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Lo
más triste es que la Humanidad, a pesar de tanta tecnología,
no ha avanzado nada. En materia de los peores instintos del
hombre seguimos en el lugar donde Caín mató a Abel. Lo mató
con fuego amigo, naturalmente. Escribía antier unas palabras
para
Julio
y me salía un fondo sentimental de canciones de la guerra civil
española, en esta contienda en la que, como entonces, hay hasta
Brigadas Internacionales. Y vuelven las banderas victoriosas de
las barras y estrellas al paso nada alegre de la paz de los
cementerios, y la tecnología nos permite contemplar la moviola
de la Historia con lo que está ocurriendo en el caos de Bagdad.
Unos moros llevan en un carromato el producto del saqueo. Han
arramplado hasta con las alfombras de un ministerio, con una
nevera, con un jarrón espantosamente hortera. Las ganas de
saqueo que hay que tener para llevarse ese jarrón; vamos, ni
por todo el oro del mundo me lo llevaba yo. Es más hortera que
la cama del palacio de Sadam, si ello es posible. Y se llevan
todos los neumáticos del mundo. ¿Pero esto qué es? ¿La toma
de Bagdad o un anuncio de Michelin? ¿Para qué querrán estos
moros tantos neumáticos, con la que tienen encima?
¿Pero son estos moros los
sojuzgados por Sadam, o son los moros de Regulares reclutados
por los golpistas de 1936, cuando nuestra guerra? El saqueo es
el mismo. Badajoz la saquearon los Regulares como ahora Bagdad:
no dejaron un reloj despertador vivo. Lo único que ha avanzado
la Humanidad es que hemos pasado del reloj despertador que se
llevaba el moro de Regulares al jarrón espantoso que se lleva
el moro de la Guardia Republicana que en la profundidad de sus
convicciones se ha quitado corriendo el uniforme al ver llegar
la primera tanqueta enemiga. Sadam ha alardeado con esos moros
de su guardia como Queipo de Llano con aquellos que montó en un
camión para darles vueltas por Sevilla. La Historia es siempre
una película cuyo argumento nos conocemos, sabemos que terminan
ganando los del Séptimo de Caballería.
Y, más triste aún, se repite
el entusiasmo tornadizo de las masas. Los que se rompían las
manos aplaudiendo a Sadam son los mismos que ahora pisotean su
derribada estatua, o quienes se quitan la babucha para pegarle
alpargatazos a su retrato. A estos moros babucheros que rompen
el retrato de Sadam los conozco yo de toda la vida. No hay que
ir tan lejos para ver el colectivo cambio de camisa ante la
caída de una dictadura. Aquí con los mismos que hacían cola
ante el ataúd de Franco en la calle Bailén, más de uno y más
de dos construyeron luego una muy democrática mayoría
absoluta.
Sobre
la guerra, en El Recuadro:
- "Palabras
para Julio A.Parrado"
- "Guerra
no, gracias"
(29 enero 2003)
- "El
as en la manga"
- "Terenci
murió en Bagdad"
- "Falta
la bandera de España"
- "Contra
los americanos"
- "Ilegalizados"
- "Pacifistas
de cinco jotas"
- "Almodóvar
y Marifé de Triana"
- "Un
asesino"
- ¿Irá
el Gafe en el "Galicia"?
- "La
falla del Bu"
- "Azorados"
- "Sadam
Hussein vende cal"
- "Don
Tancredo en Texas"
- "Los
nuevos amos del mundo": opinión de A.B. en la encuesta de
El Mundo, "Reflexiones ante la guerra"
- "Suenmano"
"El Rey nos manda a
los albañiles"
- "Almodòvar
se juega el Oscar"
- "Memoria
de la fragata Santa María"
- "Pancarta
contra la guerra"
- "Sueño
goyesco"
- "Pegatinas
a la andaluza"
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