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MES DE JUNIO DEL 2004 El Mundo de Andalucía  

Miércoles 30: Un terno blanco y oro

Se anuncian las novilladas nocturnas en la plaza de los toros. Más que novilladas sin caballos son las estampas antiguas del calor, las mangas de camisa, los abanicos, los paquetes de pipas, los niños chicos que se aburren y lloriquean, el guiri del tendido 12 que no aguanta más la calor, se quita la camiseta y se queda con el torso descubierto en plan Piscinas Sevilla. Son como noches de parto, en las que Sevilla alumbra toreros. Una noche así le nació a Sevilla un torerito de San Bernardo que se llamaba Pepe Luis Vázquez. De estos toreritos salen luego los torerazos. Como salió el año pasado Curro Sierra. Nos alegra comprobar que el Conde de Luna es ya más que nunca vecino de la calle Vida. ¡El buen aspecto que tenía presentando las nocturnas sin picadores! Y nos conmueve un dato que ofreció al presentar esos carteles que coinciden con la Velá de Santa Ana. El año pasado Curro Sierra fue el triunfador de esta como liguilla de ascenso de novilleros sin caballos. La Real Maestranza le regaló el premio anual que concede y que su afición había ganado: un vestido de torear. Un terno blanco y oro. El mismo terno blanco y oro que Curro Sierra vistió la otra tarde para matar ya con caballos dos novillos de Gabriel Rojas. El mismo terno blanco que la verdad de la fiesta tiñó de rojo en un instante. Rojo del caño de sangre joven y torera por la taleguilla abajo, en los mismos bordes de la muerte, en la frontera de Montoliú y de Soto Vargas, en otra estampa antigua, como estas noches de pipas y abanicos: la estampa del dolor y del pundonor torero.

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Martes 29: San Pedrp y San Sung

Anoche y esta mañana, en las cuatro caras de la Giralda, las lágrimas de San Pedro. ¡Cómo llora Sevilla con las lágrimas de San Pedro!, que diría el Padre Cué. El caso es que Sevilla no puede decir lo del musical de "Evita": "No llores por mí, San Pedro". San Pedro, si viniera y sin necesidad de gallo, se iba a pegar una pechada de llorar bastante importante, al ver ciertas cosas. Sin ir más lejos de la plaza de su nombre, por los Chipi Plancha que van a colocarle en la Encarnación mismo. Con la ola de calor en todo lo alto y con los termómetros haciendo la ola, un sevillano guasón nos dice que hoy, más que el día de San Pedro, es la fiesta de otro santo al que Sevilla en estas horas está venerando en función principal de consumo de kilowatios: San Sung, patrón del aire acondicionado. Ya que le levantamos un monumento a todo el que pasaba por allí del toreo o del cante, ¿por qué no le hacemos una estatua al inventor del aire acondicionado, de Sevilla agradecida? O como se ponen por los bares imágenes de San Pancracio, poner estatuitas de San Sung y de toda la corte celestial de los que obran el milagro de la casa fresquita: San Francisco Carrier, San Daikin o San Hitachi. Santos a los que echan de menos en los hospitales de Valme y de la Macarena, donde el aire acondicionado está chungaleta total, no hay el menor culto a San Sung y los enfermos, viva la gracia, tienen que llevarse los ventiladores de su casa. Total, Paipay suena a marca de aire acondicionado japonés o coreano: como Hitachi, pero a base de muñeca y dale que te pego.

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Lunes 28: Nobleza en la amistad

Hay valores en baja, devaluados, como la amistad. En la sociedad que todo lo mide por el dinero, es más cómodo andar entre conocidos de ocasión que entre amigos de verdad. Y más útil servirse de los conocidos que servir a los amigos, porque la amistad es un cultivo de primor que hay que cuidar. Por eso nos quitamos el sombrero ante el profesor Miguel Sánchez Montes de Oca, el creador con Lojendio del IUCE que dio origen a la Facultad de Económicas, el impulsor de las Asambleas de Comercio Hispanoamericano, el que fue subsecretario con Clavero en el Ministerio de las Regiones y tuvo un importante papel en la preautonomía andaluza. A Miguel Sánchez lo han entrevistado a fondo y le ha salido el fondo del alma. La nobleza, que no sólo la tienen los que andan con la corona bordada en la camisa. Aunque sea políticamente incorrecto y socialmente nada rentable, ha hablado Miguel Sánchez de sus amigos y ha tenido la valentía de decir: "Mi gran patrimonio lo constituyen los amigos. Amigos para compartir vida, sueños, experiencias, deseos y fracasos. Para vivir la vida más a fondo, para escuchar con el corazón y comprender los sufrimientos y gozos. Aquí y ahora quiero tener un emocionado recuerdo para un amigo que sufre, Manuel de Prado y Colón de Carvajal, con el que quiero ser el amigo cierto en estos momentos inciertos, el amigo leal y solidario que permanece a su lado y le desea todo lo mejor pronto y para siempre." Cuando tantos y tantos hacen ahora como si no hubieran conocido nunca al embajador Prado, lo de Miguel Sánchez es todo un retrato en la noble lealtad de la amistad.  Sobre Manuel Prado, en El Recuadro, "Un hombre solo"

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Domingo 27: Fiebre de hoteles

¿Cuántos hoteles hay en Sevilla? Al paso que vamos, más que turistas. Cuando se abren tantos hoteles nuevos, es que son negocio. Veintitrés hoteles nuevos están en lista de espera para abrir de aquí a dos años, algunos con nombres bastante cultos, como La Casa del Poeta o Las Casas de la Catedral. Ya sólo nos falta un hotel que se llame Las Casas de Fray Bartolomé de las Casas, que podría estar por la Magdalena, donde el Defensor del Pueblo Indio, como un Cura Chamizo de la Nueva España, fue consagrado obispo de Chiapas. Las cadenas de las gradas de la Catedral son nada al lado de las grandes cadenas de hoteles que llegan todas a Sevilla, como la exclusiva Kempinski. ¿Y pensiones? ¿Y fondas? Con tanto hablar de hoteles, nadie le hace un elogio literario o sociológico a las antiguas pensiones, a las fondas de toda la vida, que han desaparecido. Aquellas pensiones de estudiantes, de viajantes de comercio, de gente de los pueblos que venía al médico, de huéspedes estables. Las fondas donde se vestían los novilleros que debutaban en Sevilla, como aquellos altos de Los Gabrieles, que se pronuncia Grabieles. Fondas y pensiones de los alrededores de la estaciones, del barrio del Museo, de la avenida de Cádiz, que han pasado a la historia. Ya la que menos se ha puesto el mote de hostal, ninguna es pensión o fonda de toda la vida. Esta carencia de clásicas denominaciones de origen la compensará en parte esa Posada del Lucero que volverá a abrirse frente a los antiguos Juzgados, aunque ya sin arrieros, sin cosarios de los pueblos y sin tratantes de ganado que vienen a la Feria.

