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MES DE ABRIL DEL 2004 El Mundo de Andalucía  

Viernes 30: El mediático paseo de vips

Puede usted ir a la Feria en el autobús que lleva desde su barrio al Prado y desde el Prado coger la lanzadera que le deja en Carrero Blanco, delante de las instalaciones deportivas del Mercantil. Allí, a pie de parada, puede usted coger uno de los clásicos abanicos de cartón que reparten las azafatas e irse abanicando hasta la portada, donde ha quedado citado con unos amigos. Con los cuales puede encaminarse hacia la caseta del distrito municipal, o a la del grupo de empresa, o sencillamente irse con los niños a la Calle del Infierno para montarse en los cacharritos. Tenga en este caso la absoluta seguridad de que al día siguiente no le sacarán retratado en ningún periódico, con un pie que diga: "El oficial de Banca don José Fernández, acompañado de unos vecinos de su bloque del Polígono, en la caseta del Distrito Municipal". Por el contrario, usted verá a la mañana siguiente a un desfile de famosos, famosillos, viejas ricas, nuevos ricos, políticos, politiquillos, perceptores de subvenciones agrarias, quitapelusas, empresarios (¿de qué?), banqueros que no llegan a bancarios e intermediarios de maletines que copan las páginas de los periódicos. Ya no hay apenas caballistas, sólo enganches, en el paseo de la Feria y nos nuevos caballistas son estos jinetes mediáticos que se pasean por las fotos de los periódicos. Una Feria VIP, la de la Sevilla Oficial, que poco tiene que ver con la real Feria del Real de la Feria, la de los "ciudadanos y ciudadanas, sevillanos y sevillanas". Se celebran muchas cosas en la Feria sólo para salir en los papeles. En esta especie de "Holita" de la Feria que se han inventado los que no salen en el "Hola" de verdad.

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Jueves 29: El meridiano de la Feria

Como cada año salen al mercado según nuestras cuentas 37.204 sevillanas nuevas y ninguna puede imponerse sobre las demás, ya no hay aquello tan clásico de la sevillana de la Feria: la que más sonaba, la que llegaba a hacerse insoportable. Más que la sevillana de la Feria ahora cada año está de moda el tema de conversación y de bromas de la Feria. Su letrista es el alcalde. El año pasado fue la playa, que había que irse a la playa. Este año, las horas, que a ver si vamos más temprano a la Feria, y lo que dice el alcalde: "¿Tú te crees que éstas son horas de venir a la Feria?". Tenemos, como cada sevillano, nuestra propia teoría sobre el horario de la Feria. Igual que la Feria es una ciudad efímera, fingida, su horario es también figurado. Pero precioso por la negación de la realidad. La Feria es el único lugar del mundo donde en estos días la mañana empieza a las cuatro de la tarde. Las sevillanas se visten de flamencas y, para no ser menos, la tarde se viste se viste de mañana en la Feria. Hasta las 5 de la tarde no empieza de verdad la mañana. Los geógrafos no lo han descubierto todavía, pero lo mismo que existe el meridiano de Greenwich existe también el meridiano de la Feria, que pasa exactamente por Joselito el Gallo, 142 y que marca aproximadamente 5 horas menos que en el resto de Sevilla, en la ciudad sosegada y en calma. Como Canarias, pero con 5 horas en vez de una sola. A la luz de este meridiano puede entenderse perfectamente que la noche empiece a las 2 de la mañana. No son las 2 de la mañana. Son las 9 de la noche por el meridiano de la Feria. Así que no es cuestión de usos, sino de husos horarios.

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Miércoles 28: Contra el rebujito

Se lo he leído a un sevillano de la estricta y antigua observancia, cuyo nombre silencio para no buscarle más enemigos de los que tiene, porque si aquí algo no se perdona es la valentía con gracia e ingenio. Este sevillano que nombro sin mentarlo dice que ha leído en los periódicos lo clásico de estas fechas sobre la bebida de la Feria. Que si la manzanilla de Sanlúcar con sus azafatas vestidas de corto con la marca que promocionan en la cinta del sombrero... Que si el fino de Jerez que va en retirada y que, ay, nadie alzará en una copa dorada, hemisférica y transparente en memoria del repeluco de las bulerías de La Paquera: "Jerez de la Frontera tiene una plaza/con una fuente enmedio que de oro y plata./Y por montera/un caballo que monta/Primo Rivera". Y dice este sevillano que ni manzanilla, ni fino, ni nada de nada: que la verdadera bebida de la Feria, lo que más se consume, piscinas y piscinas, es el Seven Up desde que inventaron el rebujito. Ya saben: te crees que te estás bebiendo una bodega de Sanlúcar y te estás bebiendo una fábrica de gaseosas. El rebujito es la mejor forma de estropear tanto la manzanilla como la gaseosa. Manolo Barbadillo, en su Himno de la Manzanilla, escribió: "Manzanilla, manzanilla,/ eres rayito de sol,/a tu vera no hay pesares,/reina del vino español". ¿Qué escribiría ahora Barbadillo? Por ejemplo: "Manzanilla, manzanilla,/ con las burbujas de gas,/ni tú eres manzanilla,/ni tú eres ná de ná".

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Martes 27: Dos Ferias

Admitimos como dogma de fe que Sevilla es dual por barroca, y sabemos de memoria la tópica ristra de opuestos, entre lo dionisíaco y lo apolíneo: Joselito y Belmonte, el Sevilla y el Betis, la Esperanza de Triana y la Esperanza de la Macarena, el Gran Poder y Pasión, Etcétera y Etcétera. Por eso, tiene que haber dos ferias. La Feria del Aero y la de las casetas de los distritos. La que va a los toros y la que se queda en la Feria. La que pasea en coche de caballos y la que los ve pasar. La de Chicuelo y la de Pascual Márquez. La de la manzanilla y la del fino. Esas son las dos ferias en el espacio y en la estratificación social. Pero hay otras dos ferias en el tiempo. El domingo prácticamente empezó la primera, que tuvo anoche su gran día y hoy estrena de jornada de fiesta. Es la primera Feria en el tiempo, la de nosotros para nosotros, la de los sevillanos. Antes los sevillanos no iban los primeros días, se reservaban para el final. Ahora ocurre justamente lo contrario: la cogen por punta, antes que lleguen los de fuera. Hacia el viernes es cuando empieza la segunda feria en el tiempo, la feria del Ave y también del Comes, la feria de los que tienen en su pueblo el puente del Primero de Mayo y se vienen a Sevilla. Los sevillanos, entonces, ya casi no irán a la Feria. Ya están hartos de Feria. Obsérvenlo en el ansioso disfrute de estos primeros días, de estas primeras horas. Los sevillanos quieren vivir la Feria a fondo y a tope, de ellos solos con ellos, antes de que lleguen los invasores del albero. Nosotros vivimos La Feria. Ellos vienen a Las Ferias, con sus faralaes, y sus calesas.

