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ABEL INFANZÓN | LA
ESE 30
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MES DE
JUNIO DEL 2004 El Mundo de Andalucía |
Miércoles 30:
Un terno blanco y oro
Se anuncian las novilladas nocturnas en la plaza de los toros.
Más que novilladas sin caballos son las estampas antiguas del calor, las mangas
de camisa, los abanicos, los paquetes de pipas, los niños chicos que se aburren
y lloriquean, el guiri del tendido 12 que no aguanta más la calor, se quita la
camiseta y se queda con el torso descubierto en plan Piscinas Sevilla. Son como
noches de parto, en las que Sevilla alumbra toreros. Una noche así le nació a
Sevilla un torerito de San Bernardo que se llamaba Pepe Luis Vázquez. De estos
toreritos salen luego los torerazos. Como salió el año pasado Curro Sierra. Nos
alegra comprobar que el Conde de Luna es ya más que nunca vecino de la calle
Vida. ¡El buen aspecto que tenía presentando las nocturnas sin picadores! Y nos
conmueve un dato que ofreció al presentar esos carteles que coinciden con la
Velá de Santa Ana. El año pasado Curro Sierra fue el triunfador de esta como
liguilla de ascenso de novilleros sin caballos. La Real Maestranza le regaló el
premio anual que concede y que su afición había ganado: un vestido de torear. Un
terno blanco y oro. El mismo terno blanco y oro que Curro Sierra vistió la otra
tarde para matar ya con caballos dos novillos de Gabriel Rojas. El mismo terno
blanco que la verdad de la fiesta tiñó de rojo en un instante. Rojo del caño de
sangre joven y torera por la taleguilla abajo, en los mismos bordes de la
muerte, en la frontera de Montoliú y de Soto Vargas, en otra estampa antigua,
como estas noches de pipas y abanicos: la estampa del dolor y del pundonor
torero.
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Martes 29: San
Pedrp y San Sung
Anoche y esta mañana, en las cuatro caras de la
Giralda, las lágrimas de San Pedro. ¡Cómo llora Sevilla con las lágrimas de San
Pedro!, que diría el Padre Cué. El caso es que Sevilla no puede decir lo del
musical de "Evita": "No llores por mí, San Pedro". San
Pedro, si viniera y sin necesidad de gallo, se iba a pegar una pechada de llorar
bastante importante, al ver ciertas cosas. Sin ir más lejos de la plaza de su
nombre, por los Chipi Plancha que van a colocarle en la Encarnación mismo. Con
la ola de calor en todo lo alto y con los termómetros haciendo la ola, un
sevillano guasón nos dice que hoy, más que el día de San Pedro, es la fiesta de
otro santo al que Sevilla en estas horas está venerando en función principal de
consumo de kilowatios: San Sung, patrón del aire acondicionado. Ya que le
levantamos un monumento a todo el que pasaba por allí del toreo o del cante,
¿por qué no le hacemos una estatua al inventor del aire acondicionado, de
Sevilla agradecida? O como se ponen por los bares imágenes de San Pancracio,
poner estatuitas de San Sung y de toda la corte celestial de los que obran el
milagro de la casa fresquita: San Francisco Carrier, San Daikin o San Hitachi.
Santos a los que echan de menos en los hospitales de Valme y de la Macarena,
donde el aire acondicionado está chungaleta total, no hay el menor culto a San
Sung y los enfermos, viva la gracia, tienen que llevarse los ventiladores de su
casa. Total, Paipay suena a marca de aire acondicionado japonés o coreano: como
Hitachi, pero a base de muñeca y dale que te pego.
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Lunes 28:
Nobleza en la amistad
Hay valores en baja, devaluados,
como la amistad. En la sociedad que todo lo mide por el dinero, es más cómodo
andar entre conocidos de ocasión que entre amigos de verdad. Y más útil servirse
de los conocidos que servir a los amigos, porque la amistad es un cultivo de
primor que hay que cuidar. Por eso nos quitamos el sombrero ante el profesor
Miguel Sánchez Montes de Oca, el creador con Lojendio del IUCE que dio origen a
la Facultad de Económicas, el impulsor de las Asambleas de Comercio
Hispanoamericano, el que fue subsecretario con Clavero en el Ministerio de las
Regiones y tuvo un importante papel en la preautonomía andaluza. A Miguel
Sánchez lo han entrevistado a fondo y le ha salido el fondo del alma. La
nobleza, que no sólo la tienen los que andan con la corona bordada en la camisa.
Aunque sea políticamente incorrecto y socialmente nada rentable, ha hablado
Miguel Sánchez de sus amigos y ha tenido la valentía de decir: "Mi gran
patrimonio lo constituyen los amigos. Amigos para compartir vida, sueños,
experiencias, deseos y fracasos. Para vivir la vida más a fondo, para escuchar
con el corazón y comprender los sufrimientos y gozos. Aquí y ahora quiero tener
un emocionado recuerdo para un amigo que sufre,
Manuel de Prado y Colón de Carvajal, con el que quiero ser el amigo cierto
en estos momentos inciertos, el amigo leal y solidario que permanece a su lado y
le desea todo lo mejor pronto y para siempre." Cuando tantos y tantos hacen
ahora como si no hubieran conocido nunca al embajador Prado, lo de Miguel
Sánchez es todo un retrato en la noble lealtad de la amistad.
Sobre Manuel Prado, en El Recuadro, "Un hombre solo"
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Domingo 27:
Fiebre de hoteles
¿Cuántos hoteles hay en Sevilla? Al paso que vamos, más que
turistas. Cuando se abren tantos hoteles nuevos, es que son negocio. Veintitrés
hoteles nuevos están en lista de espera para abrir de aquí a dos años, algunos
con nombres bastante cultos, como La Casa del Poeta o Las Casas de la Catedral.
Ya sólo nos falta un hotel que se llame Las Casas de Fray Bartolomé de las
Casas, que podría estar por la Magdalena, donde el Defensor del Pueblo Indio,
como un Cura Chamizo de la Nueva España, fue consagrado obispo de Chiapas. Las
cadenas de las gradas de la Catedral son nada al lado de las grandes cadenas de
hoteles que llegan todas a Sevilla, como la exclusiva Kempinski. ¿Y pensiones?