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Sábado 26: Antenas y cubas

Hay pueblos monumentales con alcaldes de tanta sensibilidad que han dispuesto una señal gratuita de televisión por cable para evitar que los tejados y las torres se lleven de antenas o de paelleras de señal digital. ¿Podría hacerse eso algún día en la Sevilla monumental, para evitar que subir a ver Sevilla desde la Giralda sea la contemplación de un catálogo de antenas? Por leyes no queda la cosa. Aplicando las que hay, multazo que te crió a las compañías de teléfonos móviles que habían colocado sus antenas en el edificio de la antigua Sevillana de Electricidad, actual Endesa, en La Borbolla, frente a la trasera de la Plaza de España. Paja en ojo ajeno y viga en el propio de la Administración, porque justamente frente al multado ligar de Endesa, con el mismo nivel de protección por la Ley del Patrimonio Histórico. Hay que ver la Plaza de España... Entre antenas militares de Capitanía y antenas civiles de la Delegación del Gobierno y de Protección Cxivil, la Plaza de España es un inmenso poste de antenas, y las dos torres son como dos monumentales y artísticos soportes de antenas de todas clases. Y la Giralda misma, la Giralda de Ojaneta, la Giralda de Plastilina colocada actualmente sobre la torre mayor, parece también como una inmensa antena, con tanto anemómetro y tanto pararrayos de bola, como el queso. Hay tantas antenas por los cielos como cubas de obras por los suelos. Esto es Cuba, a efectos de antenas y a efectos de cubas. Alguna televisión local debería hacer un concurso donde se preguntara: en su calle, ¿qué hay más, antenas de teléfonos y de televisión o cubas de obras?

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Viernes 25: Englorietados

Por Chipiona se dice mucho una frase que repite Rocío Jurado: "Estar engloriado". Estar engloriado es estar en la gloria. La famosa "gloria bendita" que tanto se usa en términos castizos y flamencos como término de ponderación, especialmente en materia gastronómica: "Vete allí, que dan de comer gloria bendita". Ahora habría que inventar otra frase: "Estar englorietado", que sería estar lleno de glorietas malditas, Glorietas que en tormentos de circulación son justamente lo contrario que la antedicha gloria bendita; infierno maldito. Sevilla y sus pueblos se nos están llenando de glorietas de circulación. Antes le dedicaban a alguien una glorieta, a Julián Besteiro mismo, al lado de la estación de Santa Justa, o la Condesa de Barcelona, en la Enramadilla, y era un lugar paradisiaco, en un parque con rosas y ruiseñores o un jardín con una tranquila fuente de cristal y de Pepe Marchena. Ahora una glorieta es un lugar espantoso, ruidoso, embotellado de coches que quieren todos pasar al mismo tiempo y que no respetan nada, hala, a la ley del más fuerte o el más ocaso. En los pueblos sobre todo encantan las glorietas. Hay alcalde que sale a tres o cuatro glorietas nuevas por mes. Hay pueblos que presiden de tener más glorietas que Sevilla. Como Dos Hermanas. Según la estadística de las glorietas, que las hay, Dos Hermanas es el pueblo que más tiene: cincuenta. Así que cada una de las dos Hermanas Nazareno del escudo municipal sale a veinticinco glorietas cada una.

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Jueves 24: Robles, Makukula, Chaka Juka

Esta noche es la noche de San Juan. Un Juan (Robles) nos invita en lo suyo del Aljarafe a quemar los malos espíritus en la hoguera conmemorativa de los cincuenta años del comienzo de este emporio villalbero de la hostelería en Sevilla, aquello que comenzó con una tabernita de mosto junto a Las Escobas. Enhorabuena, don Juan Robles: ha montado usted la mejor industria subsidiaria del Ave; la gente viene desde Madrid sólo para tomar tapas en Robles; usted es la imagen de Sevilla para muchos viajeros; a ver si la ciudad tiene un detalle con usted, que se lo merece. Y junto a la hoguera sanjuanera de Robles del Aljarafe, quizá suene la canción del verano, que es también de aquí, hecha en Sevilla, jornal para los nuestros. Es el Juka Chaka Juka de Los del Río, canción con la que ya hicieron el indio en el Rocío un chaparrón de famosos, y con la que Antonio y Rafael no hacen el indio, sino que van a seguir arrimando un dinero muy curioso a casa de Isabel y Remedios. Allí frente por frente al Territorio Sioux de Ikea, una hoguera y gente cantando en corro alrededor del fuego el Chaka Juka de Los del Río, la nueva Macarena, el Aserejé de este verano, será quizá la mejor forma de sevillanizar las candelás levantinas y catalanas de San Juan. Aquí hemos pasado de la Candelaria a las candelás de San Juan, para que luego digan que estamos cerrados a todo lo de fuera. Y a propósito del Juka Chaka Juka: parece el himno que Los del Río hayan compuesto para dar la bienvenida palangana a Makukula. Cuadra perfectamente en la letra; "Makukula, Juka Chaka Juka". Es como para hacerle la ola a Makukula, Juka Chaka Juka, Juka, Juka.

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Miércoles 23: Territorio Ikea

La bandera de Suecia ondea al aire del Aljarafe, en el borde de su cornisa, junto a Colina Blanca, camino de Castilleja. ¿Está allí la embajada de Suecia? Como si lo estuviera. Está el Territorio Ikea. Los sevillanos no se hacen el sueco, y van a novelerear de lo lindo. Las colas para entrar llegan hasta Tomares, y eso que dicen que los suecos, de su bolsillo, han pagado el segundo puente sobre la A-49. A ver si ponen otro Ikea en Coria, y otro en La Puebla, y nos solucionan así los suecos el problema de los segundos y terceros puentes sobre el Guadalquivir, para que no haya embotellamientos a la hora de venir al currelo o de volver a la adosada. Y junto a Ikea, otro centro comercial, ¿será por centros comerciales? ¿Cuántos centros comerciales hay ya en Sevilla, cuántas grandes superficies en la Sevilla de las mínimas superficies de las tiendecitas de la plaza del Pan? Este centro comercial nuevo tiene toda la gracia. Le han puesto nombre de conjunto de sevillanas o de casa de aire acondicionado: "Aire Sur". Van las marías hacia Ikea y tiendas adyacentes y cuando ven los letreros, le dicen al marido: "¡Mira, Pepe, Aire Sur, eso es lo que nos hace falta, a ver si ahí encontramos por fin a un tío que quiera venir a arreglarnos el aire acondicionado!" Y en Aire Sur, aire al comercio tradicional sevillano. Allí, con todos los honores, está Galán. Sí, Galán el sastre, el de la moda clásica, el de los escaparates como londinenses de la calle Sagasta. Renovación se llama la figura. A este paso, va a tener que terminar en una gran superficie hasta don Enrique Sanchís con sus relojes de la calle Sierpes y Maquedano con sus jipijapas y sus sombreros de ala ancha.

