ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC,  9 de junio de 2014                 
                                
 
Los enteraos
 
Esto de Los Enteraos parece el nombre de una caseta montada por una peña de amigos por la parte de la calle Pascual Márquez. Pero no lo es. Es un club. Un nutridísimo club. No de fútbol ni de golf ni de tenis, sino de darse pisto. Trátase del Club de los Entaraos, que he podido comprobar en los últimos e históricos días de la realidad de nuestra Patria...

-- ¡Ojú!

-- ¿Ojú, qué?

-- Que ha escrito usted "Patria" y los pelusos de guardia de las manifestaciones de Las Setas con la bandera de Rumanía le van a decir que es usted un facha. -

Pues sepa vuesa merced, señor lector, que yo me paso a los pelusos, y a las setas, y a la bandera de Rumanía por el mismísimo Arco del Postigo, porque España es nuestra Patria, a la que le ponemos el nombre de Andalucía y de Sevilla, que nos pillan más cerca. He podido comprobar, decía, que el Club de los Enteraos está recibiendo en estos días cientos de miles de altas de socios. Y como además no hay que pagar cuota de enjertada, no pasa como en Pineda... Pues todo el mundo te habla de modo que parece que está enteradísimo de todo. Y en Madrid mucho más que en Sevilla, pero aquí tampoco andamos malamente despachados en materia de enteraos.

Vistos los alardes que hacen los socios del Club de los Enteraos, me parece a mí que debo de ser el único español al que no llamó el Rey para anunciarle la abdicación. Por lo visto, todo el mundo lo sabía, todo el mundo menos yo. Bueno, menos yo y menos usted, querido lector...

-- Está usted muy equivocado, Burgos. A mí sí me llamo el Rey para decírmelo, como llamó a Susana Díaz y a todo el mundo que sea alguien. Por cierto, que aparte de lo de la abdicación, me dijo el Rey otra cosa...

--¿El qué?

-- Pues va Don Juan Carlos y me dice, muy campechano: "Oye, ¿tú tienes el teléfono de Burgos? Porque es que se lo quiero decir a él también pero lo estoy llamando, hace señal de llamada y no contesta..."

-- ¿Dónde lo está llamando Vuestra Majestad, al fijo o al móvil?

-- Creo que al fijo.

-- Pues llámelo al móvil, que siempre lo coge.

-- Pero no sé si tenemos aquí en Zarzuela el número de su móvil, porque estos de mi Casa son un desastre. Así que mejor que cuando tú hables con él se lo digas. Díle a Burgos que he intentado por todos los medios hablar con él para decirle que pienso abdicar, y para preguntarle qué le parecía, pero que no ha habido forma de encontrarlo. Y bien que me gustaría, porque Burgos siempre ha sido mucho de esta Casa, y especialmente de mi madre, que era también currista y bética.

-- No se preocupe, Señor...

-- ¿Se lo vas a decir entonces?

-- Por descontado, pero que le digo que no se preocupe Vuestra Majestad porque su augusta madre fuese currista y bética. Eso del currismo y del beticismo ocurre en las mejores familias: ¡hasta en la Familia Real!

Claro que hay otras teorías sobre mi presunta pertenencia al Club de los Enteraos. En los registros de mi Samsung Galaxy tengo una llamada perdida, hecha desde un número oculto el domingo 1 de junio, a las 12,18 de la mañana. A esa hora estaba yo en la iglesia de St.Frank Xaver de Munich, en la primera comunión de mi nieta Ana, y tenía lógicamente el teléfono en modo avión, ¡buenos son los alemanes para estas cosas! ¿Sería el Rey quien me llamó para nombrarme Enterao de España? Me queda la duda. Y tengo otra llamada perdida desde un número de esos largos, largos de las centralitas que empiezan por 630 y tienen lo menos dos docenas de dígitos. ¿Sería de la centralita de La Zarzuela? Es lo que espero que haya sido. Porque no vean lo bicho raro que me siento, y más después de escuchar a tantísimos enteraos que se lo sabenm todo y que hasta lo escriben en los periódicos y lo largan por la radio. Ya digo: debo de ser el único español al que Rey no llamó para anunciarle lo suyo de la abdicación. Aunque mi compadre Alfonso Ussìa y el general Pitarch me dicen que a ellos tampoco los llamó el Rey. Qué raro... Sería que estaban sin batería. O fuera de cobertura.

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