¿Y fondas? Con tanto hablar de hoteles, nadie le hace un elogio literario o
sociológico a las antiguas pensiones, a las fondas de toda la vida, que han
desaparecido. Aquellas pensiones de estudiantes, de viajantes de comercio, de
gente de los pueblos que venía al médico, de huéspedes estables. Las fondas
donde se vestían los novilleros que debutaban en Sevilla, como aquellos altos de
Los Gabrieles, que se pronuncia Grabieles. Fondas y pensiones de los alrededores
de la estaciones, del barrio del Museo, de la avenida de Cádiz, que han pasado a
la historia. Ya la que menos se ha puesto el mote de hostal, ninguna es pensión
o fonda de toda la vida. Esta carencia de clásicas denominaciones de origen la
compensará en parte esa Posada del Lucero que volverá a abrirse frente a los
antiguos Juzgados, aunque ya sin arrieros, sin cosarios de los pueblos y sin
tratantes de ganado que vienen a la Feria.
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Sábado 26:
Antenas y cubas
Hay pueblos monumentales con alcaldes de tanta sensibilidad que
han dispuesto una señal gratuita de televisión por cable para evitar que los
tejados y las torres se lleven de antenas o de paelleras de señal digital.
¿Podría hacerse eso algún día en la Sevilla monumental, para evitar que subir a
ver Sevilla desde la Giralda sea la contemplación de un catálogo de antenas? Por
leyes no queda la cosa. Aplicando las que hay, multazo que te crió a las
compañías de teléfonos móviles que habían colocado sus antenas en el edificio de
la antigua Sevillana de Electricidad, actual Endesa, en La Borbolla, frente a la
trasera de la Plaza de España. Paja en ojo ajeno y viga en el propio de la
Administración, porque justamente frente al multado ligar de Endesa, con el
mismo nivel de protección por la Ley del Patrimonio Histórico. Hay que ver la
Plaza de España... Entre antenas militares de Capitanía y antenas civiles de la
Delegación del Gobierno y de Protección Cxivil, la Plaza de España es un inmenso
poste de antenas, y las dos torres son como dos monumentales y artísticos
soportes de antenas de todas clases. Y la Giralda misma, la Giralda de Ojaneta,
la Giralda de Plastilina colocada actualmente sobre la torre mayor, parece
también como una inmensa antena, con tanto anemómetro y tanto pararrayos de
bola, como el queso. Hay tantas antenas por los cielos como cubas de obras por
los suelos. Esto es Cuba, a efectos de antenas y a efectos de cubas. Alguna
televisión local debería hacer un concurso donde se preguntara: en su calle,
¿qué hay más, antenas de teléfonos y de televisión o cubas de obras?
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Viernes 25:
Englorietados
Por Chipiona se dice mucho una frase que repite Rocío Jurado:
"Estar engloriado". Estar engloriado es estar en la gloria. La famosa "gloria
bendita" que tanto se usa en términos castizos y flamencos como término de
ponderación, especialmente en materia gastronómica: "Vete allí, que dan de comer
gloria bendita". Ahora habría que inventar otra frase: "Estar englorietado", que
sería estar lleno de glorietas malditas, Glorietas que en tormentos de
circulación son justamente lo contrario que la antedicha gloria bendita;
infierno maldito. Sevilla y sus pueblos se nos están llenando de glorietas de
circulación. Antes le dedicaban a alguien una glorieta, a Julián Besteiro mismo,
al lado de la estación de Santa Justa, o la Condesa de Barcelona, en la
Enramadilla, y era un lugar paradisiaco, en un parque con rosas y ruiseñores o
un jardín con una tranquila fuente de cristal y de Pepe Marchena. Ahora una
glorieta es un lugar espantoso, ruidoso, embotellado de coches que quieren todos
pasar al mismo tiempo y que no respetan nada, hala, a la ley del más fuerte o el
más ocaso. En los pueblos sobre todo encantan las glorietas. Hay alcalde que
sale a tres o cuatro glorietas nuevas por mes. Hay pueblos que presiden de tener
más glorietas que Sevilla. Como Dos Hermanas. Según la estadística de las
glorietas, que las hay, Dos Hermanas es el pueblo que más tiene: cincuenta. Así
que cada una de las dos Hermanas Nazareno del escudo municipal sale a
veinticinco glorietas cada una.
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Jueves 24:
Robles, Makukula, Chaka Juka
Esta noche es la noche de San Juan. Un Juan (Robles) nos invita
en lo suyo del Aljarafe a quemar los malos espíritus en la hoguera conmemorativa
de los cincuenta años del comienzo de este emporio villalbero de la hostelería
en Sevilla, aquello que comenzó con una tabernita de mosto junto a Las Escobas.
Enhorabuena, don Juan Robles: ha montado usted la mejor industria subsidiaria
del Ave; la gente viene desde Madrid sólo para tomar tapas en Robles; usted es
la imagen de Sevilla para muchos viajeros; a ver si la ciudad tiene un detalle
con usted, que se lo merece. Y junto a la hoguera sanjuanera de Robles del
Aljarafe, quizá suene la canción del verano, que es también de aquí, hecha en
Sevilla, jornal para los nuestros. Es el Juka Chaka Juka de Los del Río, canción
con la que ya hicieron el indio en el Rocío un chaparrón de famosos, y con la
que Antonio y Rafael no hacen el indio, sino que van a seguir arrimando un
dinero muy curioso a casa de Isabel y Remedios. Allí frente por frente al
Territorio Sioux de Ikea, una hoguera y gente cantando en corro alrededor del
fuego el Chaka Juka de Los del Río, la nueva Macarena, el Aserejé de este
verano, será quizá la mejor forma de sevillanizar las candelás levantinas y
catalanas de San Juan. Aquí hemos pasado de la Candelaria a las candelás de San
Juan, para que luego digan que estamos cerrados a todo lo de fuera. Y a
propósito del Juka Chaka Juka: parece el himno que Los del Río hayan compuesto
para dar la bienvenida palangana a Makukula. Cuadra perfectamente en la letra; "Makukula,
Juka Chaka Juka". Es como para hacerle la ola a Makukula, Juka Chaka Juka, Juka,
Juka.
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Miércoles 23:
Territorio Ikea
La bandera de Suecia ondea al aire del Aljarafe, en el borde de
su cornisa, junto a Colina Blanca, camino de Castilleja. ¿Está allí la embajada
de Suecia? Como si lo estuviera. Está el Territorio Ikea. Los sevillanos no se
hacen el sueco, y van a novelerear de lo lindo. Las colas para entrar llegan
hasta Tomares, y eso que dicen que los suecos, de su bolsillo, han pagado el
segundo puente sobre la A-49. A ver si ponen otro Ikea en Coria, y otro en La
Puebla, y nos solucionan así los suecos el problema de los segundos y terceros
puentes sobre el Guadalquivir, para que no haya embotellamientos a la hora de
venir al currelo o de volver a la adosada. Y junto a Ikea, otro centro
comercial, ¿será por centros comerciales? ¿Cuántos centros comerciales hay ya en
Sevilla, cuántas grandes superficies en la Sevilla de las mínimas superficies de
las tiendecitas de la plaza del Pan? Este centro comercial nuevo tiene toda la
gracia. Le han puesto nombre de conjunto de sevillanas o de casa de aire
acondicionado: "Aire Sur". Van las marías hacia Ikea y tiendas adyacentes y
cuando ven los letreros, le dicen al marido: "¡Mira, Pepe, Aire Sur, eso es lo
que nos hace falta, a ver si ahí encontramos por fin a un tío que quiera venir a
arreglarnos el aire acondicionado!" Y en Aire Sur, aire al comercio tradicional
sevillano. Allí, con todos los honores, está Galán. Sí, Galán el sastre, el de
la moda clásica, el de los escaparates como londinenses de la calle Sagasta.
