Como pueden comprender, yo soy mucho de Antoñita Moreno desde aquella noche en que, de la mano de su fiel Daniel Pineda Novo, la trajimos a la Casa de Pilatos para que en el curso sobre la Semana Santa de la Universidad Menéndez Pelayo nos diera una clase práctica de cómo se canta una saeta en Sevilla...y que se mueran los feos. Y soy mucho de Antoñita porque suya era la primera canción que aprendí de niño, que me la enseñaron las tatas, por lo que aún le estoy preguntando al puentecito, puentecito, puente de San Rafael que me diga por qué caminito se ha llevaíto mi infancia para no volver...

Y por el referido noticiario coplero de Pepe Camacho me he enterado también, y he visto hasta las fotos, que Antoñita Moreno, aprovechando que estaba aquí para pasar las Pascuas y aprovechando también que el Guadalquivir pasa por La Puebla de los Hermanos Peralta, de Los Romeros y de José Pablo Ruiz, fue a su pueblo para entregar a la Virgen de los Dolores la seda y la medalla de su Lazo de Dama de la Orden de Isabel la Católica, que se ganó llevando el nombre de su España y de todos sus cantares regionales en "Ronda" por esos anchos mundos. Qué gusta en un pueblo sevillano que un hijo distinguido de la tierra entregue su condecoración a la Virgen... Aún me estoy acordando de la emoción que había en Huévar cuando don Ángel Salas entregaba a su querida Virgen de la Sangre la Medalla al Mérito Policial. Y como estuve en Huévar, es como si ahora hubiese ido a La Puebla junto a mi dilecta tocaya. Su medalla para la Dolorosa de una cofradía que oficialmente se llama Real, Antigua y Fervorosa Hermandad de Nazarenos del Santísimo Cristo del Perdón y María Santísima de los Dolores. Así se escribe. Pero como en La Puebla, al igual que en la capital, las cosas se escriben de una forma y se pronuncian de otra, se dice "Los Servitas de la Puebla".

De modo que Antoñita se ha quedado sin medalla porque se la ha dado a su Virgen de los Servitas (de la que hace treinta años que es camarera), que ahora celebran fastos de la historia de la hermandad y han colgado la torre de la parroquia de Nuestra Señora de la Granada. Y como Antoñita se ha quedado sin Lazo de Isabel la Católica en su pecho de cantaora, echo mucho más de menos una medalla que le falta y sería justicia que tuviera: la de Andalucía. Antoñita Moreno, que siempre ha tenido en sus labios con una canción el nombre de Andalucía, merece de sobra la medalla de su tierra, ahora que estamos en vísperas del 28-F y a tiempo de dársela, excelentísima señora presidenta doña Susana Díaz. Aunque, quizá, querida Antoñita, en este preciso instante en que lo acabo de escribir te hayas quedado, ay, sin Medalla de Andalucía. Para los restos. Porque basta que te la pida Burgos para que antier por la mañana te vaya a dar la Junta la Medalla de Andalucía que tu tierra te debe... Y eso que ya tienes el cordón, el verde y blanco cordón de tu corpiño, y sólo faltaría el oro y el esmalte de Hércules con los dos leones. A ver si así, como hay recortes y se van a ahorrar el cordón de tu corpiño, mi niño, se animan y te dan la medalla de tu tierra que la tienes ganada a pulso con tu vida, querida tocaya.

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