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Martes 22: Los libros vuelven a Sierpes

La lista de librerías cerradas en Sevilla cogería, si no un volumen encuadernado, al menos un cuadernillo en rústica. Y un folleto en octavo menor sólo las cerradas en la calle Sierpes: Tomás Sanz, Pascual Lázaro, Atlántida, Eulogio de las Heras, Ramón Soto, Peralto y recientemente Virgin. Los libros vuelven a Sierpes, donde sólo quedaban los religiosos y devotos de Librería San Pablo, versión actualizada de El Rosario de Oro en la calle Sagasta. Tiremos cohetes y soltemos palomas por esta vuelta serpentina de los libros, gracias a Beta. En la Sevilla semianalfabeta, Beta sigue luchando y batallando por el libro. Es muy venturoso y saludable que una cadena de librerías tenga ya tantas sucursales como una tienda de electrodomésticos o una franquicia de dermoestética e implantes dentales. Beta mata dos pájaros de un tiro: abre una librería en Sierpes, la antigua "calle sin noche" que era ya la calle sin libros; y rescata para usos culturales el cerrado Cine Imperial, con todos sus avíos como salón de actos. El alcalde presidió anoche la apertura de la librería, pero nosotros creemos que Beta merece más respaldo aún: ¿no se puede pedir la medalla de la ciudad para una librería que se la está ganando a pulso, haciéndonos leer a los iletrados sevillanos, que aquí mucha fiesta, pero muy poca letra impresa? Lo de Beta es el Alfa venturoso y cotidiano de esta ciudad que ha visto o va a ver el Omega final de librerías con tanta verdadera historia de la lucha por las libertades como Lorenzo Blanco o tanta falsa leyenda de la oposición a la dictadura como Antonio Machado.

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Lunes 21: Pechojierro, Talaverón, Mármol

El otro día se murió Pechojierro, un personaje que lo coge Arturo Pérez Reverte y le hace tres novelas, y en los periódicos sevillanos no vino una sola línea, hasta que Nicolás Salas, que sí sabe quién era Pechojierro, le hizo una hermosa necrológica ilustrada en su tienda de antigüedades periodísticas. Pechojierro era un señorito de Sevilla, famosísimo en la calle Tetuán de los años 50, en el mundo del campo y del toreo, cuñado de Carlos Arruza y un pedazo de tío, en todos los sentidos de la palabra. Se está incumpliendo la ley de que "en Sevilla, hasta que no te mueres, no eres nadie" y aquella otra de "todo muerto pasa a ser automáticamente el mejor de los nacidos". Ya ni de los muertos hablamos bien. Ni los propios periódicos que cobran la publicación de sus esquelas se enteran de los muertos que llevan. Se ha muerto también Eduardo Talaverón y no hemos visto más que su esquela. Ni un elogio de su labor por el turismo en Sevilla, cuando el turismo no era la primera industria ni estaba tan de moda. Eduardo Talaverón fue, entre otras actividades profesionales, delegado de Mundicolor de Iberia y trajo miles y miles de turistas. Fue presidente del Skal Club, y animó cuantas iniciativas por el desarrollo turístico de Sevilla se presentaban. Era uno de esos ciudadanos inquietos, con vocación de servicio público, que solemos echar de menos en nuestra sociedad civil. Como otro sevillano cuya esquela hemos visto y tampoco hemos leído ni dos líneas de adiós: el doctor Demetrio Mármol Plaza, amantísimo defensor de su ciudad y del patrimonio artístico, que en la sección "Casco Antiguo" retrató por su cuenta media Sevilla de espadañas y veletas para llamar la atención sobre su abandono.

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Domingo 20: Me hago castrista

El llamado fuego amigo que desde el Gobierno de Madrid está llegando a Sevilla no se queda sólo en la aceptación como milagro de la migaja por la deuda pública que antes la Junta rechazaba al PP y ahora no tienen más remedio que tragar con el PSOE. El fuego amigo llega a la Cultura. En la política cultural sevillana no se explica que haya cambios importantes. Aquí siguen mandando los mismos y, además, en Madrid, han hecho ministra de Cultura a la que Chaves mandó como diputada al Congreso para quitársela de enmedio. A pesar de que nada ha cambiado para que todo siga igual, el fuego amigo ha llegado al Teatro de la Maestranza. De nada ha servido el telón cortafuegos en este caso. Va a consumir a su director, un señor que lo estaba haciendo de cine en la música y en la ópera, que se llama José Luis Castro. Tras hacerlo de libro en el Teatro Lope de Vega fue propuesto para dirigir el Maestranza precisamente por el partido que rige la Cultura en el Ayuntamiento, en la Diputación, en la Junta y en el Gobierno nacional, las cuatro instituciones que pagan el teatro. ¿Usted lo entiende? Nosotros menos todavía. Como no lo entienden los críticos musicales que en esta ciudad de los silencios cobardes han dado la cara por José Luis Castro, con dos bemoles. (Ay, si escribieran para que no lo quiten todos aquellos a los que Castro ha convidado a ópera en los últimos años, se hacía un libro de firmas así de gordo.) Nosotros unimos nuestra modesta firma al apoyo que dan a Castro los críticos musicales. Frente a tanto Fidel dictatorial de la Cultura, no hay más remedio que hacerse castrista. Pero castrista de José Luis Castro, claro.

