-- ¡De frente a San Telmo a paso ordinario! ¡Ar!

Y allí estaba todo el empresariado andaluz, con bandera, banda y música. Con escuadra de gastadores, no: los gastadores son de la parte contraria de los agentes sociales. Gastadores, gastadores, lo que se dice gastadores, los sindicatos. Las cúpulas de CC.OO. y UGT, que gastan lo que haya que gastar y algo más, con todas las facturas falsas que usted quiera, en mariscadas, hoteles de lujo y otros asuntos por lo visto consustanciales con la famélica legión.

Así que Susana Díaz llamó a los empresarios y allá que fueron todos a San Telmo, de tres en fondo. No a paso ordinario: a paso ligero. Dándose algunos patadas en el trasero para el "¿qué hay de lo mío?". Y así salieron en la foto que verían ayer en ABC y que Canal Sur, "la nuestra" de ellos, habrá dado ya cuarenta mil millones de veces. No crean que me estoy metiendo con la reunión. Todo lo contrario. En un año es la segunda de Susana Díaz con los empresarios. Me encanta. Me encanta esta imagen de normalidad, que una presidenta socialista no se coma a los empresarios crudos, como quieren tantos de su partido, tantos de los sindicatos, tantos de IU y de Podemos e islas adyacentes de los asilvestrados coletudos, ni te cuento. Esto es lo normal en una democracia, que los empresarios de derechas se reúnan con la presidenta de un partido de izquierdas, aunque más me hubiera gustado todavía que esa señora hubiera llegado al sillón por la voluntad de las urnas y no por el dedo del jefe de los aparatisquis, en plan Rajoy con Moreno Bonilla, otro que está donde está sin haber tenido la delicadeza de pasar por las urnas. Susana Díaz no conoce más urna que la del Santo Entierro. Cosa que no le ocurre al Moreno de la copla del dedo de Rajoy, que como no es de Triana, ni ha visto el Santontierro ni ná de ná.

¿Por dónde iba? Ah, sí, por la normalidad democrática. Los que se llaman a sí mismos muy democráticos (pero que les gusta un Fidel Castro más que un Mini Morris a un miarma) suelen poner a los empresarios como los monstruos de las galletas, como el enemigo. Olvidando que son los que crean empleo y riqueza. En su concepción totalitaria de la sociedad y de la economía, no les cuadra que unos señores ganen honradamente su dinero produciendo cosas o prestando servicios. Creando riqueza. Prefieren que lo haga el Estado y repartir la pobreza. Quieren que todo sea como Cuba, donde no hay empresarios. Sin pensar que hasta en China empieza a haberlos y en la antigua Unión Soviética de su viejo paraíso del proletariado, ni te cuento.

Susana Díaz, para predicar a los suyos con el ejemplo, debería recibir a los empresarios todos los días. Para decirles así a los suyos, sin palabras, que los empresarios no muerden. Y para que, a su vez, los empresarios comprobaran que los socialistas no se comen a los empresarios crudos. (Hacen otras cosas peores, pero no devoran empresarios). Punto en el que la reunión de Susana con los empresarios me ha recordado aquella que, en los albores de las democracia, tuvo Felipe González en casa del Marqués de la Motilla con el máximo símbolo del empresariado sevillano: don Javier Benjumea Puigcevert. Como entonces no existía la CEA, González le pidió a Benjumea que tranquilizara a sus colegas los empresarios, que les asegurara que si llegaba al poder no iba a expropiar nada y que les garantizaba la continuidad de la economía de mercado. Y así fue. Y así les fue a los empresarios con González: de cine. Ojalá a los empresarios que acudieron a San Telmo de tres en fondo les fuera de cine con Susana. Señal de que la economía andaluza marchaba. Porque lo más triste es que echo las cuentas y Susana Díaz tiene empleadas a más personas que todos los empresarios retratados con ella juntos. Susana es la primera empresaria de Andalucía. Porque la primera empresa de Andalucía es hoy por hoy, ay, la Junta...