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Lunes 26: Mantones de alumbrao y pescao

Hoy en la Feria es la noche del "ao": del alumbrao y del pescao. La literatura municipal pone oficialmente Lunes del Alumbrado hasta en los prospectos informativos de los transportes urbanos. Pero, por favor, digan "pescao", no "pescaíto", que suena a Málaga cosa mala. Si fuera la noche del "pescaíto" tenía que ser también la noche del "alumbraíto". Pero no: es del pescao y del alumbrao. Y la noche de los mantones. No se lo digan a nadie, pero la Sevilla cofradiera, más feriante de lo que parece, sabe que esta noche los mantones llevan luto por un sevillano de la hermandad del Buen Fin. Por un caballero de la Real Maestranza del Comercio, que cuando llegaba el Corpus ponía sus establecimientos de la calle Sierpes con las fachadas colgadas y con los escaparates que parecían un trigal de espigas eucarísticas o una viña de uva sacramental. En una Feria cada vez más igualitaria, democratizó los mantones. ¿De Manila? "No, de Foronda, hija, mira lo bonito que es y no veas lo barato que me ha costado", decían las sevillanas de los polígonos y los bloques, liadas en su mantón. Juan Foronda Blasco hizo que el mantón pasara de los carísimos bastidores del bordado a mano de Villamanrique y de Aznalcòllar a la popularizada producción en serie. Si en el XIX los mantones hechos en China eran los más caros, Foronda consiguió en el XX que los traídos a miles desde las fábricas auténticamente chinas los pudiera llevar cualquiera. Ahora que ha tenido su Buen Fin, recordamos al bueno de Juan Foronda con su hábito de caballero del Santo Sepulcro en el Corpus, mientras hoy los duendes de Sevilla saben que en el alumbrao y en el pescao los más vivos colores de sus mantones le guardan el luto.

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Domingo 25: Una semana de Feria

Hoy por la mañana, en la plaza de toros del Arenal, la exhibición de enganches. Cascabeles por Sevilla. El campo en la ciudad. Todo un tesoro histórico, único en el mundo, que la ciudad conserva como un museo vivo, sin que nos cueste un duro de las arcas públicas, gracias a la labor de los coleccionistas, que se gastan fortunas en rescatar coches abandonados en los almacenes y en los viejos graneros del campo, y que luego se vuelven a gastar fortunones en restaurarlos hasta el último brillo del farol. ¿Cuánto vale en millones y en horas de trabajo y de afición todo lo que se puede ver hoy en la plaza, en la calle Adriano, por el Paseo Colón? Entre la exhibición de hoy y la fiesta del martes, la Feria está hoy prácticamente en marcha. Más de cuarenta mil cosas, homenajes incluidos, hay convocadas ya para hoy, entre las dos y las tres de la tarde en las casetas, potajes impacientes que se adelantan al pescado del Lunes del Alumbrado. De hecho, vamos hacia una semana enterita de Feria y, si no, al tiempo, veremos el día en que el alumbrado será el sábado por la noche, tal día como ayer. Igual que hay unas corridas de toros llamadas "sin farolillos" hay ya una Feria previa de farolillos apagados todavía, pero todo perfectamente en marcha en muchísimas casetas. Nunca tantas casetas estuvieron terminadas tan pronto como en estas últimas Ferias.

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Sábado 24: Pepe Acedo

Los sevillanos, en nuestro barroco culto a la muerte en la ciudad llena de vida, tenemos algo de Miguel de Mañara a la hora de contemplar nuestro propio entierro. Así hizo este gran sevillano y sevillista que ayer enterramos después de una misa ante el Señor. Dejó redactada su propia esquela, y puso de su puño y letra que era abogado, académico preeminente de Buenas Letras y numerario de Legislación y Jurisprudencia; que presidio el Tribunal Tutelar de Menores y la Federación Andaluza de Fútbol; que tenía la gran cruz del Mérito Civil y la cruz de San Raimundo. Aunque todo pudiera parecer vanidad, humildad era. Porque no escribió en su esquela este añadido que nosotros, que fuimos sus recomendados para entrar por vez primera en una redacción de periódico, escribimos no sin emoción por el amigo que se va. Fue un hombre de principios y de firmes convicciones. Conocía como pocos la obra de los clásicos del pensamiento conservador español. Y fue un excepcional servidor de la Institución Monárquica, en los duros tiempos del destierro de Estoril, dando la cara en Sevilla como presidente del Círculo Balmes, cuando otros que debían no se atrevían. Propició que parte del carlismo reconociera a Don Juan de Borbón como Rey de la legitimidad proscrita. Sirvió al Rey, su otro Señor, como honró al que está en San Lorenzo. En recientes horas de letífica confusión nos puso una carta sobre su propio silencio que es un ejemplo de lealtades. Por estos servicios a España y a su Corona no recibió cargo alguno, condecoración ninguna. Solamente el reconocimiento de los que, ahora que se ha ido, tenemos hoy más que nunca como honor el haber sido amigos de don José Acedo Castilla.  Sobre don José Acedo, en este sitio,  Los de Estoril y La Condesa de Barcelona, una bética en Estoril

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Viernes 23: Libros con Cervantes