Renovación se llama la figura. A este paso, va a tener que terminar en una gran
superficie hasta don Enrique Sanchís con sus relojes de la calle Sierpes y
Maquedano con sus jipijapas y sus sombreros de ala ancha.
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Martes 22: Los
libros vuelven a Sierpes
La lista de librerías cerradas en Sevilla cogería, si no un
volumen encuadernado, al menos un cuadernillo en rústica. Y un folleto en octavo
menor sólo las cerradas en la calle Sierpes: Tomás Sanz, Pascual Lázaro,
Atlántida, Eulogio de las Heras, Ramón Soto, Peralto y recientemente Virgin. Los
libros vuelven a Sierpes, donde sólo quedaban los religiosos y devotos de
Librería San Pablo, versión actualizada de El Rosario de Oro en la calle Sagasta.
Tiremos cohetes y soltemos palomas por esta vuelta serpentina de los libros,
gracias a Beta. En la Sevilla semianalfabeta, Beta sigue luchando y batallando
por el libro. Es muy venturoso y saludable que una cadena de librerías tenga ya
tantas sucursales como una tienda de electrodomésticos o una franquicia de
dermoestética e implantes dentales. Beta mata dos pájaros de un tiro: abre una
librería en Sierpes, la antigua "calle sin noche" que era ya la calle sin
libros; y rescata para usos culturales el cerrado Cine Imperial, con todos sus
avíos como salón de actos. El alcalde presidió anoche la apertura de la
librería, pero nosotros creemos que Beta merece más respaldo aún: ¿no se puede
pedir la medalla de la ciudad para una librería que se la está ganando a pulso,
haciéndonos leer a los iletrados sevillanos, que aquí mucha fiesta, pero muy
poca letra impresa? Lo de Beta es el Alfa venturoso y cotidiano de esta ciudad
que ha visto o va a ver el Omega final de librerías con tanta verdadera historia
de la lucha por las libertades como Lorenzo Blanco o tanta falsa leyenda de la
oposición a la dictadura como Antonio Machado.
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Lunes 21:
Pechojierro, Talaverón, Mármol
El otro día se murió Pechojierro, un personaje que lo coge
Arturo Pérez Reverte y le hace tres novelas, y en los periódicos sevillanos no
vino una sola línea, hasta que Nicolás Salas, que sí sabe quién era Pechojierro,
le hizo una hermosa necrológica ilustrada en su tienda de antigüedades
periodísticas. Pechojierro era un señorito de Sevilla, famosísimo en la calle
Tetuán de los años 50, en el mundo del campo y del toreo, cuñado de Carlos
Arruza y un pedazo de tío, en todos los sentidos de la palabra. Se está
incumpliendo la ley de que "en Sevilla, hasta que no te mueres, no eres nadie" y
aquella otra de "todo muerto pasa a ser automáticamente el mejor de los
nacidos". Ya ni de los muertos hablamos bien. Ni los propios periódicos que
cobran la publicación de sus esquelas se enteran de los muertos que llevan. Se
ha muerto también Eduardo Talaverón y no hemos visto más que su esquela. Ni un
elogio de su labor por el turismo en Sevilla, cuando el turismo no era la
primera industria ni estaba tan de moda. Eduardo Talaverón fue, entre otras
actividades profesionales, delegado de Mundicolor de Iberia y trajo miles y
miles de turistas. Fue presidente del Skal Club, y animó cuantas iniciativas por
el desarrollo turístico de Sevilla se presentaban. Era uno de esos ciudadanos
inquietos, con vocación de servicio público, que solemos echar de menos en
nuestra sociedad civil. Como otro sevillano cuya esquela hemos visto y tampoco
hemos leído ni dos líneas de adiós: el doctor Demetrio Mármol Plaza, amantísimo
defensor de su ciudad y del patrimonio artístico, que en la sección "Casco
Antiguo" retrató por su cuenta media Sevilla de espadañas y veletas para llamar
la atención sobre su abandono.
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Domingo 20: Me
hago castrista
El llamado fuego amigo que desde el Gobierno de Madrid está
llegando a Sevilla no se queda sólo en la aceptación como milagro de la migaja
por la deuda pública que antes la Junta rechazaba al PP y ahora no tienen más
remedio que tragar con el PSOE. El fuego amigo llega a la Cultura. En la
política cultural sevillana no se explica que haya cambios importantes. Aquí
siguen mandando los mismos y, además, en Madrid, han hecho ministra de Cultura a
la que Chaves mandó como diputada al Congreso para quitársela de enmedio. A
pesar de que nada ha cambiado para que todo siga igual, el fuego amigo ha
llegado al Teatro de la Maestranza. De nada ha servido el telón cortafuegos en
este caso. Va a consumir a su director, un señor que lo estaba haciendo de cine
en la música y en la ópera, que se llama José Luis Castro. Tras hacerlo de libro
en el Teatro Lope de Vega fue propuesto para dirigir el Maestranza precisamente
por el partido que rige la Cultura en el Ayuntamiento, en la Diputación, en la
Junta y en el Gobierno nacional, las cuatro instituciones que pagan el teatro.
¿Usted lo entiende? Nosotros menos todavía. Como no lo entienden los críticos
musicales que en esta ciudad de los silencios cobardes han dado la cara por José
Luis Castro, con dos bemoles. (Ay, si escribieran para que no lo quiten todos
aquellos a los que Castro ha convidado a ópera en los últimos años, se hacía un
libro de firmas así de gordo.) Nosotros unimos nuestra modesta firma al apoyo
que dan a Castro los críticos musicales. Frente a tanto Fidel dictatorial de la
Cultura, no hay más remedio que hacerse castrista. Pero castrista de José Luis
Castro, claro.
