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En Andalucía falla el sentimiento colectivo de
pueblo |
Choca esos cinco, Antonio García Barbeito, que lo que escribías ayer
sobre las Andalucías es lo que pensamos muchísimos andaluces. Por lo menos seis o siete.
Porque esto de Andalucía, colombroño aznalcazareño, es cada vez más lo que decía Luis
Cernuda.
-- ¿El qué, maestro?
Que Andalucía es un sueño que unos
cuantos andaluces llevamos dentro.
-- Y del que viven otros cuantos que ni
creen en ella, ni sueñan con ella, ni ná de ná, pero que cobran a fin de mes de la
Junta de Andalucía.
Pues choque usted esos cinco otra vez,
¿será por chocar? Que tiene usted toda la razón, Don Barbeito: que esto es más grave
de lo que pensamos. Por lo que le voy a decir: porque la autonomía no ha servido para
solventar el enfrentamiento entre unas provincias andaluzas y otras, unas ciudades
andaluzas y otras. En lo de "una sola Andalucía" solamente cree Pepenúñez, y
a efectos de los anuncios del turismo. Aquí hay tantas Andalucías como andaluces. Hasta
la vez que nos unimos, aquel 28-F del "andaluces, levantaos" (tras lo cual los
andaluces nos volvimos a sentar), hubo sus más y sus menos. En el Casino de la
Exposición de Sevilla, la noche de aquel 28 de febrero, cuando por culpa, culpita de
Almería se había perdido el referéndum de la preguntita de la guasa, si llegan a coger
a uno de Almería, la que le lían en la cara... Hubo en aquel momento un sentimiento
colectivo de presentar a Almería como "provincia traidora". Menos mal que se
pasó. Ahora Almería simplemente está muy lejos. O no está. O se sigue yendo al
Cortinglés de Murcia a comprar, la forma más efectiva de renunciar a la identidad
andaluza por la vía del 143... de la tarjeta de crédito.
Perdón por la manera de señalar siempre a
Cataluña. Pero en Cataluña, cuando Pujol hace lo que sea para Barcelona, en Lérida se
alegran muchísimo y en Gerona todavía más, porque todos los catalanes consideran a BCN
como su capital, y entienden que lo que es bueno para BCN es divino para Cataluña. El
Barsa es considerado como el club de toda Cataluña. Aquí, por el contrario, no tragamos
que Andalucía pueda tener tres equipos en Primera. Los andaluces no nos acabamos de creer
que Andalucía sea una región de Primera. Cuando metemos la Primera, nos rasca la caja de
cambios. Creemos que aquí, con sólo un equipo en Primera vamos bien despachados... si
ese equipo es el nuestro. Y al que ose subir, peñascazo que te crió. Debemos de ser tres
o cuatro los andaluces que no solamente queremos al Málaga, al Sevilla y al Betis en
Primera, sino que también estuviera el Recre y hasta la Balompédica Linense. Y si
también está el San Roque de Lepe, mejor.
Lo grave es que la Junta de Andalucía
tenía que haberse propuesto como objetivo político prioritario la cohesión de
Andalucía y la supresión de enfrentamientos. Esto nada más que lo entendió así Pepe
Borbolla cuando era presidente. De hecho, la Autovía del 92 no une nada en las provincias
y las ciudades enfrentadas. Sólo sirve para que los sevillistas lleguen antes a Málaga,
a que los malacitanos les peguen peñascazos. Y mientras, en San Telmo, tirando un billón
setecientos mil millones de pesetas de presupuesto en nombre de una cosa que no existe:
Andalucía. Y no llames, Barbeito, al Defensor del Pueblo Andaluz, porque ésa es la
clave: no hay pueblo andaluz. Hay habitantes de Andalucía. Que no es lo mismo. |