Qué buenos son los libreros de Sevilla, qué buenos son que nos dan la redacción: la de este billete hecha. La Asociación Feria del Libro de Sevilla nos envía una nota que como mejorarla sería vana presunción, preferimos ponerla tal cual. Miren lo que dicen: "El viernes 23 de abril, a las 11 de la mañana, es primavera, no lo olvides, celebramos el Día del Libro. Estaremos en el monumento a Cervantes en la
esquina de la calle Sierpes. A dos zancadas de la cárcel donde preso estuvo Don Miguel. Allí, inició la escritura de nuestro incomparable Don Quijote. Los libreros , un año más, no sólo por vender libros, montan sus tenderetes en plena calle para ofrecer ese objeto del deseo que es la literatura, la poesía, la historia y el pensamiento, al paseante. Si una golondrina no hace un verano, tampoco un Día del Libro elevará el número de lectores en una Sevilla donde se lee poco. Pero, igual que una rima del sevillano Bécquer puso a palpitar los corazones con el piar de las golondrinas, este Día del Libro es un balcón que los libreros abren de par en par, un canto al placer de la lectura. Te esperamos en el monumento a Cervantes y a ojear los libros expuestos por las calles de la ciudad." Pues eso. Y, si nos la permiten, una precisión: el monumento de Cervantes, cuyo basamento pintarraquean los gamberros cada dos por tres, no está en esquina de Sierpes alguna, sino en Entrecárceles. Llamada así porque estaba entre la Cárcel de los Señores y la Cárcel Real, que era la del pueblo llano donde dio con sus huesos Cervantes por trincar con un solo brazo los dineros blicos, precedente ilustre del pelotazo y del por aquí te quiero ver.

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Jueves 22: Mangazo de boda real

¿Cuántos sevillanos irán a la boda del Príncipe con la nieta del taxista del taparrabos? Más de los que creemos. Irá Chaves, que si no sevillano de nación, aquí se hizo la foto de la tortilla y aquí lleva el carrerón que lleva. Irá el alcalde, en cuanto fue Sevilla ciudad nupcial de Infantas. Irá el Conde de Luna, alias Manuel Roca de Togores, teniente de hermano mayor de la Real Maestranza de Sevilla. Irá el Marqués de Salvatierra, alias Rafael Atienza, ídem de la Maestranza de Ronda. Irán las dos duquesas de la Sevilla dual, que nunca citan los que enumeran el tópico de los dobletes barrocos: la de Medinaceli y la de Alba. Pero ir, ir, lo que se dice ir, parece que sólo va a ir de Sevilla uno con bigote al que le ha tocado una invitación para él y su señora en la tómbola mediática que tanto cuida la Casa Real. Como a quien le toca el premio de las tapaderas del yogur, pero con invitación de boda en vez de fin de semana en la Manga del Mar Menor. Lo va diciendo por la calle, por los restaurantes, por los bares, a los conocidos, a los amigos. Lo ha anunciado por tierra, mar y aire. Tiene voceros como Gregorio Conmejo que lo van repitiendo por Sevilla, en plan moros de Queipo. No se habla de otra cosa. En los toros te dicen: "¿Pues sabes tú a quién han invitado a la boda del Príncipe?" Coges un taxi, y cuando le dices al conductor que te lleve al Hotel Colón, te comenta: "Pues casi vamos a pasar por la puerta del que han invitado a la boda del Príncipe". Hijo, qué manera de ronear de invitación de boda, qué virtuosismo en darse pisto... Lo malo es que le va a tener que mandar un regalo al niño y a la futura. Y ahí no se puede pegar el mangazo marca de la casa.

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Miércoles 21: Circuito de pruebas

En Utrera van a poner un circuito de pruebas para nuevos vehículos contra incendios, vulgo coches de los bomberos. Rampas, badenes, repechos y dificultades de toda adversidad para ver cómo se comportan los coches de las mangueras y las escaleras y poder aplicarles la máxima de la gente de la campiña: "Los buenos caballos se ven en los resbalones". No hace falta que estos señores que van a hacer el circuito se metan en eso y se gasten este dinero. Si quieren probar de verdad la maniobrabilidad y la eficacia de los coches de bomberos, en Sevilla tienen ya hecho un circuito de pruebas donde pueden hacer todas las evaluaciones con fuego real. Si quieren probar coches de bomberos, tienen un circuito espléndido en las calles que llevan nombre de castillos, en el barrio de Bami, al lado del Hospital Virgen del Rocío. No tienen más que llevar los coches de bomberos a la puerta de urgencias del hospital, en la calle Marqués de Luca de Tena, y hacerlos pasar por el desfiladero dificultosísimo de los coches aparcados en doble fila en la calle Bami, hasta la calle Rafael Salgado. A ver cómo un coche de bomberos pasa por allí, por el pasillito que deja la doble fila. Y quien dice esta calle dice Castillo de Constantina o Castillo de Alcalá. Ya se vio la copla en un reciente incendio con víctimas mortales. Aunque los coches de los bomberos habían superado las pruebas del circuito de Utrera, no pudieron vencer las dificultades de Bami. Por lo cual los vecinos del lugar siguen esperando la llegada de por lo menos una de las diecisiete grúas municipales a pie de obra que anunció Fran Fernández para acabar con este temerario peligro de la doble fila rodeando a un hospital.

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Martes 20: El Rey sin calle

Ayer, en estas páginas, las interesantísimas memorias de unas llaves de oro. Dicho en otras palabras: los recuerdos profesionales de don José Torenzano, el primer conserje de esa refinada imagen de Sevilla ante el mundo que se llama Hotel Alfonso XIII y que no tiene nada que envidiarle al Danieli de Venecia, integrado por cierto en la misma Luxury Collection de la cadena Starwood Hotels and Resorts. El Alfonso XIII, que ha pasado por cien manos, ha resistido, concesionaria a concesionaria, todo lo que han querido hacer con este hotel, al que el Ayuntamiento debería aplicar unos mínimos de respeto y de calidad, para evitar su adocenamiento y degradación. El Alfonso XIII es la única rotulación que queda en la ciudad en memoria del Rey que la amaba, que venía aquí a pasar las fiestas y la entrefiesta y que impulsó la Exposición Iberoamericana de 1929. Sevilla le dedicó a Alfonso XIII el puente de hierro. Desmontado el puente, Alfonso XIII no es recordado más que por un hotel. Agravio a la Historia. Miren qué calle, con salida de Corte Inglés y todo, tiene Alfonso XII, que no hizo por Sevilla más que echarse aquí una novia y casarse con su romance popular. Miren qué pedazo de puente tiene Isabel II, nada menos que el de Triana. Pero Alfonso XIII, el abuelo del Rey felizmente reinante, no tiene nada, ni una glorieta como su nuera la Condesa de Barcelona. Enviamos, pues, este billete en tiempo y forma a la Delegación Municipal de Estadística, para que repare el agravio y Don Alfonso XIII tenga una avenida por lo menos igual de buena que la de Don Diego Martínez Barrio.