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Sábado 19:
Velázquez a la milanesa
La calle de moda es la calle donde hay más moda:
Velázquez. Vayan a un agente de la propiedad inmobiliaria, pregunten a cuánto
está el alquiler mensual de metro cuadrado de local comercial en la calle
Velázquez, y ya verán si está de moda o no está de moda. (Por cierto que a la
calle Velázquez los sevillanos no le llamamos así: es Tetuán. Velázquez es
oficialmente desde Rioja a O´Donnell, pero, de hecho, desde la Plaza Nueva a la
Campana todo es Tetuán, nada Velázquez.) Y en esa calle de moda y de la moda,
han puesto lo que faltaba: una pasarela. Una pasarela en medio de la misma
calle, con su golpe de sillas para que se sienten las señoras y una alfombra
roja con las niñas pasando los modelos. A la calle Velázquez, vamos, a Tetuán,
le sientan divinamente las pasarelas. Como si toda la vida aquello no hubiera
sido otra cosa que pasarela. Entre un desfile de modelos en Los Arcos y una
alfombra roja en la Pasarela Velázquez, es que no hay color. Y como Velázquez-Tetuán
es lo más italianizante, lo más Milán que se despacha en Sevilla, pues Italia
tuvo que ser la que se le ocurriera: a la consulesa de Italia, a la señora de
Ruiz Berdejo, a Cleia, ¿se escribe así o nos hemos equivocado? En lo que no nos
habremos equivocado es si del Consulado de Italia parte la iniciativa de un
hermanamiento callejero entre Sevilla y la Lombardía. Igual que la calle Sierpes
está hermanada con no sé qué calle europea, Tetuán-Velázquez tenía que
hermanarse con Vía Montenapoleone de Milán. Velázquez ya está a la milanesa,
como los bistés empanados.
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Viernes 18:
Sevillaneros
La palabra se la leemos a José Luis Montoya en su sección de las
tres letras. Estas secciones sobre las pequeñas grandes cosas de Sevilla dan a
veces mucha más información de la verdadera ciudad que las rimbombantes
informaciones locales sobre política municipal, qué aburrimiento. Por eso nos
encanta leer cada día a Juan Miguel Vega, a Belmonte, a Luis Carlos Peris, a
Adriano, a Salomón Hachuel, a Montoya, a los verdaderos cronistas de lo que se
habla en la barra del bar. Montoya ha inventado la palabra que va en el título:
"Sevillaneros". Quédele, pues, reconocido el derecho de autor. Sevillaneros son
los que se preocupan y ocupan del cante, la música, las letras y el baile de las
sevillanas, como esa Asociación de Amigos de las Sevillanas que le da pie al
hallazgo de la voz. Hay que prodigar el uso de estos derivados de la palabra
"Sevilla", antes que venga un tío malage de Madrid con lo de "sevillí", cuando a
él nadie le dice que es un "valladolí", por mucho que presuma de "madrileñí".
Hay que reivindicar la sevillanidad, la sevillanía, el sevillanismo. Hay que
hablar de los sevillitas. Sí, ojo, sevillitas, sin ese enmedio, no "sevillistas",
que son otra cosa: ésos son los de la pelota, los sevillones, que dicen los
béticos. Los sevillitas son a Sevilla como los gaditas a Cádiz. Los que se
sienten depositarios de las esencias del sevillaneo. Muy distintos de los
sevillaneros, profesionales del riá, pitá, un poquito jartibles, ¿qué quieres
que te diga, Monti? Tú que has inventado la palabra, ¿no crees que los
sevillaneros son demasiado jartibles?
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Jueves 17:
Vigil y Cariñanos
En esta España donde cada autonomía pide más competencias y se
la dan, Federico Trillo, el ministro de Defensa del PP, dejó a Sevilla sin Mando
Aéreo del Estrecho y acaban de "desactivar" Tablada. Los aviones de Tablada
dependen ahora de Madrid, ¡viva la autonomía! Bueno, como en Tablada ya no hay
aviones, sino sólo el vuelo de la especulación y el zumbido de los motores de
los promotores, total ¿qué más da? Y el Hospital Militar también se lo cerró
Trillo a Sevilla. Hospital Militar que antes de que el PP perdiera las
elecciones, anunció Javier Arenas que el Gobierno había decidido rotularlo con
el nombre y el recuerdo de Antonio Muñoz Cariñanos, el coronel médico de
Aviación asesinado por la ETA en el año 2000, para que fuese recordado en el
nuevo uso del centro por el SAS. Como tantas cosas del anterior Gobierno, ese
acuerdo del Consejo de Ministros parece papel mojado. Civilizan el Hospital
Militar y pasa ya a manos del Servicio Andaluz de Salud, y en todas partes
siguen llamándolo "Vigil de Quiñones" para arriba y "Vigil de Quiñones" para
abajo. En ningún sitio lo prometido y anunciado de "Hospital Muñoz Cariñanos".
Vigil de Quiñones era su nombre castrense, en memoria del heroico médico militar
de los últimos de Filipinas en el fuerte de Baler. Si ese Hospital ya no es
militar y si toda la sociedad civil coincide en la necesidad de no olvidar nunca
a las víctimas del terrorismo, no hay razón para que ahora se le dé esta segunda
muerte, muerte burocrática, a aquel gran médico y gran militar que asesinó el
Comando Andalucía una triste noche, en aquella consulta de la calle Jesús del
Gran Poder donde curaba la garganta de balde a tantos gitanitos.
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Miércoles 16:
Los Hongos
La de la guasa y el ingenio, la de dar en la
diana con una sola palabra de humor, también es una Sevilla eterna. Esa sí que
no es efímera como portada de Corpus en la exposición de las Atarazanas, esa sí
que no pasa: "permanece y dura" (Quevedo). A la inmensa capacidad popular de
metáfora no le afecta la modificación del PGOU. Han dado a conocer el proyecto
de los parasoles para el sol de la Encarnación, el que le da en la cara a la
Madre de Dios en el amanecer del Viernes Santo, y esa Sevilla eterna, ¡pum!, ha
vuelto a dar en la diana. En todo el bebe. Si aplicáramos a la Física Cuántica
el mismo ingenio que a la guasa, aquí había dos premios Nobel por metro
cuadrado. Sevilla ya ha sacado de pila al proyecto de los arquitectos alemanes,
que ésa es otra, como si aquí no hubiera arquitectos y no hubiese tanto paro
entre los arquitectos. Los de la Encarnación son ya Los Hongos. Y algunos añaden
que David el Gnomo va a poner un puesto de verdura en la futura plaza para
vender lechugas a las marías de los Pitufos. Otros se llevan los hongos a la
lista de tapas de La Alicantina y llama Los Champiñones a aquellos "¿pero qué es
esto, Dios mío de mi alma?". Champiñones a la plancha, naturalmente, cuando sea
agosto, haga 42 grados a la sombra, sean las cuatro de la tarde y ese sol padre
y tirano esté recalentando la chapa. Está bien puesto el nombre de Los Hongos.
