ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC,  17 de marzo de 2014                  La Semana Santa en El Recuadro
                                
 
Cuidado, macarenos
 
 Por favor, hermanos de la cofradía de la Madre de Dios: tened mucho cuidado con los papeles de la celebración del cincuentenario de la Coronación de la Esperanza Macarena... Que por nada del mundo vayan a llegar a San Telmo esas convocatorias, carteles, anuncios del pregón de Caro Romero o programas de cultos y procesión extraordinaria. Y si van ustedes a editar algún impreso conmemorativo con la crónica del comandante Benigno González en ABC y con las fotos de aquel 31 de mayo de 1964 que ayer evocaba Aurora Florez en su reportaje sobre los protagonistas que aún están gracias a Dios entre nosotros, extremen mucho más el cuidado. Que no llegue ni una sola hoja retrospectiva a San Telmo. Y muchísimo menos las fotos. Las hemerotecas las carga el diablo.

-- ¿Y por qué tantas precauciones y miedos para una cosa tan gozosa como eso de que la Esperanza ahora de verdad pueda ir a la Plazaspaña, porque aquel día la lluvia no la dejó llegar y tuvo que ser coronada en la Catedral?

Porque en la Catedral, querido lector de cirio verde, recordará usted que estaba Franco. Que Franco entonces no era Franco, sino el Generalísimo o el Caudillo. Eso de "general Franco" lo dicen ahora. Entonces no había cojones de mentar a Franco como general raso: tenía que ser de Generalísimo para arriba. O Invicto Caudillo. Y sólo el apellido Franco, tampoco. Tenía que ser "Franco, Franco, Franco", en plan aclamación. Que en Sevilla lo aclamaban tela. Como decía ayer en estas páginas el mejor conocedor nuestro Historia en el siglo XIX, el profesor Moreno Alonso, Sevilla es tan chaquetera y cobardona que siempre está con el que gana. Siempre acude urgentemente en socorro del vencedor. Y con Franco estuvo tela. Por eso lo más normal del mundo fue que Franco viniera a la Coronación de la Esperanza, como recuerdan las fotos y las crónicas. De ahí mi petición de máximas precauciones en cuanto pueda llegar a San Telmo.

En San Telmo, como ustedes saben, gracias al Pacto de Perdedores que impidió que se cumpliera el deseo de los andaluces que dieron al PP como el partido más votado, tiene su poltrona un señor más rojo que Caperucita que se llama Valderas. Y que es vicepresidente de Andalucía, ¡toma ya! Este señor, que pasó del color butano al color rojo porque era mucho más rentable y no había que subir las bombonas a pisos terceros sin ascensor, no está en absoluto preocupado por el 36 por ciento de paro que hay en Andalucía. Le trae sin cuidado que nuestra región sea la de mayor índice de fracaso escolar. No pierde el sueño por el cierre de industrias, por los concursos de acreedores, porque nuestros licenciados se tengan que ir a Inglaterra o a Alemania a encontrar trabajo, como antaño los jornaleros de la maleta de cartón amarrada con tamizas, sólo que ahora van con el móvil, la tableta, el portátil y la credencial de la generación más preparada...y más parada. Todo eso no le preocupa en absoluto a Valderas. Lo que lo trae loquito es que hace 75 años los nacionales ganaron la guerra y los rojos la perdieron, mecachindiez. Y quiere que ahora sea al revés. Por lo cual su máximo ahínco (sin rima) es borrar toda huella de la Victoria y de sus consecuencias, así como de los asesinatos en su bando de él.

Y aquí es donde quería yo llegar con los fastos macarenos del próximo 31 de mayo, queridos hermanos de la Esperanza, cuando la Madre de Dios volverá a pasar por La Campana camino de esa Plazaspaña de los remeros de la canción de Perales, que estudió en la Universidad Laboral, lagarto, lagarto, que ahora es la Olavide. La coronación de la Esperanza fue presidida por Franco. Que no se entere Valderas, por Dios, amigos macarenos, porque prohibe su conmemoración. Como se entere Valderas de que Franco estuvo en la coronación de la Macarena, coge la Ley de la Memoria Histórica, les pega a ustedes con ella en toda la boca y prohibe los actos. (Menos mal que Valderas no sabe de esto ni papa, no tiene paladar para saber qué es la gloria bendita de la Madre de Dios Coronada ni la historia de su cofradía, puro pueblo de Sevilla...)

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