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Lunes 19: El padre y el hijo

El padre mimaba a los toreros de Sevilla. Sabía que si la ciudad se alimenta de mitos, las taquillas también. Murió. Vino el hijo. Quiso estar por encima de Sevilla. Y está. Otra cosa es la gente que haya haciendo cola en las taquillas, perdida la magia de los mitos en la ciudad ensimismada. Este año sobran localidades para dar y regalar: "la reventa busca un torero". Pero esto es lo que hay. La ciudad quizá tenga lo que se merece, mientras los maestrantes traguen con tal de poner la mano por el pisoplaza. Qué buenas rentas da el latifundio de albero, una finca de unos señoritos carcas hasta decir basta, manifiestamente mejorable, a la que nunca le meterá mano el progresismo de la Junta, porque entran todos de gañote. Pero a lo que íbamos del padre y el del hijo. El caso es que el hijo, negándose a que un mito de Sevilla torease un festival, logró que se fuera a un pueblo y que pocas horas después anunciara que se iba para siempre. No quedó ahí la cosa. Había uno que aspiraba a la sede vacante del mito. Bien es cierto que al muchacho se le habían subido las pretensiones a la cabeza, pero la cuestión es que el hijo le aplicó la misma medicina. Y el que iba para mito no se tuvo que ir a un pueblo, sino a la capital. A efectos de Sevilla, el resultado fue el mismo: días después anunciaba que se iba. Y en vez de aquel padre que cuidaba a la afición tenemos a este hijo que nos mete carteles de cuatro perras gordas con Chicha, Machicha, Nolete y Agustín el del Carrete, y que nos deja sin mitología. Así prontito va a tener Sevilla otra vez un torero...

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Domingo 18: Atarazanas y desamortización militar

En las viejas Atarazanas que se construyeron en 1252 funcionaron diversas instalaciones militares de los talleres de la Maestranza de Artillería, hasta la auténtica "desamortización militar" que se ha producido en Sevilla. (¿Cuántos miles de metros cuadrados de propiedad militar han pasado a uso civil en los últimos treinta años en Sevilla? Si echamos las cuentas, muchos más que en la desamortización eclesiástica del siglo XIX.) En las Atarazanas, antes de su desamortización, estuvo la Caja de Reclutas. Hablamos del cuartel de la calle Temprado, paredaño con el Hospital de la Caridad. Pero quien estuviera allí como mozo de reemplazo para pedir prórroga de estudios o para presentar la solicitud de la objeción de conciencia, si entra ahora, no lo conocerá. Se ha quedado el edificio medieval en todo el esplendor de su estructura constructiva. Corran, que pueden verlo ahora perfectamente, con ocasión de la XXVI Feria de Antigüedades que allí se celebra, cedido el edificio por la Junta a los anticuarios, Allí podrán ver también, junto a las casetas de las antigüedades, una exposición sobre la propia historia del edificio. Y dense prisa en verlas. Las Atarazanas están ahora como en su aspecto primigenio. Dentro de poco entrarán allí los arquitectos progresistas al servicio de la segunda modernización de la Junta y ya pueden ustedes imaginarse la cantidad de platillos volantes que van a poner, desfigurando la pureza que ahora el edificio tiene, en esa implacable soberbia de los restauradores que se gozarán luego de haber dejado las Atarazanas como ellos creen que debían haber sido las Atarazanas y enmendando la plana a la Historia.

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Sábado 17: Entrefiestas

Es un animoso y encomiable grupo de poetas que se reúnen bajo el nombre de la revista de versos que editan: "Cuadernos de Roldán". Tienen todo el sentido de la gracia de las reuniones de los poetas sevillanos de la generación del 27 reunidos en el Pasaje Andaluz o en el Café Nacional cuyas fotografías nos rescata Eva Díaz, con un Juan Sierra disfrazado, un Rafael Porlán con barba postiza o un Romero Murube con una servilleta por lo alto de la cabeza a modo de turbante moro. Con esa tradición del sentido del humor de los poetas sevillanos, en la bibliografía de muchas de sus ediciones los roldanescos ponen como obras consultadas los mostradores de Casa Morales, Casa Ovidio, Casa Román, Casa Plácido y las mejores grandes casas de Sevilla. Ahora recibimos cédula de convite para un acto que van a celebrar en el Alcázar, para presentar el cuaderno de versos dedicado a "Las Tres Culturas", y citan mezquitas, parroquias y sinagogas del mejor cahíz, como La Goleta, la Bodega Belmonte, Las Columnas o Las Teresas. Y para definir este tiempo que vivimos, entre Semana Santa y Feria, en el que se celebran tantísimos actos y tantísimas cosas en Sevilla. acuñan los poetas de los Cuadernos de Roldán una palabra que merece la pena pase cuanto antes al habla sevillana: "entrefiestas". Como entrepierna, entrepaño o entreplanta. Dice textualmente la convocatoria: "En entrefietsas, el sábado 24 de abril de 2004, a las 20 horas, en el Real Alcázar de Sevilla (Salón del Almirante) presentaremos nuestro cuaderno "Las Tres Culturas"."

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Viernes 16: Las grúas de Fran

No es aquel temible "!que viene, que viene!", sino el alivio de "menos mal que por fin viene". ¿El qué? La grúa. La grúa municipal. La que se lleva los coches que estorban. Fran, el único Fran que hay en Sevilla, el verdadero Fran, esa emergente estrella municipal que se escribe Francisco Fernández pero se pronuncia Fran, lo ha anunciado como delegado de Gobernación. Un delegado de Gobernación que hace lo que tiene que hacer: gobernar, que para eso han elegido a su partido por mayoría absoluta los sevillanos. Fran ha establecido diecisiete puestos de grúas de guardia, estacionadas a pie de obra, dispuestas a llevarse lo que haya que llevarse para dejar la circulación como es debido. Ole. La doble fila es el mayor mal de la circulación en Sevilla. Doble o a veces triple. Un nuevo aplauso, pues, para Fran. Con dos muestras de desagrado, como decían los antiguos cronistas taurinos. Una, que es un horror que, con lo bonita que es el habla sevillana, Fran le haya puesto de mote a los puntos de guardia de la grúa "PGP, Parking Grúa Points", ¡toma ya!, que se vea que el muchacho sabe inglés. Y otra, que igual que han puesto en marcha las diecisiete grúas-escoba de servicio permanente, a ver si ponen también diecisiete parejas de municipales para meter en cintura a los vovis y quitar de enmedio a los gorrillas, que ésos, vovis y gorrillas, son los grandes culpables de la doble fila, cuando con tal de trincar dicen: "Déjemelo usted aquí, pero suelto, que yo lo muevo si tiene alguno que salir..."