En Sevilla las tonterías crecen como hongos. A la vista está. Lo malo es que
para estos hongos no hay fungicida, aunque vayamos a comprarlo a la botica de La
Venera, que está allí al lado.
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Martes 15:
Puentes, más puentes
Las elecciones del domingo confirman la teoría de las cuatro
administraciones del mismo signo, ahora elevadas hasta la instancia
parlamentaria europea. El mismo partido que ganó las elecciones para gobernar la
nación española, la autonomía andaluza, la diputación sevillana y la ciudad
hispalense, bastante hispalense, triunfa en el número de eurodiputados. El PSOE,
una vez más, gana en España gracias a Andalucía y a Sevilla, por lo que
felicitamos sin rodeos al señor Chaves y al alcalde de esa Sevilla Este donde
las urnas mantienen la fidelidad del voto socialista con la efectividad popular
de un tanque de salmuera. Pero Sevilla debe pasar factura de todo esto. Como
pasaron la factura de la deuda autonómica, presentar al cobro las cuentas
pendientes de la ciudad. Que no son sólo el Metro o Melonares. Hay que aspirar a
más. Por ejemplo, a esos puentes sobre el Guadalquivir que está pidiendo como el
comer la Sevilla que se tuvo que ir a vivir al Aljarafe. Las dos orillas no son
ya Sevilla y Triana; en la urbe metropolitana, las dos orillas son la ciudad y
el Aljarafe. Cuyas comunicaciones, cada mediodía, cada tarde a la vuelta del
trabajo, quedan estranguladas en el puente de San Juan y en el puente del
Patrocinio. Sevilla necesita más puentes, aguas arriba y aguas abajo de la
ciudad, pasillos de circulación rápida hacia el Aljarafe. Por falta del mismo
signo político en las distintas administraciones no será ahora. Chaves en la
Junta, Magdalena Alvarez en Fomento, Sánchez Monteseirín en la alcaldía tienen
el mismo carné. Ojalá esta persistente marea de votos sirva para que a la fiel
Sevilla, que nunca los ha dejado, le paguen con esos puentes que necesita como
el comer.
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Lunes 14: ¡Viva
el icono, cono!
Llegados del Corpus de la Magdalena, que no tiene madrugada de
escaparates ni falta que le hace, nos sentamos a la sombrita de uno de los
cuatro ficus de la plaza de San Pedro, y nos ponemos a considerar. Es lógico que
llegaran unos arquitectos alemanes y tomaran este árbol como símbolo de Sevilla.
Anda que si llegan a ver el magnolio florecido de la esquina de la Catedral,
frente a Correos... Y es lógico que, inspirados en los ficus, los hombres
quieran dejar su hito en las sombrillas de alambre que van a poner en la
Encarnación. Está muy bien que se le dé este homenaje a los paraguas de Casa
Rubio y que quede para la posteridad ese icono de Sevilla. Sevilla, como saben,
no tiene icono alguno, y hay que buscárselo urgentemente. La Giralda no
representa a la Sevilla tradicional, ni el puente del Alamillo representa a la
moderna. Nada, nada, hay que levantar más iconos. Y que se note que es lo
público, no lo privado, quien levanta las sombrillas. Si usted es un promotor
particular y quiere hacer una obra allí al lado, en la calle Regina, en lo que
edifique tiene usted que respetar hasta las alcayatas que haya en la azotea para
los tendederos de la ropa. Ni se le ocurra poner un icono, que no está la cosa
para iconos. Pero si usted no es un particular, sino el Ayuntamiento que tan
celosamente cuida del patrimonio histórico-artístico, usted puede hacer lo que
le venga en gana. O lo que le venga en ganas a dos arquitectos alemanes
conocidísimos en su casa a la hora de comer, que de momento han confundido la
Sevilla del naranjo y el jazmín, de la dama de noche y de la jacaranda con los
ficus de la botellona. ¡Viva el icono, cono!
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Domingo 13:
Todo a cien
Así se las ponían a Fernando
Séptimo, porque Fernando Séptimo, por aquello de Real Betis, era verderón. Nos
referimos al centenario del Sevilla F.C. A los béticos se lo están poniendo todo
a gol cantado, con lo que gusta a la afición verde una guasa a costa de los
palanganas. El cabreo sordo que los béticos han cogido con el anuncio de la
dedicación de la portada de la Feria del centenario 2005 puede tener su
compensación con los cachondeítos finos a los que da pie el logotipo oficial de
la celebración, recién presentado. Logotipo diseñado por los arquitectos Manuel
F. Somalo y Rafael González Millán, que simula una firma como de contrato con
estrella mundial y que recuerda la crestería del escudo que Santiago del Campo
hizo mural de mosaicos en el campo d Nervión. Si, hemos dicho crestería del
escudo. El escudo del Sevilla, como muchos palios clásicos de la Semana Santa,
tiene crestería. En el escudo sevillista, San Fernando y sus compadres San
Isidoro y San Leandro van bajo palio, bajo palio de crestería. Y en el recuerdo
de esa crestería, el logotipo escribe una palabra que será la de la guasa
bética: "Cien". Como las tiendas de los veinte duros, sí, señor, lo mismo: cien.
Todo a cien, la portada de la Feria, el comisario de la celebración, el disloque
y despiporre municipales, el logotipo. Todo a cien. Ya decimos que así se las
ponían a Fernando Séptimo, que era pepino total. Con lo que le gusta a un bético
una guasa a costa de los adversarios, lo único que faltaba era que ellos mismos
se pusieran a pique de un repique, con el "cien" de todo a cien.
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Sábado 12:
El escaparate de los seises
Pues como este escaparate no está en Sierpes, ni en Cerrajería
ni en Cuna, ni hay cerca bares con tapitas y veladores, y la orquesta que toca
no empieza a hacerlo a la una de la madrugada, y no se puede saludar a casi
nadie conocido, y no se dan premios ni galardones, pues a este escaparate de
Corpus no viene casi nadie. Es un escaparate que se abre cada tarde, en la
Sevilla inmaterial del patrimonio de sus ritos, prodigiosa y quizá
milagrosamente conservador. Ni el cardenal Segura, y mira que lo intentó, pudo
con este escaparate del Corpus, que es el mejor escaparate del Corpus. Este
escaparate del Corpus son los seises bailando ante Su Divina Majestad en las
tardes de la infraoctava, entre sonidos de vencejos y entre las magnolias y las
jacarandas florecidas. Si la mañana de Corpus es de juncia y romero, estas
tardes de Corpus en la Catedral son de magnolio y jacaranda, Flores íntimas de
Sevilla, sin la publicidad fácilmente rimada y tópicamente cantada del azahar,
sin el populismo de las gitanillas de los balcones. Una Sevilla honda, dormida
en el tiempo, refinada, culta. Un escaparate que bien está donde está, en el
arca oculta donde se venden los buenos paños de las verdades de la ciudad.
