ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla,  2 de junio de 2015                 
                                
 

Ponga usted un gurmé, hombre

Paso por la cerrada antigua Librería Beta de la calle Sierpes, que a su vez era el antiguo Cine Imperial en el palimpsesto de los verdugos de Sevilla, ¿y no saben ustedes lo que me dicen que van a poner allí? Algo que a nadie se le había ocurrido poner en Sevilla: ¡un gurmé! ¿Será por gurmés? Al paso que vamos, y según la política que ha aplicado Zoido en su alcaldía, lo que no sea una terraza de veladores que no dejan pasar a los peatones y mucho menos a las madres con carritos de niños chicos (modelo calle Mateos Gago), será un gurmé. Por cada tienda histórica que cierran abren siete gurmés.

-- ¿Pero queda algún sitio de Sevilla donde no piensen poner un gurmé?

Ya ponen gurmés hasta en las azoteas. Esas a las que ahora les han puesto el mote de "terrazas chill-out" han sido las azoteas de Sevilla de toda la vida. Las de los bautizos de azotea: "Vaya un bautizo con arte,/venga barbos en adobo,/ venga vino y alegría", que cantaba mi ahijado El Pali. Hemos convertido las azoteas en gurmés, como la del Cortinglés. Gurmé incomodísimo, de autoservicio; que te sientas allí, como me ocurrió una tarde que fui con la jefa de mi Casa Civil, ante aquella vista tan hermosa de la Catedral al fondo, y todavía estamos esperando que venga un camarero a preguntar qué van tomar los señores; porque como no te levantes tú y te traigas tu cocacola te va a servir Sanani el de las Tortas.

Y no hay hotel que se precie que no haya puesto un "chill out" tela elegante en la azotea. Y como quiera que en muchas de esas pomposas "terrazas" se celebran "eventos", quiere ello decir que hemos vuelto a inventar el bautizo de azotea, pero sin niño al que se le haya echado el agua, sin padrino y sin pelón. El agua ahora se le echa al gûisqui, mientras que a los yintónis les echan hasta arvejones de las palomas de la Plaza de América, que es la tendencia.

Así que la azotea del Cortiglés es un gurmé, y El Barranco, al que han dejado en Bar Ranco, pero con muchas pretensiones, es otro gurmé. De estos incomodásemos gurmés de autoservicio, que te tratan como Don Eduardo Miura a sus toros en Zahariche: para que hicieran ejercicio y se movieran, les ponía el pienso en una loma y el agua, dos lomas más allá. En el Bar Ranco tienes que hacer tanto ejercicio yendo a por tu cerveza a un sitio y a por tu tapa a otro y luego buscarte la vida en forma de velador que parece otro de los negocios de moda: un gimnasio. ¿Usted ha visto en los polígonos industriales la cantidad de locales que hay convertidos en gimnasios para ejecutivos? -

Pero íbamos por los gurmés que proliferan por Sevilla. En el Mercado de la Puerta de la Carne van a poner un gurmé. En la antigua Estación de San Bernardo, otro gurmé. La incógnita municipal de esta hora no es quién va a ser el próximo alcalde, si Zoido como lista más votada o si Espadas con los bastos de los antisistemas que quieren convertirse en sistema y pisar moqueta. La incógnita municipal de esta hora no es quién será el próximo alcalde, sino si vamos a continuar con esta política de gurmés y venga gurmés. Como se orienten los canónigos, capaces son de poner un gurmé en el Patio de los Naranjos, según la moda imperante. Cosas peores se han puesto en ese Parque Temático en que Paco Navarro y Amigo Vallejo convirtieron la Catedral, sin que hasta ahora se haya corregido nada de ese lamentable entreguismo del templo (y especialmente de su taquilla) al turismo. Que entra en la Casa de Dios como si fueran a la playa: en chanclas, con bermudas, en tirantas. Mientras paguen... Y mucho me temo que el próximo alcalde sea tan original que ponga en La Gavidia, en la Fábrica de Artillería, en Altadis y en San Hermenegildo, ¿sabe usted qué? ¡Pues un gurmé, hombre, que todavía no hay suficientes gurmés en Sevilla! Como que estamos haciendo el canelo los que todavía no hemos puesto nuestro gurmé para trincar el parné, al herreriano y riverista modo. Hay que cambiar la sevillana: "¡Viva Sevilla y gurmé, viva Triana!" Donde también están convirtiendo la plaza de abastos en otro gurmé. Como Marifé de Triana, Gurmé de Triana.

 

 

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