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Jueves 15: Cabildo de elecciones

Algo va cambiando. Hombre, menos mal que, si no en la barra del bar, en los periódicos al menos se habla de las elecciones a rector y le dan un espacio parecido al cabildo de renovación de junta en el Gran Poder o la Macarena. Que los nombres de Florencio y de Alarcón suenen como los de Ruiz Marvizón o de León Castro conforta ciertamente. Algo va cambiando. Poco a poco, muy poquito a poco, las llamadas las quiero muy cortas, pero la verdad es que, sobre los pies, en un tintineo de la trompeta de la estatua de la Fama sobre la verja de la calle San Fernando, cada vez se va hablando más en Sevilla de la Universidad. Todavía queda muy lejos el día en que la Universidad sea de hecho un poder fáctico en Sevilla, un "lobby" con el que tenga que negociar y pactar el Ayuntamiento antes de tomar determinadas decisiones. Adolfo González, el vicerrector, ha ido en las listas del PP y ha salido elegido diputado por Sevilla, pero no lo han nombrado jefe de área en el Ayuntamiento. Lo que demuestra que la Universidad no es un poder fáctico. En cambio, en el Ayuntamiento sí han contratado como experto y técnico mayor de Fiestas Ídem a Antonio Silva, que sabe caminar por todas las calles Siete Revueltas de las cofradías y navegar por todas las aguas del Guadalquivir (Caridad del). Lo que demuestra que las cofradías sí son un poder fáctico. En Sevilla, hoy por hoy, aunque los papeles hablen del cabildo de elecciones en la Universidad, el hermano mayor del Cerro o de la Esperanza de Triana sigue siendo mucho más conocidos que el decano de Derecho o el decano de Medicina.

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Miércoles 14: Hocicar

Como Jesucristo dijo a su discípulo que vendiera todo cuanto tuviese y lo siguiese, así hizo. La única diferencia es que fue Sevilla la que se lo dijo a Juanito Valderrama, cuando estaba en Madrid, rico, triunfante, poderoso. Quería vivir en Sevilla, cuna del cante, volver a la Alameda donde había aprendido tanto en la Casa de los Pavón con Pastora, con Tomás y con El Pinto. Volver a la ciudad de los sueños. Vendió todo cuanto tenía en Madrid. Hasta por cuatro perras gordas unas plazas de aparcamientos por las que ahora le hubieran dado millones. Y se vino a Sevilla. Ay, a Sevilla. Juanito Valderrama, que esperaba encontrar una ciudad con los brazos abiertos, halló una tierra cruel y esquiva, que lo ignoraba, que lo despreciaba. Una Sevilla cerrada que no le abrió sus puertas. El pueblo llano, que se sabía sus coplas de memoria, sí que se las abrió, como le llenaba los teatros y llenaba de dedicatorias los programas de discos del oyente en la radio. Pero esa Sevilla que usted sabe, ésa nunca la pudo conquistar Juanito Valderrama, arrojado del paraíso al olvido de una casa en el Aljarafe. Ayer, en esta Sevilla en la que hasta que no te has muerto no eres nadie, los mismos puristas, los mismos pontífices, los mismos intelectuales, los mismos satrapillas que le negaban el pan y la sal y decían que era un cancionero que hacía gorgoritos y prostituía el cante, esos mismos, que yo los vi y yo los escuché, tuvieron que hocicar ante Valderrama. Cuando ya estaban completamente seguros de que el hombre estaba muerto, pero que tenían que guarecerse ante la avalancha del mito que se les viene ahora encima.

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Martes 13: Fran

Aquí nos pasa como a Montesión, Las Cigarreras, El Cachorro y La Carretería: que nos mojamos. Mojándonos, adelantamos el domingo lo de la sorda lucha de poder en la Semana Santa entre el Ayuntamiento y el Consejo de Cofradías. Decíamos sobre esta lucha: "Permanezcan atentos a la pantalla. Les seguiremos informando". Informamos ahora que en esta Semana Santa con tantos problemas, tanto miedo y tanta lluvia ha surgido una estrella del poder municipal, y nunca mejor dicho lo del poder: el concejal delegado de Gobernación, Francisco José Fernández Sánchez. Ha demostrado que la autoridad la otorgan las urnas para ejercerla y no hacer dejación de ella. El delegado de Gobernación ha cuadrado al Consejo, lo ha puesto en su sitio, y ha tenido lo que falta muchas veces en Sevilla: valor y decisión frente al intocable y ellos mismos dicen que poderosísimo "lobby" cofradiero. A muchas cofradías las puso firmes, en su tendencia a jugar a los pasitos olvidando al resto de una ciudad de 700.000 habitantes. Si se pagan con dinero público los gastos que originan las cofradías en la calle que es de todos, es normal que el Ayuntamiento no esté a las órdenes de las cofradías, sino a la inversa. Apunten, pues, el nombre de un político que ha tenido el valor de poner a cada uno en su sitio y de ejercer eso a veces tan impopular como la autoridad. Se escribe Francisco José Fernández Sánchez, pero se pronuncia Fran Fernández. Pronto cuando en Sevilla se diga "Fran" a secas no será Fran Rivera Ordóñez, sino Fran Fernández.