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Viernes 11: San
Fernando y la mezquita
Era la perpetuación anual del verso del olvidado Rafael Laffón.
Como ya está aquí el verano, en vez de coger el coche e irse a la playa, Dios
cogió la custodia y se echó a Cuerpo a la calle. Por delante, al final de las
insoportables filas de cogecosas y chiquilicuatres de azulito que Luis Carlos
Peris encontró junto a los pintamonas, iba San Fernando. En una mano la espada,
en la otra la bola del mundo, y en la que le queda libre, nadie sabe lo que
lleva. Lleva quizá el tópico de la tolerancia en la ciudad talibánica. Sevilla
presume de tolerancia. Presume de que San Fernando fue el primer tolerante, que
hizo convivir a las tres culturas: cristiana, judía y mora. Ahí te quiero ver,
San Fernando. Pasa San Fernando y los sevillanos de las sillas que están viendo
el Corpus se tapan del sol con el periódico del día. Allí pone que los moros
quieren hacer una mezquita en Sevilla. Como la que está debajo del Salvador y
excavan los arqueólogos, pero en Los Bermejales, vivita y coleando. A Sevilla no
le va a costar un duro. Convida a mezquita un sultán la mar de raro, la vez
primera que lo oímos: el del emirato de Sharjag, otro emirato que no nos suena
de nada, no es Omar, ni Bahrein, ni Qatar, ni los emiratos que juegan la
Championlí del golfo. Y como somos tan tolerantes (por aquí), los vecinos de Los
Bermejales ya han puesto el grito en el cielo, que esto se nos va a llenar de
fundamentalistas y de moros zarrapastrosos, María. ¿Pero no éramos una ciudad
tolerante? Hasta que vinieron los moros con la mezquita. Sin moros y sin
mezquita, cualquiera es tolerante. ¿A que sí, San Fernando?
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Jueves 10: Del
madrugón a la madrugada
También en la Noche del Alumbrado hay más gente en la Feria que
en el primer día. Lo que pasa es que el Corpus tiene un solo día de procesión.
Si el Corpus saliera por fascículos (todo se andará, tranquilos), seguro que en
el segundo día ya había más gente al paso de la Custodia. Custodia: tuétano y
meollo de la cuestión. ¡Como custodia Sevilla sus tradiciones, incluida la
Custodia! Y custodiándolas, las renueva. O las hinca en las raíces antiguas.
Leemos la fina observación de Juan Miguel Vega, apúntese usted un 10: en la
noche de escaparates (ya madrugada) hay más gente por la calle que viendo el
Corpus. Esto es la vuelta a las raíces. Hasta bien entrado el siglo XIX, antes
que Ybarra y Bonaplata inventaran la Feria, la gran fiesta de la primavera
sevillana era el Corpus. Por Vicente Lleló sabemos que la noche anterior, como
en la víspera de la Virgen de los Reyes, había por la ciudad una especie de
velada callejera, con puestos de calentitos y aguaduchos, veladores y
ministriles. Así que lo de ahora, esta especie de Madrugada de Corpus que ha
surgido de unos años a esta parte y que Crespo & Silva Asociados fomentan
(¡bien!), es sencillamente que Sevilla se acuerda de su pasado y, sin saberlo,
lo rescata. Hablando de Madrugada: hemos pasado del madrugón del Corpus a la
Madrugada del Corpus. Como tantos están hasta las tantas en la Madrugada de
escaparates y mariconadas varias, muy pocos se pegan el madrugón para ver pasar
capillitas, los jartibles de Corpus con chaquetita azul. El madrugón de Corpus
se está perdiendo, pero hemos ganado una Madrugada más. Ya van dos. Nos queda,
impoluto, el madrugón agosteño de la Virgen de los Reyes.
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Miércoles 9: "Clausus"
de pintamonas
Si los que salen de nazarenos con canastilla o palermo de fiscal
de palio se desean entre ellos "buena estación", y al que va dando los honores
del estribo de su caballo al Simpecado como alcalde de carretas le desean "buen
camino", a los que ahora están cepillando el traje oscuro para mañana salir de
representación de su hermandad en el Corpus, ¿qué hay que desearles? No sé si
hay que desearles "buena procesión" a los que salen en el Corpus, más que a
representar a su hermandad, a representarse ellos mismos, para que toda Sevilla
vea lo importantes que son, saludando a diestro y siniestro, a babor en el Bar
Laredo y a estribor en la Punta del Diamante. Yo más bien les desearía otra
cosa: que se quedaran en su casa. Que con el bacalao y dos varas que vayan, la
hermandad está perfectamente representada. Y no esto de ahora, del tintinábulo y
la repera cincelada por Seco, cuatro dalmáticas, dos ciriales, dos tramos de
cirios y hasta un celador entre las chaquetitas azules. Mañana a la 1 de la
tarde, cuando haya entrado la Custodia, los mismos que hoy preparan el terno
largarán la fiesta de siempre, en la hipócrita ciudad. Dirán un año más que hora
y media viendo pasar capillitas es estrictamente insoportable. Yo propondría dos
fórmulas: o bien el "númerus clausus" del tirón, todo lo más cinco por
hermandad; o bien que las representaciones salieran a cara cubierta, con antifaz
sin macho, como los penitentes. Sin que los reconociera la gente y sin poder
saludar, vería usted qué pronto se les iba a pasar el fervor eucarístico a estos
setecientos mil que ahora salen en el Corpus únicamente para pintar la mona.
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Martes 8: PGOU
de altares de Corpus
Como la primavera, el Corpus ha venido y nadie sabe cómo ha
sido. De aquí a mañana por la noche, la breve Cuaresma de Corpus, que haberla,
hayla. Choca la Infraoctava con el ritual de los ritmos de la ciudad. Los seises
bailan a Corpus pasado, cuando aquí la suma delectación son las vísperas de las
fiestas, y nos remitimos como prueba a la gran fiesta vesperal de la Feria, la
Noche del Alumbrado. La víspera del Corpus tiene algo de Noche del Alumbrado a
lo divino, y hasta hay quien busca el pescado frito por los bares de las
cercanías de la carrera que se recorre hasta las tantas de la madrugada, viendo
altares, escaparates y fachadas. Carrera que este año tiene su PGOU particular:
el PGOAC, Plan General de Ordenación de Altares de Corpus. ¿Será por
reglamentar? Sevilla está perdiendo sus cánones, y se suple la pérdida de
papeles con el ordenancismo de otros papeles. Antes nadie tenía que decir cómo
eran los altares de Corpus. Ahora tiene que recordarlo el Ayuntamiento, ante la
metástasis de mariconadas (sí, hemos dicho mariconadas, porque lo son) que nos
esperan, donde todo horror está sobre unos encajitos monjiles y toda cursilería,
entre uvas y espigas. Los altares ocupan la vía pública y Fiestas Mayores exige
previamente el proyecto para visarlo. ¿Hay que pasarlo por el Colegio de
Arquitectos? Todo se andará. De momento, el Ayuntamiento incumple sus propias
normas: la imagen gótica de la Hiniesta que preside el altar de la Plaza, bajo
las velas (que no toldos, Leopoldos), no tiene nada que ver con el Corpus. Los
que sí tienen que ver son esos escaparates de sus tiendas, que mañana noche, ay,
estarán de luto por Juan Foronda.
