lunes 22 de junio  de 1998


Jura de Hacienda

PADRE...y muy señor mío don Rodrigo Rato

Los jóvenes que presentan la renta por primera vez hacen su Jura de Hacienda como si fuera una jura de bandera por lo civil

Como al médico que cuando le preguntaban "¿qué hay de particular?" respondía que muy poco, que todo era del Seguro, los rótulos de la puerta de los cuarteles deberían ser rectificados. En vez de "Todo por la Patria", debería poner: "Casi nada por la Patria, pero todo por el Estado". No hay conciencia de nación más que cuando las Cortes debaten su estado. Y nada hablo de la bandera nacional, porque igual que decía Clemente que el blanco daba mal bají a la selección, ahora que con el rojo no hemos podido ni con Paraguay, puede ocurrir que salgan diciendo que la culpa es del rojigualdo de Manolo el del Bombo. No vamos a tener idea de España ni con la selección nacional de fútbol. Porque nos empeñamos en la simbología romántica de la Patria, sin acuñar una estética del Estado moderno.

Hoy, por ejemplo, en todas las regiones militares, departamentos marítimos y sectores aéreos, un montón de chavales juran bandera, y nadie lo dice. Jura de bandera por lo civil, claro, porque los juras de bandera por lo militar se hacen de tapadillo, como para no molestar. La jura de que hablo es una jura de bandera fáctica: la vez primera en que un mozo en edad de trabajar presenta la declaración de la renta. Con el paro juvenil que hay, presentar la declaración de la renta por vez primera sí que es el día más feliz de mi vida, y no la primera comunión. Con la declaración simplificada en la mano y delante de la ventanilla, el mozo hace el más solemne acto de fidelidad a la Patria. Igual que antes la Patria necesitaba mozos para mandarlos a las guerras, ahora los reclama para alimentar con sus impuestos las obligaciones sociales del Estado del Bienestar. La contribución personal a la Patria es hoy ir de paganini de la renta, para que puedan cobrar su pensión esos jubilados que un día juraron bandera como hoy, último día del plazo, estos jóvenes realizan la jura de Hacienda. Yo es que hasta organizaba actos solemnes en todas las delegaciones. Los mozos al mogollón con el sobre del PADRE en la mano, y ese funcionario que les toma el juramento:

-- ¿Juráis o prometéis presentar todos los años de aquí en adelante la declaración de la renta, ora sea a devolver, ora a ingresar, y derramar en el altar de la patria hasta la última gota de vuestros ingresos exprimidos por el Fisco, para que con vuestros impuestos podáis contribuir al sostenimiento del esplendor y la prosperidad de la Patria?

"Sí, lo juramos", responderían unos. "Sí, prometemos", dirían los más. Y luego, el funcionario, a la coronela, tomado el juramento, diría: "Si así lo hacéis, el Estado del Bienestar os lo premie con desgravaciones, y si no, os lo demande, porque os vais a enterar con los inspectores que os vamos a mandar para que os crujan..." Tendríamos así una idea perfectamente actual de la Patria, para lo cual sería conveniente que, tal día como hoy, todos los años, igual que se dan las cifras de los que votan por vez primera cuando hay elecciones, se dijera: "375.000 jóvenes cumplen hoy por primera vez con el derecho y el deber de soltar la tela a Hacienda". Porque Hacienda es hoy bandera, escudo, himno, el mejor símbolo de la Patria. En la puerta de cada industria, de cada comercio, de cada centro de trabajo, hay un invisible letrero que pone: "Todo para Hacienda".

 


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