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Lunes 12: Sevilla puede con todo

Puestos en la fiesta, Sevilla puede con todo. Ayer pudo. Pudo al mismo tiempo celebrar un partido de fútbol en el campo del Betis, la corrida de inauguración de la temporada en la plaza de los toros, el regreso del Cachorro desde la Magdalena, el regreso de Las Cigarreras desde la Catedral, el regreso de los sevillanos a los que no les gusta la Semana Santa desde Matalascañas, Punta Umbría y Chipiona o desde San Pablo o Santa Justa. Hubo gente para todo y todo se llenó. Por haber ganas de fiesta, hasta hubo quienes se fueron a Madrid, a algo tan sevillano como un desagravio: el desagravio que Morante de la Puebla se daba a si mismo encerrándose en Las Ventas con seis toros, porque Canorea no le había querido dar aquí el dinero que pedía. Esto es lo que nos sale realmente bien: la fiesta, la bulla, Esto es lo que coordinamos bien. Piénsese que Sevilla ha montado el CECOP, que funciona de maravilla, solamente para ocuparse de las aglomeraciones de las ferias y los festejos. Recuerden el Santo Entierro Grande del sábado, perfectamente organizado. ¿Cuántas horas de trabajo de cuántos miles de personas se echaron para lograr esa perfección? Y llegamos a la conclusión de siempre: ¿se imaginan lo que sería esto si todo ese esfuerzo, ese apasionamiento, esa intensidad, las echara Sevilla en actividades productivas, en mejoras culturales y económicas? Esto sería por lo menos Suecia. Pero como no esto no es Suecia, sino Sevilla, en lo único que no hay quien nos gane es en las fiestas. Ahí sí que estamos en el primer puesto de todos los indicadores y de todos los índices. Sevilla puede con todo... siempre que sea para divertirse.

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Domingo 11: El Consejo pierde poder

Como todo el mundo hace balance de la Semana Santa, no vamos a ser menos. Este año la triste lluvia y el tristísimo recuerdo del 11-M han traído un hecho que con perspectiva habrá que valorar en profundidad, y que esbozamos ahora para un análisis de urgencia; la pérdida de poder civil del Consejo de Cofradías, el gran grupo de presión. Entre la lluvia y la necesaria seguridad, el CECOP ha puesto al Consejo en su sitio. Es bueno que se recuerde de vez en cuando que en Sevilla manda el Ayuntamiento. En horas tensas y nerviosas de refugios y regresos, las cofradías han obedecido al CECOP, no al Consejo. Los retornos que las cofradías refugiadas harán hoy han sido planificados por el CECOP, no por el Consejo. Y dentro del CECOP, por la Delegación de Seguridad, no por Fiestas Mayores. Ha sido una Semana Santa en la que poco ha pintado Fiestas Mayores, en cesión de poder a las delegaciones de Presidencia y Seguridad. Los concejales Alfonso Rodríguez Gómez de Celis y Francisco José Fernández Sánchez han sonado bastante más que Gonzalo Crespo Prieto. De una Semana Santa organizada a la buena de Dios por Fiestas Mayores, donde el Consejo mandaba más de lo debido y se metía hasta en los charcos, hemos pasado a una Semana Santa en la que han mandado Seguridad y el CECOP; donde el Consejo ha estado en lo que tiene que estar, y no supliendo el vacío de poder de la sociedad civil. Tomen estas variantes de poder que han quebrado los invariantes castizos de los grupos de presión de Sevilla y quédense con la copla con vistas a la Feria. Permanezcan atentos a la pantalla. Les seguiremos informando.

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Viernes 9: De siete en siete años

Nadie ha añadido lo de mañana tarde al interesante, fecundo, lírico, mágico censo de leyendas sevillanas. Lo de mañana tarde, Sábado Santo, es la salida del Santo Entierro Grande. Esa leyenda sevillana hecha refrán, que dice poco más o menos así: "Anda que sales de siete en siete años, como el Santo Entierro". No "cada siete", sino ese sevillanísimo "de siete en siete". Cuentas las de este siete hecho en la sábana santa del Cristo Yacente cuya aritmética no nos cuadra por ningún lado, hecha con el rigor histórico de los Anales Cofradieros de Juan Carrero en la mano. Ni ahora ni nunca salió el Santo Entierro de siete en siete años, sino en ocasiones extraordinarias o conmemorativas que nunca coincidieron con esa cifra. Pero da igual. Así es mucho más hermoso: de siete en siete años. No vengamos como los historiadores al uso, con el rigor científico en la mano, a destruir las más bellas leyendas sevillanas. Del mismo modo que mantenemos la suprema verdad de la belleza de que Don Juan Tenorio fue Mañara, y que la Cabeza del Rey Don Pedro es la que está en el Candilejo, y que el que está en el Patio de los Naranjos es un lagarto, un lagarto grandullón, pero lagarto y no cocodrilo, y del mismo modo que la Giralda no se cayó en el terremoto de 1755 porque la aguantaron Santa Justa y Rufina en persona, vengamos mañana al cortejo simbólico de sibilas y profetas y a los hermanos de serio vestidos de chaqué y convengamos viendo a La Canina y a los pasos del relato cronológico de la Pasión que el Santo Entierro sale de siete en siete años. Siete años justitos. Ni uno más, ni uno menos.

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Jueves 8: Marchas como coplas

Cuando hace cincuenta años se estrenó "Virgen de las Aguas" de Santiago Ramos fue una revolución rítmica en el hasta entonces sinfónico mundo de las marchas procesionales. "Marchas fúnebres" se subtitulaban algunas. Sólo Font de Anta con "Soleá dame la mano" o Farfán con "Estrella Sublime" se habían atrevido a darles la alegría que Ramos metió en el Museo con s tambores y cornetas de la Banda Soria. Oímos ahora "Aguas" y nos parece un clásico. Como clásicas las marchas de Braña, Gámez Laserna o Pedro Morales. Los gustos de los sevillanos han ido por el universo de la copla andaluza que ahora impera en todas las marchas nuevas. Los hijos de Font de Anta dieron paso a los nietos de López Quiroga; sí, el de Quintero, León y Quiroga. Hay marchas con las que el manto se hace bata de cola y el pañuelo de la Virgen, abanico. Melodías de tambores y cornetas que dan andares toreros a los Nazarenos. Aquel nacionalismo musical en el que surgieron las primeras marchas del siglo XX ha dado paso al andalucismo de copla andaluza de estas nuevas composiciones. Oyes algunas marchas y parece que van a salir cantando Juanita o Doña Concha. Y cómo gustan... No es que exageremos, pero "Encarnación de la Calzada" o "Campanilleros" suenan a fonoteca, ante el esplendor rítmico y melódico de las nuevas. De ellas, oído al parche (y nunca mejor dicho) de una nueva, en el nutridísimo censo de marchas dedicadas a la Esperanza, que esta madrugada estrena la Banda del Carmen de Salteras. Se llama "La Macarena". La ha escrito Paco Lola. De aquí a dos Semanas Santas, un clásico. Va a ser tan oída como la Macarena de Los del Río. Tiempo al tiempo.