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Sábado 19: Velázquez a la milanesa

La calle de moda es la calle donde hay más moda: Velázquez. Vayan a un agente de la propiedad inmobiliaria, pregunten a cuánto está el alquiler mensual de metro cuadrado de local comercial en la calle Velázquez, y ya verán si está de moda o no está de moda. (Por cierto que a la calle Velázquez los sevillanos no le llamamos así: es Tetuán. Velázquez es oficialmente desde Rioja a O´Donnell, pero, de hecho, desde la Plaza Nueva a la Campana todo es Tetuán, nada Velázquez.) Y en esa calle de moda y de la moda, han puesto lo que faltaba: una pasarela. Una pasarela en medio de la misma calle, con su golpe de sillas para que se sienten las señoras y una alfombra roja con las niñas pasando los modelos. A la calle Velázquez, vamos, a Tetuán, le sientan divinamente las pasarelas. Como si toda la vida aquello no hubiera sido otra cosa que pasarela. Entre un desfile de modelos en Los Arcos y una alfombra roja en la Pasarela Velázquez, es que no hay color. Y como Velázquez-Tetuán es lo más italianizante, lo más Milán que se despacha en Sevilla, pues Italia tuvo que ser la que se le ocurriera: a la consulesa de Italia, a la señora de Ruiz Berdejo, a Cleia, ¿se escribe así o nos hemos equivocado? En lo que no nos habremos equivocado es si del Consulado de Italia parte la iniciativa de un hermanamiento callejero entre Sevilla y la Lombardía. Igual que la calle Sierpes está hermanada con no sé qué calle europea, Tetuán-Velázquez tenía que hermanarse con Vía Montenapoleone de Milán. Velázquez ya está a la milanesa, como los bistés empanados.

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Viernes 18: Sevillaneros

La palabra se la leemos a José Luis Montoya en su sección de las tres letras. Estas secciones sobre las pequeñas grandes cosas de Sevilla dan a veces mucha más información de la verdadera ciudad que las rimbombantes informaciones locales sobre política municipal, qué aburrimiento. Por eso nos encanta leer cada día a Juan Miguel Vega, a Belmonte, a Luis Carlos Peris, a Adriano, a Salomón Hachuel, a Montoya, a los verdaderos cronistas de lo que se habla en la barra del bar. Montoya ha inventado la palabra que va en el título: "Sevillaneros". Quédele, pues, reconocido el derecho de autor. Sevillaneros son los que se preocupan y ocupan del cante, la música, las letras y el baile de las sevillanas, como esa Asociación de Amigos de las Sevillanas que le da pie al hallazgo de la voz. Hay que prodigar el uso de estos derivados de la palabra "Sevilla", antes que venga un tío malage de Madrid con lo de "sevillí", cuando a él nadie le dice que es un "valladolí", por mucho que presuma de "madrileñí". Hay que reivindicar la sevillanidad, la sevillanía, el sevillanismo. Hay que hablar de los sevillitas. Sí, ojo, sevillitas, sin ese enmedio, no "sevillistas", que son otra cosa: ésos son los de la pelota, los sevillones, que dicen los béticos. Los sevillitas son a Sevilla como los gaditas a Cádiz. Los que se sienten depositarios de las esencias del sevillaneo. Muy distintos de los sevillaneros, profesionales del riá, pitá, un poquito jartibles, ¿qué quieres que te diga, Monti? Tú que has inventado la palabra, ¿no crees que los sevillaneros son demasiado jartibles?

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Jueves 17: Vigil y Cariñanos

En esta España donde cada autonomía pide más competencias y se la dan, Federico Trillo, el ministro de Defensa del PP, dejó a Sevilla sin Mando Aéreo del Estrecho y acaban de "desactivar" Tablada. Los aviones de Tablada dependen ahora de Madrid, ¡viva la autonomía! Bueno, como en Tablada ya no hay aviones, sino sólo el vuelo de la especulación y el zumbido de los motores de los promotores, total ¿qué más da? Y el Hospital Militar también se lo cerró Trillo a Sevilla. Hospital Militar que antes de que el PP perdiera las elecciones, anunció Javier Arenas que el Gobierno había decidido rotularlo con el nombre y el recuerdo de Antonio Muñoz Cariñanos, el coronel médico de Aviación asesinado por la ETA en el año 2000, para que fuese recordado en el nuevo uso del centro por el SAS. Como tantas cosas del anterior Gobierno, ese acuerdo del Consejo de Ministros parece papel mojado. Civilizan el Hospital Militar y pasa ya a manos del Servicio Andaluz de Salud, y en todas partes siguen llamándolo "Vigil de Quiñones" para arriba y "Vigil de Quiñones" para abajo. En ningún sitio lo prometido y anunciado de "Hospital Muñoz Cariñanos". Vigil de Quiñones era su nombre castrense, en memoria del heroico médico militar de los últimos de Filipinas en el fuerte de Baler. Si ese Hospital ya no es militar y si toda la sociedad civil coincide en la necesidad de no olvidar nunca a las víctimas del terrorismo, no hay razón para que ahora se le dé esta segunda muerte, muerte burocrática, a aquel gran médico y gran militar que asesinó el Comando Andalucía una triste noche, en aquella consulta de la calle Jesús del Gran Poder donde curaba la garganta de balde a tantos gitanitos.

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Miércoles 16: Los Hongos

La de la guasa y el ingenio, la de dar en la diana con una sola palabra de humor, también es una Sevilla eterna. Esa sí que no es efímera como portada de Corpus en la exposición de las Atarazanas, esa sí que no pasa: "permanece y dura" (Quevedo). A la inmensa capacidad popular de metáfora no le afecta la modificación del PGOU. Han dado a conocer el proyecto de los parasoles para el sol de la Encarnación, el que le da en la cara a la Madre de Dios en el amanecer del Viernes Santo, y esa Sevilla eterna, ¡pum!, ha vuelto a dar en la diana. En todo el bebe. Si aplicáramos a la Física Cuántica el mismo ingenio que a la guasa, aquí había dos premios Nobel por metro cuadrado. Sevilla ya ha sacado de pila al proyecto de los arquitectos alemanes, que ésa es otra, como si aquí no hubiera arquitectos y no hubiese tanto paro entre los arquitectos. Los de la Encarnación son ya Los Hongos. Y algunos añaden que David el Gnomo va a poner un puesto de verdura en la futura plaza para vender lechugas a las marías de los Pitufos. Otros se llevan los hongos a la lista de tapas de La Alicantina y llama Los Champiñones a aquellos "¿pero qué es esto, Dios mío de mi alma?". Champiñones a la plancha, naturalmente, cuando sea agosto, haga 42 grados a la sombra, sean las cuatro de la tarde y ese sol padre y tirano esté recalentando la chapa. Está bien puesto el nombre de Los Hongos. En Sevilla las tonterías crecen como hongos. A la vista está. Lo malo es que para estos hongos no hay fungicida, aunque vayamos a comprarlo a la botica de La Venera, que está allí al lado.