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Lunes 7: La
bulla del tanatorio
Otra vez se cumple la cruel ley sevillana: "Todo muerto es el
mejor de los nacidos". Sevilla reescribe en esta ley el salmo del Oficio de
Difuntos: "Cuando ya no puedas hacer sombra a nadie, resplandecerá sobre ti la
luz. La luz eterna, claro. Lux perpetua luceat eis." Se ha visto una vez más con
el pobre de Agustín Hepburn, pobre en todos los sentidos de la palabra,
riquísimo ahora en amigos, panegíricos, elogios fúnebres y obituarios de tres
capas. Toda la barroca palabrería que Agustín dominaba, hijo de Manolo Bará,
nieto de Rodríguez Buzón, sobrino-nieto del Padre Cué, la vierten ahora sobre su
figura. Un sevillano perplejo contempla el espectáculo, esta sevillanísima bulla
del tanatorio, encabezada por autoridades y fuerzas vivas, y nos pregunta: "Si
verdaderamente el infortunado Agustín era tan singular, tan valioso, tan
personalísimo, tan popular, tan querido, tan apreciado y tan valorado como
parece que lo era, ¿por qué nadie le echó una mano en vida, por qué se le
cerraron todas las puertas a las que llamó?". Y le respondemos con una famosa
conjunción copulativa, que la ciudad debería convertir en interjección. La
conjunción copulativa es la que usó Manuel Machado para rematar con una media
verónica sus lances líricos al toro de Andalucía: "...y Sevilla". Muchas veces,
como la presente, a esa Sevilla del "y" le falta por delante una "a". La "a"
inicial de la interjección de la pena y del bochorno, al comprobar que somos
como somos y que esto es lo que hay. En el cumplimiento de esa cruel ley de la
bulla del tanatorio y la soledad de los abiertos balcones del alba, no ha sido:
"...y Sevilla". Ha sido: "Ay, Sevilla..."
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Domingo 6:
Megatablao en las Atarazanas
¿Saben qué es un tablao flamenco? Pues un sitio donde los
sevillanos nunca vamos, porque cuando vienen forasteros a los que tenemos que
atender y quieren ver algo de flamenco, los llevamos a casa de Anselma, que es
nuestro tablao de verdad. Un tablao es un sitio donde los japoneses y los
americanos, en manadas, conducidos por la mangá tras descender de los autobuses,
van a ver una cosa que no entienden, que se llama flamenco, y que les extraña,
porque los que bailan y cantan, qué raro, no salen vestidos de toreadores. La
categoría de los tablaos se mide por la cantidad de autobuses de japoneses que
hay en la puerta. Los hay de cinco autobuses, de diez autobuses y de veinte
autobuses. Y debe de ser un buen negocio, porque los tablaos que hay parece que
se han quedado pequeños y sus empresarios, entre el espectáculo y la hostelería,
entre la cultura y las bodas y bautizos, piden que Sevilla tenga un Megatablao.
¿Dónde? ¿Pues qué mejor sitio que las Atarazanas del Rey Sabio, junto a la
Caridad? Así cae plenamente dentro del circuito turístico y está al ladito mismo
de los otros exitosos. Habrá quien se escandalice por la petición. Nosotros no.
¿Será por pedir? ¿Y será por servir a la industria del turismo y de la
hostelería, que es la que más dinero está moviendo en Sevilla y más empleos
crea? A quienes se escandalizan porque los industriales del flamenco quieran
convertir las Atarazanas en tablao magno les recordamos que aquí el Amigo ha
convertido la Catedral en museo, en rentabilísimo museo vinculado a la industria
del turismo, y nadie ha dicho ni pío. Ni Pío Nono, ni Pío 12, ni Juan 23.
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Sábado 5: La
frontera del frío
Pocos premios tan oportunos como el de Divulgación Científica
que acaba de conceder la Universidad Hispalense al profesor Manuel Zamora,
catedrático del Departamento de Física de la Materia Concentrada, por su obra
"La frontera del frío", En ella estamos. En la frontera entre tener el aire
acondicionado que funciona que es una maravilla o comprobar, ay, al ponerlo en
marcha que está roto, o por lo menos que se le ha ido la carga de gas, y con
estas calores que se nos han venido encima de golpe. En "La frontera del frío"
que ha trazado el profesor Zamora en su divulgativa obra, los sevillanos nos
dividimos en dos grandes grupos: los que no han tenido que llamar al mecánico
del aire acondicionado y los que todavía están con el aire roto, porque sí, el
técnico les ha tomado nota del aviso, pero ésta es la hora en que por aquí no ha
aparecido nadie, y eso que nos dijeron el martes que iban a venir aquella misma
tarde. Toda Sevilla soba en estas horas de sudor las páginas amarillas, en busca
de los reparadores de aire acondicionado con servicio de 24 horas que hace por
lo menos 72 que están buscando inútilmente. En las oficinas, en las tiendas, en
los hospitales, en los centros educativos, en las dependencias oficiales, en
todas partes se ha roto el aire acondicionado. Se fueron al Rocío y creyeron que
donde más calor habían pasado había sido recorriendo la Raya Real. Pero
volvieron de la romería, pusieron el aire acondicionado y comprueban ahora que
en la salita, con el aparato roto, hace bastante más calor que en el Ajolí. Y el
técnico, avisado hace tres días y sin aparecer: "María, llama otra vez a este
hombre, a ver si viene de una vez..."
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Viernes 4: La
renta va por barrios
Había un viejo refrán sevillano, a ver si nos acordamos cómo
era, que decía chispa más o menos así: "De la Catedral a la Magdalena, se
almuerza, se come y se cena. De la Magdalena a San Vicente, se come solamente.