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Miércoles 7: Sillas a veinte duros

Las sillas más usadas en esta Semana Santa no dependen del Consejo de Cofradías ni están en la carrera oficial. Son la moda de la Semana Santa 2004. Igual que el traje de flamenca es el único atuendo regional que tiene moda y que cambia en sus gustos y tendencias cada año, en la Semana Santa también hay moda. Este año, la moda es la sillita plegable, de palos, comodísima. Observas a los padres que llevan a sus niños a ver las cofradías, y compruebas que bajo el brazo o en una bolsa llevan unas tablillas de palitos la mar de raras y extrañas, como jaulas de grillos sacadas de canon. Te pica la curiosidad, pero en cuanto llega la cruz de guía tienes respuesta de aquel grupo familiar que está esperando a la cofradía en la acera. El padrazo coge aquellas rejillas de palitos y con sólo ponerlas diestramente en cuña, las convierte en sillas para que sus niños vean divinamente la cofradía. Ea, ya están todos los niños sentados en primera fila en sus sillitas plegables, a pedir cera se ha dicho. De golpe y porrazo, las tiendas de los veinte duros se han llenado de estas sillitas plegables y utilísimas para ver las cofradías y para convertir en abono de carrera oficial cualquier esquina de cualquier barrio. Luego están las sillas plegables más refinadas, de campimplaya, esos banquillos como de pescador de caña, hechos de hierros tubulares y lonas. Incluso las butacas de La Higuerita que las marías sacan en los barrios para ver sentaditas la salida de la cofradía. Pero nada como la novedad de las sillitas de los veinte duros en esta Semana Santa que nunca morirá porque cada año se renueva.

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Martes 6: El otro milagro de la primavera

Cada año se produce en Sevilla el milagro de la primavera. No es que estallen las flores en el Parque y en las macetas de los balcones. No es que estrenemos esta luz única, convencidos todos de que Sevilla quizá sea eso: una luz; una forma de ver el mundo bajo esa luz. El milagro de la primavera tampoco es que salga a la calle, cada día, el portento de las cofradías, el legado de siglos puesto al día cada tarde. De esos milagros primaverales se suele hablar. A veces, demasiado. Pero nadie dice nada del otro milagro, y es cómo en esta España de la chapuza y de la improvisación, nunca hay el menor percance ni problema con la inmensa aglomeración de gentes en las calles, por todos sitios, a todas horas. Desde los transportes públicos a la seguridad o la limpieza, se hace todo un replanteamiento de la infraestructura de la ciudad, que marcha como un reloj. Al que, como funciona tan bien, no le damos la menor importancia. Desde limpiar la cera y la cantidad de guarrerías que deja la gente en las sillas de la carrera oficial, a evitar los tapones de tráfico cuando va a pasar una cofradía, es todo un inmenso dispositivo municipal que nunca recibe felicitaciones, sólo quejas cuando algo va mal. Nos encanta poder elogiar aquí ese despliegue de efectividad municipal. Y como muestra, un botón: lo bien que la Policía Municipal, vulgo Local, ha montado en la Puertajerez la cola para coger un taxi cuando han acabado de pasar las cofradías por la carrera. Lo que antes era eso, carrera, carrera oficial calle San Fernando arriba, hasta la Pasarela, para disputarse los taxis libres unos sevillanos a otros, es ahora una cola perfectamente ordenada, fluida, un seguro de encontrar taxi libre. Milagro de primavera.

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Lunes 5: El triunfo de la vida

Permítame la Señora Canina, la Canina Sublime, la Canina Guapa, Guapa, Guapa, la que sale el Sábado Santo en el Santontierro estrenando cada año una ristra de hiedra nueva con mucho malage y muy mal vahído en su monte de corcho, que le corrija, en nombre de la ciudad, la filecteria. ¿La qué, dice usted? La filacteria. ¿La filacteria? Qué palabritas escribe usted... Pues mírelo en el DRAE: "Cinta con inscripciones o leyendas, que suele ponerse en pinturas o esculturas, en epitafios, escudos de armas, etc." La filacteria de la Canina pone: "Mors mortem superavit". La muerte triunfó sobre la muerte. Eso será lo que diga el Sábado Santo la pintada a lo divino de la Canina. Pero ayer, hoy, mañana, la ciudad entera, sosegada y en calma como corresponde a las festividades de estos días, con la normalidad de su alegría en los reencuentros, corrige la filacteria del Triunfo de la Santa Cruz, y desde la entrada triunfal del primer nazareno y desde del primer cochecito de niño chico en las bullas de la nueva Jerusalén escribe en la luz de su cielo: "Vita mortem superavit". La vida se impuso sobre la muerte. En esta España de tanto cadáver, de tanta sangre, de tanto dolor y tanto miedo, la vida de tanto sueño hecho rito y de tanto rito hecho sueño se impone en Sevilla sobre la muerte, sobre los dolores del viernes, sobre las idus de marzo, sobre las bombas y los caídos por las benditas libertades de esta democracia que, contra lo que los tirillitas derrotistas meapilas pensaban en la transición, ha dado a la Semana Santa mayor grandeza y esplendor que en toda su historia. Santa mayor grandeza y esplendor que en toda su historia.