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Martes 15: Puentes, más puentes

Las elecciones del domingo confirman la teoría de las cuatro administraciones del mismo signo, ahora elevadas hasta la instancia parlamentaria europea. El mismo partido que ganó las elecciones para gobernar la nación española, la autonomía andaluza, la diputación sevillana y la ciudad hispalense, bastante hispalense, triunfa en el número de eurodiputados. El PSOE, una vez más, gana en España gracias a Andalucía y a Sevilla, por lo que felicitamos sin rodeos al señor Chaves y al alcalde de esa Sevilla Este donde las urnas mantienen la fidelidad del voto socialista con la efectividad popular de un tanque de salmuera. Pero Sevilla debe pasar factura de todo esto. Como pasaron la factura de la deuda autonómica, presentar al cobro las cuentas pendientes de la ciudad. Que no son sólo el Metro o Melonares. Hay que aspirar a más. Por ejemplo, a esos puentes sobre el Guadalquivir que está pidiendo como el comer la Sevilla que se tuvo que ir a vivir al Aljarafe. Las dos orillas no son ya Sevilla y Triana; en la urbe metropolitana, las dos orillas son la ciudad y el Aljarafe. Cuyas comunicaciones, cada mediodía, cada tarde a la vuelta del trabajo, quedan estranguladas en el puente de San Juan y en el puente del Patrocinio. Sevilla necesita más puentes, aguas arriba y aguas abajo de la ciudad, pasillos de circulación rápida hacia el Aljarafe. Por falta del mismo signo político en las distintas administraciones no será ahora. Chaves en la Junta, Magdalena Alvarez en Fomento, Sánchez Monteseirín en la alcaldía tienen el mismo carné. Ojalá esta persistente marea de votos sirva para que a la fiel Sevilla, que nunca los ha dejado, le paguen con esos puentes que necesita como el comer.

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Lunes 14: ¡Viva el icono, cono!

Llegados del Corpus de la Magdalena, que no tiene madrugada de escaparates ni falta que le hace, nos sentamos a la sombrita de uno de los cuatro ficus de la plaza de San Pedro, y nos ponemos a considerar. Es lógico que llegaran unos arquitectos alemanes y tomaran este árbol como símbolo de Sevilla. Anda que si llegan a ver el magnolio florecido de la esquina de la Catedral, frente a Correos... Y es lógico que, inspirados en los ficus, los hombres quieran dejar su hito en las sombrillas de alambre que van a poner en la Encarnación. Está muy bien que se le dé este homenaje a los paraguas de Casa Rubio y que quede para la posteridad ese icono de Sevilla. Sevilla, como saben, no tiene icono alguno, y hay que buscárselo urgentemente. La Giralda no representa a la Sevilla tradicional, ni el puente del Alamillo representa a la moderna. Nada, nada, hay que levantar más iconos. Y que se note que es lo público, no lo privado, quien levanta las sombrillas. Si usted es un promotor particular y quiere hacer una obra allí al lado, en la calle Regina, en lo que edifique tiene usted que respetar hasta las alcayatas que haya en la azotea para los tendederos de la ropa. Ni se le ocurra poner un icono, que no está la cosa para iconos. Pero si usted no es un particular, sino el Ayuntamiento que tan celosamente cuida del patrimonio histórico-artístico, usted puede hacer lo que le venga en gana. O lo que le venga en ganas a dos arquitectos alemanes conocidísimos en su casa a la hora de comer, que de momento han confundido la Sevilla del naranjo y el jazmín, de la dama de noche y de la jacaranda con los ficus de la botellona. ¡Viva el icono, cono!

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Domingo 13: Todo a cien

Así se las ponían a Fernando Séptimo, porque Fernando Séptimo, por aquello de Real Betis, era verderón. Nos referimos al centenario del Sevilla F.C. A los béticos se lo están poniendo todo a gol cantado, con lo que gusta a la afición verde una guasa a costa de los palanganas. El cabreo sordo que los béticos han cogido con el anuncio de la dedicación de la portada de la Feria del centenario 2005 puede tener su compensación con los cachondeítos finos a los que da pie el logotipo oficial de la celebración, recién presentado. Logotipo diseñado por los arquitectos Manuel F. Somalo y Rafael González Millán, que simula una firma como de contrato con estrella mundial y que recuerda la crestería del escudo que Santiago del Campo hizo mural de mosaicos en el campo d Nervión. Si, hemos dicho crestería del escudo. El escudo del Sevilla, como muchos palios clásicos de la Semana Santa, tiene crestería. En el escudo sevillista, San Fernando y sus compadres San Isidoro y San Leandro van bajo palio, bajo palio de crestería. Y en el recuerdo de esa crestería, el logotipo escribe una palabra que será la de la guasa bética: "Cien". Como las tiendas de los veinte duros, sí, señor, lo mismo: cien. Todo a cien, la portada de la Feria, el comisario de la celebración, el disloque y despiporre municipales, el logotipo. Todo a cien. Ya decimos que así se las ponían a Fernando Séptimo, que era pepino total. Con lo que le gusta a un bético una guasa a costa de los adversarios, lo único que faltaba era que ellos mismos se pusieran a pique de un repique, con el "cien" de todo a cien.

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Sábado 12:  El escaparate de los seises

Pues como este escaparate no está en Sierpes, ni en Cerrajería ni en Cuna, ni hay cerca bares con tapitas y veladores, y la orquesta que toca no empieza a hacerlo a la una de la madrugada, y no se puede saludar a casi nadie conocido, y no se dan premios ni galardones, pues a este escaparate de Corpus no viene casi nadie. Es un escaparate que se abre cada tarde, en la Sevilla inmaterial del patrimonio de sus ritos, prodigiosa y quizá milagrosamente conservador. Ni el cardenal Segura, y mira que lo intentó, pudo con este escaparate del Corpus, que es el mejor escaparate del Corpus. Este escaparate del Corpus son los seises bailando ante Su Divina Majestad en las tardes de la infraoctava, entre sonidos de vencejos y entre las magnolias y las jacarandas florecidas. Si la mañana de Corpus es de juncia y romero, estas tardes de Corpus en la Catedral son de magnolio y jacaranda, Flores íntimas de Sevilla, sin la publicidad fácilmente rimada y tópicamente cantada del azahar, sin el populismo de las gitanillas de los balcones. Una Sevilla honda, dormida en el tiempo, refinada, culta. Un escaparate que bien está donde está, en el arca oculta donde se venden los buenos paños de las verdades de la ciudad.

