ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 14 de marzo de 2015                 
                                
 

Grafismo gentileza de Julio Domínguez Arjona

Romance con Giralda a expropiar

Giralda, madre de artistas, molde de fundir toreros... Igual que cuando un miura quitó la vida a Espartero te dedicó aquella copla el poeta ganadero que rimaba sus romances, Romances del Ochocientos, con los versos más rotundos, sonoros y marismeños, con la garrocha por pluma, que hay que quitarse el sombrero... Y aunque sé que a Villalón por supuesto no le llego ni a la altura del zapato, la de sus botos camperos, ahora yo, señores míos, cuando el romance comienzo, ando pidiendo crespones, metros, metros y más metros, para poner un crespón, de romance, un crespón negro en la torre más cristiana que hicieron los agarenos, porque quieren expropiarte, Giralda, los de Podemos. Sabe Dios qué harán contigo, ay, Giralda de mis sueños. ¿Venderte al mejor postor, un árabe petrolwero? ¿Recalificar tus muros, recalificar tu suelo? ¿O que Robles ponga un bar como destrozó el Laredo? ¿Levantar donde tú estás, qué digo yo, un rascacielos, que pegue buenos rascones a los nuestros velazqueños, los que perdió aquel Joaquín que era de arte, por Romero, esos cielos que él perdió y que seguimos perdiendo, porque esa tal Torre Pelli nos gana por siete a cero?

No les basta la Mezquita que los otros ya pidieron, los que mandan en la Junta y a Susana con el dedo Griñán y Chaves, los dos, con un dedazo pusieron cuando se quedaron solos y mandaron a paseo al que subía el butano a la abuela del tercero. A los que vienen ahora con ese tal Monedero (que tantos mangazos pega que le llaman Billetero) no les basta con pedir, como los otros pidieron, que la Santa Madre Iglesia la Mezquita les dé a ellos. Eso que dijo Cervantes como un calcetín han vuelto: "Con la Iglesia hemos topado", dijo a Sancho, su escudero, Don Quijote de la Mancha, haciendo un famoso aserto. Pero ahora es al revés y al arzobispo lo advierto: "Con Iglesias nos topamos; Iglesias, el de Podemos, el tío de la coleta, y si no andamos despiertos, nos deja sin la Giralda, sin los seises, sin lo nuestro, y hasta a don Enrique Ayarra lo deja sin instrumento, porque se lleva los órganos a Cuba sin ir más lejos. Este es capaz de vender en almoneda a un platero la urna de San Fernando como usted se llama Asenjo, y sin Giralda nos deja en cuanto nos descuidemos".

Pues lo mismo que Begoña es hora que recordemos que esa nos quiere dejar sin pasos, sin nazarenos, sin palios y sin armaos, sin banda tras un misterio, sin priostes, sin saetas, senatus ni costaleros, ahora se llama Teresa la que anuncia su proyecto. Esa asaltarrectorados que puertas de mucho mérito las rompe sin inmutarse quiere seguir destruyendo. Apropiarse como suyo lo que la Historia hizo nuestro: esa torre que los moros con su arte construyeron y que luego los cristianos, en pleno Renacimiento, remataron con campanas que ahora llenan todo un cuerpo, con esas cuatro azucenas siempre en bronce floreciendo y arriba, protestación de la Fe de todo un pueblo, la Giganta cervantina desafiando a los tiempos y proclamando a los aires lo que allí reza el Proverbio: "Que es Dios la torre más fuerte; Podemos, a tomar viento".

Así que callad, campanas, cuidado con los volteos; que está la cosa muy chunga y el futuro es bien incierto. Porque hay muchos sevillanos, todos con un gran mosqueo, que con tal de dar por saco a sociatas y a peperos, vengándose del recorte que en sus sueldos les metieron, están pensando votar a estos tíos de Pablemos. Así que callad, campanas; no echéis campanas al vuelo, porque hablando de campanas y de los asuntos nuestros capaces son estos tíos (Giralda aparte, aclaremos) de expropiarnos las torrijas que son propias de este tiempo y que allí, en La Campana, son también un monumento. Yo de expropiar, cortaría la coleta al coletero, y a los calvos de Sevilla diría: "Tomad sus pelos para cubrir vuestras calvas y acudid todos al centro de Mariano García, que os va a dejar como nuevos luciendo esas pelambreras con expropiados cabellos". Y si es por expropiar, un trato les proponemos: que expropien la Torre Pelli, la que bocados da al cielo, y nos dejen la Giralda con sus campanas al vuelo. Y al final, señores míos, al final traigo un consuelo: gracias a Dios que estos rojos son del sector "expropiemos". Y menos mal que no hacen igual que sus bisabuelos, que en vez de expropiar quemaron con gasolina y mechero las iglesias de Sevilla: si quieren, las enumero. Que en lo de memoria histórica anda servidor puntero y se salvó la Esperanza, que un cajón la metieron...

 

 

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