De San Vicente a la Macarena, ni se almuerza, ni se come ni se cena." Era lo que
hoy llamaríamos el reparto por distritos del PIB y de la renta familiar. Esa
conseja debe de ser del siglo XVIII por lo menos, como todas las viejas coplas,
y la realidad ha cambiado mucho en cuanto a escenario (qué de moda hablar del
escenario), que no en cuanto al concepto de que la renta va por barrios. Porque
ahora se hacen los refranes de la calidad de vida y del nivel de renta con
rigurosos estudios económicos, como el que acaba de presentar esa concejal que
tiene una delegación con nombre de antigua tienda de tejidos: La Innovación.
Según tal estudio, ahora los ricos están en El Prado y los más pobres en Los
Carteros y el Polígono. La Magdalena son ahora los pisos del Prado y de la
Huerta de la Salud. La Macarena es ahora el barrio A y el B del Polígono de San
Pablo y Los Carteros. El cómodo pasar del antiguo barrio de San Vicente está
ahora en Los Remedios o Reina Mercedes. Y como Aurora Atoche ha presentado su
estudio, nosotros ofrecemos el nuestro, como es norma de la casa, con la
reescritura del viejo refrán sevillano: "En los pisos del Prado está la gente,
importante, riquita y bien pudiente. En los pisos de Virgen de Luján, los que
tienen un cómodo pasar. Y allá por Kansas City y Los Carteros, los que viven
pendientes del ditero."
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Jueves 3: La
portada del coñac
La Feria del 2005 será la Semana Blanca. La portada, ojú,
reproducirá el campo del Sevilla. Esto de que la portada de la Feria sea en
homenaje a un club, por muy decano que sea y por mucho centenario que celebre,
es más bético que sevillista. O era. El canon, la norma, la medida, lo apolíneo,
era el Sevilla. Lo desmedido, lo desaforado, lo chocante, lo dionisíaco, el
Betis. Últimamente, tras las duquelas negras que pasó el Sevilla frente a un
Betis al que le chorreaban los millones, los papeles se cambiaron. El viejo y
humilde manquepierdismo pasó durante unos años al Sevilla. Algo le queda. Y la
antigua soberbia del "equipo de los señores" (de los señores nuevos ricos,
podridos de millones) se vio y se sigue viendo en el Betis. Al Sevilla, pues, le
dan un homenaje en claves de estética bética. Al deporte local de celebrar
centenarios de cofradías se añade el de celebrar centenarios de la pelota. El
alcalde socialista le hace la pelota a media Sevilla, paradójicamente la
derechosa y tirillita como es la palangana, y deja fuera a la presuntamente
izquierdosa y populachera, como es la verderona. Sabemos de béticos que han
jurado no pasar por esa portada. Entrarán por un lateral, Por la calle Curro
Romero mismo, que ése sí que es bético. Y como hay cosas que no cambian y como
el ingenio es aún patrimonio bético, ya hemos oído el chiste a un
correligionario verderón, a Gregorio Conejo: "Será La Portada del Coñac: el
Decano celebra el Centenario. Terry, claro." Yo que alcalde, y como se las
gastan aquí, ni ciego de Decano y de Centenario me ponía a media Sevilla en
contra, con la dichosa portada...
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Miércoles 2:
Deportes no olímpicos
Apúntense un 10, señores concejales de IU. Por las cuentas que
han echado ustedes sobre el llamado Estadio Olímpico. Puede que sea Estadio,
pero nunca Olímpico. El peor negocio que Sevilla pueda tener. Al que habría que
cortarle la cabeza cuanto antes, porque levantar su cierre nos cuesta todos los
días, según las cuentas de IU, 6.000 euros, esa cifra que sí nos sabemos todos
en pesetas: un millón. Un millón diario "para nada", dicen estos señores.
Choquen ustedes esos cinco. Y para que sirva para algo, quieren organizar el
Homenaje a la Nada: unos juegos de deportes no olímpicos en un estadio olímpico
que tampoco es olímpico. Deportes no van a faltar. Sólo con los tradiciones y
sevillanos deportes no olímpicos llenamos meses y meses de calendario, Apunten
cuáles son estos deportes tradicionales. A saber: el deporte de sacar pasos a la
calle en conmemoración de algo; el deporte de recalificar fábricas de toda la
vida para hacer pisos; el deporte de abrir cervecerías de salmuera por parte de
los despedidos al cerrar esas fábricas; el deporte de clausurar templos
históricos por ruina y tenerlos años y años cerrados; el deporte de pegar el
pelotazo; el deporte de cerrar el Metro y volverlo a abrir; el deporte de
convertir las haciendas de olivar en salones de bodas y bautizos, siete mil hay
ya; el deporte de abrir pequeños hoteles con encanto en el centro, otros siete
mil van ya; el deporte de dar pregones; el deporte de editar carteles; el
deporte de ronear; el deporte de celebrar el XVII Acto de Exaltación de Lo Que
Haga Falta. Y, sobre todo, el deporte más sevillano: el deporte de doblarla lo
menos posible.
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Martes 1:
Sesquicentanario en el Postigo
No tuvieron que cortar la circulación por el centro. No hubo
parada en el andén del Ayuntamiento para el ramo de flores del alcalde. Porque
aunque celebraron con más razón que nadie el Sesquicentenario del Dogma de la
Purísima, no sacaron un palio extemporáneamente a la calle. Fue un trozo de la
Sevilla desconocida, por auténtica y honda. Los hermanos de la Pura y Limpia del
Postigo llevaron a la verdadera Inmaculada de Sevilla ahí al lado, como a casa
de una vecina a pedirle un poquito de aceite del Arco: a la plaza del Cabildo.
Allí celebró la hermandad su anual acto de exaltación mariana, ramo literario
que cierra el mes en que Sevilla va con flores a María. Sonó "Caridad del
Guadalquivir" de Paco Lola, que es ya como la marcha "Amargura" del barrio del
Arenal. Y hablaron del Dogma de la Inmaculada y de su Sesquicentenario no dos
pelanas metidos a rapsodas, sino dos profesores universitarios: Miguel Cruz
Giráldez y Juan Antonio Martos. Terminado el acto, oída la Marcha Real, la
imagen de la Pura y Limpia fue de nuevo llevada a los más exquisitos y mejor
despachados cien gramos de Catedral, que son su capilla. San Fernando, con San
Leandro el de las yemas y San Isidoro el del horno, la vio llegar desde el
escudo de piedra que corona el Arco. Y sonaba junto al Postigo del Aceite, entre
recuerdos del Pali y de Juana la Calentera, la reescritura de las coplas de
Miguel del Cid: "Aunque no quiera Delgado/ ni el Ybarra que está al lado,/ni el
Palacio Arzobispal,/ el Postigo en general/ sabe de toda la vida/ que La Que Fue
Concebida/ Sin Mancha es del Arenal".
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