Hizo Aníbal grandes obras que por sabidas no voy a detallar. Incluso hizo las que no firmó. El sevillano, que se conoce el Estilo Sevillano que codificó Aníbal, le atribuye todo lo que le suene a regionalismo arquitectónico. Obras de Talavera, de Espiau, de Gómez Millán, pasan por ser de Aníbal en el imaginario popular. Y como los maestros albañiles de la tradición, hizo Aníbal una gran obra en forma de gran patio. Se lo encargaron cuando Sevilla andaba con el sueño de la Exposición Iberoamericana. Cuenta Fernán Caballero que en la ciudad antigua, cuando un sevillano encargaba una casa, le decía al maestro de obras: "Me hace usted un buen patio, con una fuente, con sus columnas y con sus galerías. Y si sobra sitio, me pone usted unas cuantas habitaciones alrededor". Yo creo que cuando a Aníbal le encargó Cruz Conde la Plaza de España le dijo algo así: "Me hace usted una gran plaza, con una ría, con puentes, abierta a la luz de Sevilla. Y si sobra sitio, me pone además dos torres que desafíen a la Giralda y unas cuantas habitaciones para que luego Capitanía se pueda venir aquí desde La Gavidia".

Aníbal cumplió el encargo. Ahí tienen la verdadera plaza mayor de Sevilla, con sus dos torres gemelas que desafiaron a la Giralda en un duelo de duales, con sus puentes de los suspiros de las novias a las que los estudiantes paseaban de remeros en las barcas. Y con su fuente, luz en la noche. Allí se inauguró la Exposición Iberoamericana para que Santiago Martínez pintara a la Familia Real en el cuadro que ahora está en el Alcázar. Allí se cantó el himno de los Alvarez Quintero: "Salud, pueblos hermanos, del mundo juventud". Pero a la Plaza de España le faltaba algo. Seguro que Aníbal González lo soñó un día. ¿Cómo seria la Plaza de Espalña convertida en Catedral al aire libre, una Catedral con sus dos Giraldas de las dos torres, con el cimborrio del sol en su cénit? ¿Y qué imagen podría presidir el retablo mayor de la luz y del sol de esa Catedral de la Plaza de España? Aníbal González lo soñó. Locuras de los artistas, soñaría que un día estaría la Esperanza Macarena como Virgen de la Sede en su Catedral del Aire, en su Catedral de la Luz, en su Catedral del Sol de la Plaza de España. Creía Aníbal hace cincuenta años que iba a cumplirse su sueño, pero vino la lluvia, qué saboría. Hoy se cumple. Hoy el sueño de Aníbal González para su Plaza de España se hará Gracia Macarena, Esperanza de Sevilla. Y allí le llamará Bienaventurada la Salve que Aníbal oirá desde el bronce de su estatua: "Celestial madre mía de la gracia y la pena,/ Dios te salve, María Esperanza y Macarena. /Amapola entre el trigo, azucena morena,/ el Señor es contigo, Esperanza y Macarena..."

...y Sevilla. Y Sevilla es contigo, Esperanza Macarena.