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Viernes 11: San Fernando y la mezquita

Era la perpetuación anual del verso del olvidado Rafael Laffón. Como ya está aquí el verano, en vez de coger el coche e irse a la playa, Dios cogió la custodia y se echó a Cuerpo a la calle. Por delante, al final de las insoportables filas de cogecosas y chiquilicuatres de azulito que Luis Carlos Peris encontró junto a los pintamonas, iba San Fernando. En una mano la espada, en la otra la bola del mundo, y en la que le queda libre, nadie sabe lo que lleva. Lleva quizá el tópico de la tolerancia en la ciudad talibánica. Sevilla presume de tolerancia. Presume de que San Fernando fue el primer tolerante, que hizo convivir a las tres culturas: cristiana, judía y mora. Ahí te quiero ver, San Fernando. Pasa San Fernando y los sevillanos de las sillas que están viendo el Corpus se tapan del sol con el periódico del día. Allí pone que los moros quieren hacer una mezquita en Sevilla. Como la que está debajo del Salvador y excavan los arqueólogos, pero en Los Bermejales, vivita y coleando. A Sevilla no le va a costar un duro. Convida a mezquita un sultán la mar de raro, la vez primera que lo oímos: el del emirato de Sharjag, otro emirato que no nos suena de nada, no es Omar, ni Bahrein, ni Qatar, ni los emiratos que juegan la Championlí del golfo. Y como somos tan tolerantes (por aquí), los vecinos de Los Bermejales ya han puesto el grito en el cielo, que esto se nos va a llenar de fundamentalistas y de moros zarrapastrosos, María. ¿Pero no éramos una ciudad tolerante? Hasta que vinieron los moros con la mezquita. Sin moros y sin mezquita, cualquiera es tolerante. ¿A que sí, San Fernando?

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Jueves 10: Del madrugón a la madrugada

También en la Noche del Alumbrado hay más gente en la Feria que en el primer día. Lo que pasa es que el Corpus tiene un solo día de procesión. Si el Corpus saliera por fascículos (todo se andará, tranquilos), seguro que en el segundo día ya había más gente al paso de la Custodia. Custodia: tuétano y meollo de la cuestión. ¡Como custodia Sevilla sus tradiciones, incluida la Custodia! Y custodiándolas, las renueva. O las hinca en las raíces antiguas. Leemos la fina observación de Juan Miguel Vega, apúntese usted un 10: en la noche de escaparates (ya madrugada) hay más gente por la calle que viendo el Corpus. Esto es la vuelta a las raíces. Hasta bien entrado el siglo XIX, antes que Ybarra y Bonaplata inventaran la Feria, la gran fiesta de la primavera sevillana era el Corpus. Por Vicente Lleló sabemos que la noche anterior, como en la víspera de la Virgen de los Reyes, había por la ciudad una especie de velada callejera, con puestos de calentitos y aguaduchos, veladores y ministriles. Así que lo de ahora, esta especie de Madrugada de Corpus que ha surgido de unos años a esta parte y que Crespo & Silva Asociados fomentan (¡bien!), es sencillamente que Sevilla se acuerda de su pasado y, sin saberlo, lo rescata. Hablando de Madrugada: hemos pasado del madrugón del Corpus a la Madrugada del Corpus. Como tantos están hasta las tantas en la Madrugada de escaparates y mariconadas varias, muy pocos se pegan el madrugón para ver pasar capillitas, los jartibles de Corpus con chaquetita azul. El madrugón de Corpus se está perdiendo, pero hemos ganado una Madrugada más. Ya van dos. Nos queda, impoluto, el madrugón agosteño de la Virgen de los Reyes.

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Miércoles 9: "Clausus" de pintamonas

Si los que salen de nazarenos con canastilla o palermo de fiscal de palio se desean entre ellos "buena estación", y al que va dando los honores del estribo de su caballo al Simpecado como alcalde de carretas le desean "buen camino", a los que ahora están cepillando el traje oscuro para mañana salir de representación de su hermandad en el Corpus, ¿qué hay que desearles? No sé si hay que desearles "buena procesión" a los que salen en el Corpus, más que a representar a su hermandad, a representarse ellos mismos, para que toda Sevilla vea lo importantes que son, saludando a diestro y siniestro, a babor en el Bar Laredo y a estribor en la Punta del Diamante. Yo más bien les desearía otra cosa: que se quedaran en su casa. Que con el bacalao y dos varas que vayan, la hermandad está perfectamente representada. Y no esto de ahora, del tintinábulo y la repera cincelada por Seco, cuatro dalmáticas, dos ciriales, dos tramos de cirios y hasta un celador entre las chaquetitas azules. Mañana a la 1 de la tarde, cuando haya entrado la Custodia, los mismos que hoy preparan el terno largarán la fiesta de siempre, en la hipócrita ciudad. Dirán un año más que hora y media viendo pasar capillitas es estrictamente insoportable. Yo propondría dos fórmulas: o bien el "númerus clausus" del tirón, todo lo más cinco por hermandad; o bien que las representaciones salieran a cara cubierta, con antifaz sin macho, como los penitentes. Sin que los reconociera la gente y sin poder saludar, vería usted qué pronto se les iba a pasar el fervor eucarístico a estos setecientos mil que ahora salen en el Corpus únicamente para pintar la mona.

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Martes 8: PGOU de altares de Corpus

Como la primavera, el Corpus ha venido y nadie sabe cómo ha sido. De aquí a mañana por la noche, la breve Cuaresma de Corpus, que haberla, hayla. Choca la Infraoctava con el ritual de los ritmos de la ciudad. Los seises bailan a Corpus pasado, cuando aquí la suma delectación son las vísperas de las fiestas, y nos remitimos como prueba a la gran fiesta vesperal de la Feria, la Noche del Alumbrado. La víspera del Corpus tiene algo de Noche del Alumbrado a lo divino, y hasta hay quien busca el pescado frito por los bares de las cercanías de la carrera que se recorre hasta las tantas de la madrugada, viendo altares, escaparates y fachadas. Carrera que este año tiene su PGOU particular: el PGOAC, Plan General de Ordenación de Altares de Corpus. ¿Será por reglamentar? Sevilla está perdiendo sus cánones, y se suple la pérdida de papeles con el ordenancismo de otros papeles. Antes nadie tenía que decir cómo eran los altares de Corpus. Ahora tiene que recordarlo el Ayuntamiento, ante la metástasis de mariconadas (sí, hemos dicho mariconadas, porque lo son) que nos esperan, donde todo horror está sobre unos encajitos monjiles y toda cursilería, entre uvas y espigas. Los altares ocupan la vía pública y Fiestas Mayores exige previamente el proyecto para visarlo. ¿Hay que pasarlo por el Colegio de Arquitectos? Todo se andará. De momento, el Ayuntamiento incumple sus propias normas: la imagen gótica de la Hiniesta que preside el altar de la Plaza, bajo las velas (que no toldos, Leopoldos), no tiene nada que ver con el Corpus. Los que sí tienen que ver son esos escaparates de sus tiendas, que mañana noche, ay, estarán de luto por Juan Foronda.

