Lo que les pasa a las estrellas del bulevar de Hollywood es que están dedicadas a unos señores que quitando a Gary Cooper, a John Wayne y a dos o tres glorias más, no conocemos de nada, ni recordamos sus películas. Una decepción. Por eso me encanta el Paseo de la Fama del Carnaval que están haciendo en Cádiz delante del Teatro Falla, catedral de las coplas y de la poesía popular cantada. La alcaldesa Teófila Martínez amplió ayer este paseíto por la muralla real de la memoria del Carnaval con una más que justa y merecida estrella en honor del genio contemporáneo de la comparsa, del más que veterano Antonio Martín: desde esa estrella, casi cincuenta años de Carnaval nos contemplan. Aparte de mi compadre Martín y sus coplas inmemoriales, me encantan las estrellas del Carnaval porque les pasa justamente lo contrario que a las de Hollywood: que los conocemos a todos. En Cádiz a cualquier medio aficionadete le suenan todas las estrellas de ese paseo delante del Falla. Y le suenan de la mejor forma: con música y letra. Tienen allí estrella los grandes autores del Carnaval: El Tío de la Tiza, Cañamaque, Fletilla, Paco Alba, Enrique Villegas, Pedro Romero y ahora Antonio Martín. Pueden ir cantando conmigo la memoria de esas estrellas. Porque con El Tío de la Tiza la tienen aquellos duros antiguos que tanto en Cádiz dieron que hablar, tango que usted se sabe entero y pleno. Y con Paco Alba la tiene, ay, el vaporcito del Puerto cuando en ti me embarco, cuando en ti navego. Y con Enrique Villegas y sus Beatles de Cádiz todos nos vamos a tomar el sol a Puerto Real, pues (exactamente como ahora) el puente, el segundo puente sobre la Bahía, estará listo, ya lo verá usted, cuando yo me pele, yeye, yeye, yé. Y con Pedro Romero seguimos cantando que es Nuestra Andalucía la criada de España que sigue franqueando el camino hacia la Moncloa a los políticos socialistas...

Veo que hay más ciudades de España con sus paseos de la fama y sus estrellas. En Marbella, por ejemplo, estuve una tarde en que la Duquesa de Alba descubría su estrella en el paseo que va hacia Puerto Banús. Pero todos son, como los de Hollywood o Cádiz, paseos de honor y gloria. Y son una americanada. Yo por eso propondría algo más español, más nuestro y más de esta hora: crear los Paseos del Escarnio y la Deshonra, dedicados a los mangones, a los trincones, a los corruptos, a los que se enriquecieron con el dinero de los parados o arruinaron las cajas. No serían estrellas, sino hitos. Mojones, como los hitos kilométricos de carretera, que se dedicarían a esos gachés para público escarmiento y aviso de generaciones venideras. Por ejemplo, en ese paseo habría un mojón así de grande para Luis Roldán el de la Guardia Civil y otro para Mienmano, como socios fundadores del Paseo del Escarnio; y otro para Bárcenas, y otro para Fabra, y otro, colectivo, para los consejeros andaluces de los ERE... E iba a decir que otro artístico, mojón de "caganet", para Jordi Pujol, pero en ese caso nos saldría más barato dedicar un paseo entero a la familia, ya que familia que trinca unida, permanece unida, tanto en Andorra como en territorio nacional. Como que creo yo que nos iba a faltar territorio patrio para poner los mojones de tanto Paseo del Escarnio...

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