No me gusta ni tutear ni tuitear, nuevo verbo
impuesto por la modita dichosa de las redes sociales. Hay quien no puede vivir sin redes sociales ni sin tuitear, sin meter su visión del mundo en 140 caracteres de teclado de ordenador, que ya es resumir. Será como lo que cuentan de Abraham Lincoln, hombre parco en palabras, al que un domingo, al salir del oficio religioso en su iglesia, le preguntaron:
-- ¿De qué ha hablado el pastor?
-- Del pecado.
-- ¿Y qué ha dicho?
-- Que está en contra.
Bueno, pues yo estoy en contra de Twitter y de Facebook y de otras formas retículo-sociales de perder el tiempo y hacerlo perder a los demás, así como de renunciar a nuestra intimidad o ser invadidos por intimidades ajenas que nos importan un pimiento (de los que se come la maxiconsejera de Agricultura). A pesar de lo cual, me atrevo a tuitear la memoria de Sevilla. La Ex Sevilla que entre las redes sociales y lo que no son las redes sociales nos la han dejado que no hay quien la reconozca. Aquí va mi hispalense tuiteo:
El mejor calzado que conozco, de Almacenes Carmelo Orozco. Qué suerte, dormir en Camas Fuertes. Los zapatos de rejilla de Segarra. El Avenida de verano. Selecta nevería. El cine Esperanza. Las piedras de mechero de estraperlo. El Rápido Algeciras. Herrera el de las plumas. Qué te brillan las espuelas. Los refugios de Charco Redondo. La Corchuela. La cochera de los tranvías. El orozuz de Zara. El arazú de palo. El chicle Bazooka. El cine Apolo. Trajes vueltos. Sesión vermú. Tintorería Larios. La Llave. El Martillo. El cine La Gloria de la Gran Plaza. El cine Goya. Las bizcochadas de Castilleja. Barquitos Loli. Magdalenas Sisto. Las sultanas de coco. Las cristinas. Las superonzas del chocolate Virgen de los Reyes. El álbum de cromos de las chocolatinas de Nestlé. La linterna del acomodador del cine Imperial. 3 y 5, continua; 7 y 9, numerada. El hombre del acordeón. Sarasate el violinista. La Venta Ruiz. El Hotel Biarritz. Conozca usted a sus vecinos. Almacenes Puente y Pellón y Galerías San Sebastián. Lo toma o lo deja. Pañerías Redondo. El sí de Lirola. La cola del petróleo. ¡Niña, el latero! Una gaseosa. Radio Vida. El polo de fresa y el polo de menta. El creamsicle y el popsicle. Un helado Frigo al corte, de tres gustos. La barra de Fillol. Festival. Vía Véneto. La Granja Garrigós. Los batidos de Ochoa. Los espejos del Britz. Casa Damas. Sedylana. La Caucho. Los Caminos. Los Madrileños. Mantequerías Leonesas. ¡Al güolfray parisién, al rico parisién! Simón el representante de manzanilla La Gitana. Las cubanas. Vicedo y Salustio. El Hispalito de Manolo Lorente. Juan Tribuna. Don Pepe y su sobrino. Las medias lunas de La Española. El Padre Estudillo. La Voz del Guadalquivir. Las cosas de Pepe Da Rosa. El tranvía de los Hotelitos. Los cartuchos de altramuces para los patos de la isleta. La tienda de deportes de Juan Arza. El cartel de los Sanfermines en Deportes Zeta. Los Pegasos de la línea 6. Flomar. Paños Izquierdo Benito. El anuncio del botones de Pedro Roldán. Los Corales. Los Candiles. Casa Cobo en la Puerta de la Carne. Los puestos de melones y sandías. El tranvía del Cerro. El Rey de los Bolsos. La Casa de las Galletas. Curro el de los periódicos. El jamón del escaparate de Casa Marciano. (Y si usted quiere tuitearme su memoria de Sevilla, la espero en  redcuadro@yahoo.es . ¿Será por tuitear?)