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Lunes 7: La bulla del tanatorio

Otra vez se cumple la cruel ley sevillana: "Todo muerto es el mejor de los nacidos". Sevilla reescribe en esta ley el salmo del Oficio de Difuntos: "Cuando ya no puedas hacer sombra a nadie, resplandecerá sobre ti la luz. La luz eterna, claro. Lux perpetua luceat eis." Se ha visto una vez más con el pobre de Agustín Hepburn, pobre en todos los sentidos de la palabra, riquísimo ahora en amigos, panegíricos, elogios fúnebres y obituarios de tres capas. Toda la barroca palabrería que Agustín dominaba, hijo de Manolo Bará, nieto de Rodríguez Buzón, sobrino-nieto del Padre Cué, la vierten ahora sobre su figura. Un sevillano perplejo contempla el espectáculo, esta sevillanísima bulla del tanatorio, encabezada por autoridades y fuerzas vivas, y nos pregunta: "Si verdaderamente el infortunado Agustín era tan singular, tan valioso, tan personalísimo, tan popular, tan querido, tan apreciado y tan valorado como parece que lo era, ¿por qué nadie le echó una mano en vida, por qué se le cerraron todas las puertas a las que llamó?". Y le respondemos con una famosa conjunción copulativa, que la ciudad debería convertir en interjección. La conjunción copulativa es la que usó Manuel Machado para rematar con una media verónica sus lances líricos al toro de Andalucía: "...y Sevilla". Muchas veces, como la presente, a esa Sevilla del "y" le falta por delante una "a". La "a" inicial de la interjección de la pena y del bochorno, al comprobar que somos como somos y que esto es lo que hay. En el cumplimiento de esa cruel ley de la bulla del tanatorio y la soledad de los abiertos balcones del alba, no ha sido: "...y Sevilla". Ha sido: "Ay, Sevilla..."

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Domingo 6: Megatablao en las Atarazanas

¿Saben qué es un tablao flamenco? Pues un sitio donde los sevillanos nunca vamos, porque cuando vienen forasteros a los que tenemos que atender y quieren ver algo de flamenco, los llevamos a casa de Anselma, que es nuestro tablao de verdad. Un tablao es un sitio donde los japoneses y los americanos, en manadas, conducidos por la mangá tras descender de los autobuses, van a ver una cosa que no entienden, que se llama flamenco, y que les extraña, porque los que bailan y cantan, qué raro, no salen vestidos de toreadores. La categoría de los tablaos se mide por la cantidad de autobuses de japoneses que hay en la puerta. Los hay de cinco autobuses, de diez autobuses y de veinte autobuses. Y debe de ser un buen negocio, porque los tablaos que hay parece que se han quedado pequeños y sus empresarios, entre el espectáculo y la hostelería, entre la cultura y las bodas y bautizos, piden que Sevilla tenga un Megatablao. ¿Dónde? ¿Pues qué mejor sitio que las Atarazanas del Rey Sabio, junto a la Caridad? Así cae plenamente dentro del circuito turístico y está al ladito mismo de los otros exitosos. Habrá quien se escandalice por la petición. Nosotros no. ¿Será por pedir? ¿Y será por servir a la industria del turismo y de la hostelería, que es la que más dinero está moviendo en Sevilla y más empleos crea? A quienes se escandalizan porque los industriales del flamenco quieran convertir las Atarazanas en tablao magno les recordamos que aquí el Amigo ha convertido la Catedral en museo, en rentabilísimo museo vinculado a la industria del turismo, y nadie ha dicho ni pío. Ni Pío Nono, ni Pío 12, ni Juan 23.

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Sábado 5: La frontera del frío

Pocos premios tan oportunos como el de Divulgación Científica que acaba de conceder la Universidad Hispalense al profesor Manuel Zamora, catedrático del Departamento de Física de la Materia Concentrada, por su obra "La frontera del frío", En ella estamos. En la frontera entre tener el aire acondicionado que funciona que es una maravilla o comprobar, ay, al ponerlo en marcha que está roto, o por lo menos que se le ha ido la carga de gas, y con estas calores que se nos han venido encima de golpe. En "La frontera del frío" que ha trazado el profesor Zamora en su divulgativa obra, los sevillanos nos dividimos en dos grandes grupos: los que no han tenido que llamar al mecánico del aire acondicionado y los que todavía están con el aire roto, porque sí, el técnico les ha tomado nota del aviso, pero ésta es la hora en que por aquí no ha aparecido nadie, y eso que nos dijeron el martes que iban a venir aquella misma tarde. Toda Sevilla soba en estas horas de sudor las páginas amarillas, en busca de los reparadores de aire acondicionado con servicio de 24 horas que hace por lo menos 72 que están buscando inútilmente. En las oficinas, en las tiendas, en los hospitales, en los centros educativos, en las dependencias oficiales, en todas partes se ha roto el aire acondicionado. Se fueron al Rocío y creyeron que donde más calor habían pasado había sido recorriendo la Raya Real. Pero volvieron de la romería, pusieron el aire acondicionado y comprueban ahora que en la salita, con el aparato roto, hace bastante más calor que en el Ajolí. Y el técnico, avisado hace tres días y sin aparecer: "María, llama otra vez a este hombre, a ver si viene de una vez..."