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Domingo 4: Estreno de palco virtual

Ea, pues ya está aquí la primera cintita morada del besamanos del Señor en una solapa, la primera rama de olivo, la primera palma, el primer nazareno, la primera corneta, el primer tambor, el primer paso largo de un misterio, el primer tintineo de una bambalina. Sevilla es la única ciudad del mundo que estrena cada año ritos que tienen siglos encima. Sacados muchos ellos de quicio, de norma, de medida, pero da lo mismo. Dicen que la Semana Santa está en exceso verbalizada, masificada, televisada, narrada, fotografiada, coleccionada, tecnificada, videografiada, bibliografiada, pregonada, poematizada, cartelizada, pintada. A pesar de eso, sigue siendo soñada. La fiesta de la ciudad soñada. Y para los muchos que están lejos y no pueden ver ese sueño ni por las retransmisiones de la TV local, porque están en los chirlos mirlos, este año hay un eficaz remedio anti-nostalgia. Se le ha ocurrido al delegado de Fiestas Mayores, Gonzalo Crespo. Enhorabuena. En Internet han puesto una "web cam": una cámara que nos permite ver lo que está pasando en un sitio a través pantalla del ordenador. La cámara está instalada en la presidencia de los palcos, enfocada hacia la fachada de la Audiencia. De hoy hasta la Soledad de San Lorenzo, desde todo el mundo se podrá tener un privilegiado palco virtual en la Plaza para ver pasar todas las cofradías desde el ordenador. Si quieren ver cómo están los palcos ya de relucientes, con sus colgaduras y su olor a esparto nuevo de los esterones, pongan en su navegador de Internet estas señas: www.sevilla.org/fiestasmayores . Y a navegar. A navegar por la ciudad soñada...

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Sábado 3: Retrato de un faraón

Por todas partes, el retrato frontal de un faraón egipcio que ha descubierto en Luxor el arqueólogo José Manuel Galán, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ese organismo del Ministerio de Educación que tiene unas siglas que suenan a investigación de la otra, de los espías y la inteligencia nacional: CSIC. (Los historiadores sevillanos de la Escuela de Estudios Hispanoamericanos de la calle Alfonso XII tienen muchas veces que aclarar no son espías, sino investigadores de la historia del Virreinato del Río de la Plata o de las fortificaciones de la Nueva España, cuando dicen que son del CSIC y se cree la gente que son del CESID.) A lo que íbamos, al retrato del faraón. Que dicen que tiene mucho mérito, porque es la vez primera que se encuentra el retrato de un faraón pintado de frente, no de perfil. Eso no tiene el menor mérito. Aquí, Jesús Martín Cartaya y Antonio Esquivias, con sus cámaras fotográficas, se han hartado de hacer retratos de frente de un faraón y no los han sacado nunca en los telediarios. Escacena mismo, se ha hartado de pintar a un faraón de frente, con Camarón arriba en un ángulo del cuadro, cantándole por seguiiriyas. Y tampoco lo han sacado en telediario nacional alguno. Ni siquiera en Canal Sur. Será porque sacar a este faraón del que hablamos de frente no tiene mérito, porque nunca se puso de perfil ante el toro, sino que siempre citó de frente. Porque el faraón del que estamos hablando es, naturalmente, el Faraón de Camas. A esos retratos frontales nuestros de aquí sí que habría que llamarlos "La tabla del maestro" y no a la pinturilla de Luxor.

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Viernes 2: Umbilicus Mundi

Queda mucho más redondo así, en latín, "Umbilicus Mundi": el ombligo del mundo. No es mal lema: "Hispalis, Umbilicus Mundi". Sobre el que hay un recurrente debate. Los sevillanos nos dividimos en dos grandes grupos, enfrentados: los que creen que esto es el ombligo del mundo y los que acusan al anterior grupo de ombliguismo. Un discípulo nuestro ha dicho hace poco: "A los sevillanos nos acusan de ombliguismo, pero es que Sevilla tiene un ombligo digno de ver." En el eterno debate umbilical, afirma lo contrario Fernando Guerrero, presidente de los empresarios de la CES: "Pensando que somos el ombligo del mundo y que vivimos en el mejor de los sitios no iremos a ninguna parte". Mal momento para decirlo, don Fernando, mal momento: en vísperas de Semana Santa. ¿Que no iremos a ninguna parte? Hombre, de momento el domingo podremos ir a ver la ansiada Paz por el Parque; el lunes podremos ir a ver la sangre de Cristo hecha rosa en Santa Marta; el martes podremos ir a ver el Stabat Mater en Santa Cruz; el miércoles podremos ir a ver la Pietá de Miguel Ángel según la Puertalarená; y del jueves al viernes, con cierta madrugada de por medio, ni le cuento lo que podremos ir a ver, don Fernando, ni le cuento lo que podremos ir a ver. ¿Le parecen a usted pocas partes donde ir pensando que vivimos en el mejor de los sitios? Además, que va usted, don Fernando, en contra de la economía sevillana, basada en el turismo. Pues anda que no viene gente ni ná para verle el ombligo a Sevilla y no se deja aquí dinero ni ná para poder vérselo...

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Jueves 1: El peligro de la doble fila

La otra noche, junto a la plaza de Rafael Salgado, fuego en Bami: dos muertos, ya lo vieron. Cuentan que los bomberos se las vieron y se las desearon no sólo para luchar contra el fuego, sino contra su segundo enemigo: los coches aparcados de cualquier manera. Esperábamos que tras la lección, las calles que rodean al Hospital Virgen del Rocío amanecerían anteayer y ayer despejadas de aparcamientos en segunda fila, los que cuando inauguraron el aparcamiento subterráneo de Luca de Tena-Manuel Siurot prometieron que iban a acabar de un plumazo municipal. No ha sido así. Las calles que llevan a las urgencias de medicina general, de traumatología o de maternidad, están atiborradas de coches estacionados perennemente en segunda fila, haciendo unos desfiladeros por los que los bomberos, si se produce otra desgracia (la Virgen del Rocío que da nombre al hospital no lo que quiera) no podrán entrar. Y no hay que ponerse en los bomberos y en lo peor. Ese coche que llega con el pañuelo por fuera de la ventanilla, con una señora que va a dar a luz, tiene que sortear pasillos increíbles entre los estacionamientos. Nada más que multando a los coches estacionados en doble fila en la barriada de Bami tendría el ayuntamiento ingresos suficientes como para hacer un segundo aparcamiento subterráneo junto al hospital. Más fácil es ver junto al hospital a los Armaos, que se han visto, que a una grúa municipal quitando coches de enmedio y a un equipo de municipales multando a conciencia. (Envío: al delegado municipal de Tráfico, en la plena confianza de que solucionará este peligro antes de que haya más muertos.)

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