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Viernes 4: La renta va por barrios

Había un viejo refrán sevillano, a ver si nos acordamos cómo era, que decía chispa más o menos así: "De la Catedral a la Magdalena, se almuerza, se come y se cena. De la Magdalena a San Vicente, se come solamente. De San Vicente a la Macarena, ni se almuerza, ni se come ni se cena." Era lo que hoy llamaríamos el reparto por distritos del PIB y de la renta familiar. Esa conseja debe de ser del siglo XVIII por lo menos, como todas las viejas coplas, y la realidad ha cambiado mucho en cuanto a escenario (qué de moda hablar del escenario), que no en cuanto al concepto de que la renta va por barrios. Porque ahora se hacen los refranes de la calidad de vida y del nivel de renta con rigurosos estudios económicos, como el que acaba de presentar esa concejal que tiene una delegación con nombre de antigua tienda de tejidos: La Innovación. Según tal estudio, ahora los ricos están en El Prado y los más pobres en Los Carteros y el Polígono. La Magdalena son ahora los pisos del Prado y de la Huerta de la Salud. La Macarena es ahora el barrio A y el B del Polígono de San Pablo y Los Carteros. El cómodo pasar del antiguo barrio de San Vicente está ahora en Los Remedios o Reina Mercedes. Y como Aurora Atoche ha presentado su estudio, nosotros ofrecemos el nuestro, como es norma de la casa, con la reescritura del viejo refrán sevillano: "En los pisos del Prado está la gente, importante, riquita y bien pudiente. En los pisos de Virgen de Luján, los que tienen un cómodo pasar. Y allá por Kansas City y Los Carteros, los que viven pendientes del ditero."

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Jueves 3: La portada del coñac

La Feria del 2005 será la Semana Blanca. La portada, ojú, reproducirá el campo del Sevilla. Esto de que la portada de la Feria sea en homenaje a un club, por muy decano que sea y por mucho centenario que celebre, es más bético que sevillista. O era. El canon, la norma, la medida, lo apolíneo, era el Sevilla. Lo desmedido, lo desaforado, lo chocante, lo dionisíaco, el Betis. Últimamente, tras las duquelas negras que pasó el Sevilla frente a un Betis al que le chorreaban los millones, los papeles se cambiaron. El viejo y humilde manquepierdismo pasó durante unos años al Sevilla. Algo le queda. Y la antigua soberbia del "equipo de los señores" (de los señores nuevos ricos, podridos de millones) se vio y se sigue viendo en el Betis. Al Sevilla, pues, le dan un homenaje en claves de estética bética. Al deporte local de celebrar centenarios de cofradías se añade el de celebrar centenarios de la pelota. El alcalde socialista le hace la pelota a media Sevilla, paradójicamente la derechosa y tirillita como es la palangana, y deja fuera a la presuntamente izquierdosa y populachera, como es la verderona. Sabemos de béticos que han jurado no pasar por esa portada. Entrarán por un lateral, Por la calle Curro Romero mismo, que ése sí que es bético. Y como hay cosas que no cambian y como el ingenio es aún patrimonio bético, ya hemos oído el chiste a un correligionario verderón, a Gregorio Conejo: "Será La Portada del Coñac: el Decano celebra el Centenario. Terry, claro." Yo que alcalde, y como se las gastan aquí, ni ciego de Decano y de Centenario me ponía a media Sevilla en contra, con la dichosa portada...

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Miércoles 2: Deportes no olímpicos

Apúntense un 10, señores concejales de IU. Por las cuentas que han echado ustedes sobre el llamado Estadio Olímpico. Puede que sea Estadio, pero nunca Olímpico. El peor negocio que Sevilla pueda tener. Al que habría que cortarle la cabeza cuanto antes, porque levantar su cierre nos cuesta todos los días, según las cuentas de IU, 6.000 euros, esa cifra que sí nos sabemos todos en pesetas: un millón. Un millón diario "para nada", dicen estos señores. Choquen ustedes esos cinco. Y para que sirva para algo, quieren organizar el Homenaje a la Nada: unos juegos de deportes no olímpicos en un estadio olímpico que tampoco es olímpico. Deportes no van a faltar. Sólo con los tradiciones y sevillanos deportes no olímpicos llenamos meses y meses de calendario, Apunten cuáles son estos deportes tradicionales. A saber: el deporte de sacar pasos a la calle en conmemoración de algo; el deporte de recalificar fábricas de toda la vida para hacer pisos; el deporte de abrir cervecerías de salmuera por parte de los despedidos al cerrar esas fábricas; el deporte de clausurar templos históricos por ruina y tenerlos años y años cerrados; el deporte de pegar el pelotazo; el deporte de cerrar el Metro y volverlo a abrir; el deporte de convertir las haciendas de olivar en salones de bodas y bautizos, siete mil hay ya; el deporte de abrir pequeños hoteles con encanto en el centro, otros siete mil van ya; el deporte de dar pregones; el deporte de editar carteles; el deporte de ronear; el deporte de celebrar el XVII Acto de Exaltación de Lo Que Haga Falta. Y, sobre todo, el deporte más sevillano: el deporte de doblarla lo menos posible.

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Martes 1: Sesquicentanario en el Postigo

No tuvieron que cortar la circulación por el centro. No hubo parada en el andén del Ayuntamiento para el ramo de flores del alcalde. Porque aunque celebraron con más razón que nadie el Sesquicentenario del Dogma de la Purísima, no sacaron un palio extemporáneamente a la calle. Fue un trozo de la Sevilla desconocida, por auténtica y honda. Los hermanos de la Pura y Limpia del Postigo llevaron a la verdadera Inmaculada de Sevilla ahí al lado, como a casa de una vecina a pedirle un poquito de aceite del Arco: a la plaza del Cabildo. Allí celebró la hermandad su anual acto de exaltación mariana, ramo literario que cierra el mes en que Sevilla va con flores a María. Sonó "Caridad del Guadalquivir" de Paco Lola, que es ya como la marcha "Amargura" del barrio del Arenal. Y hablaron del Dogma de la Inmaculada y de su Sesquicentenario no dos pelanas metidos a rapsodas, sino dos profesores universitarios: Miguel Cruz Giráldez y Juan Antonio Martos. Terminado el acto, oída la Marcha Real, la imagen de la Pura y Limpia fue de nuevo llevada a los más exquisitos y mejor despachados cien gramos de Catedral, que son su capilla. San Fernando, con San Leandro el de las yemas y San Isidoro el del horno, la vio llegar desde el escudo de piedra que corona el Arco. Y sonaba junto al Postigo del Aceite, entre recuerdos del Pali y de Juana la Calentera, la reescritura de las coplas de Miguel del Cid: "Aunque no quiera Delgado/ ni el Ybarra que está al lado,/ni el Palacio Arzobispal,/ el Postigo en general/ sabe de toda la vida/ que La Que Fue Concebida/ Sin Mancha es del Arenal".

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