Para la Real Maestranza de Caballería de Sevilla es una suerte que su plaza de toros esté en El Arenal y no en Las Arenas, que era uno de los dos extintos cosos de Barcelona. Aparte de que entonces no iba a poder darse ni un solo festejo en lo que el tópico de los cronistas llama "el coso maestrante" (con grave quebranto para su filantrópica hacienda invertida en ayudas sociales y culturales) es que la alcaldesa Ada Colau no iba dejarle colgar ni uno solo de los anuales mamarrachos de carteles "modernos" con los que cada temporada viene haciéndose perdonar su rancidez ante los progres. Si Ada Colau ha echado atrás la fotografía mural de Morante disfrazado de Dalí, anunciando el Carnaval, digo, la Feria del Pilar de Zaragoza, imagínense a esa alcaldesa de Barcelona ante el famoso cartel sevillano de la mosca en el yogur; o el otro, el del pinchito de toro; o el del tebeo; o el del chuletón de Ávila. Ante esos mamarrachos anuales en forma de cartel, la alcaldesa de Barcelona hubiera dicho lo que cada temporada afirma la afición sevillana, pero en catalán: "No aprova la creativitat".

Porque disfrazar a Morante de Dalí, bigote incluido, y pìntarle en el pecho "Salvador" (más nuestro hubiera sido ponerle "Plaza del Pan"), ni eso es "creativitat" ni eso es ná. Eso es cachondearse de algo tan serio como el Toreo y de la propia estética de la Tauromaquia, donde no debe nunca olvidarse que un hombre se juega la vida delante de dos pitones. Por una sola vez y sin que sirva de precedente, como ayer le pasaba a mi leído Luis Carlos Peris, estoy de acuerdo con la alcaldesa de Barcelona. ¡Vamos, lo único que le faltaba al Toreo era la serie de carteles del Pilar,irrespetuosa con la Fiesta e irreverente con los diestros! Sólo ha faltado que uno de los toreros hubiera aparecido como aquella miccionante concejala de la Colau, tomando la vía pública por "orinadero" de la plaza de Sevilla, como rezaba el antiguo cartel del callejoncito interior y posterior de la Sombra Alta, el que a Díaz Cañabate le recordaba una calle de Arcos de la Frontera.

Estaré, como cada día, equivocado. Pero no sólo me parece lamentable que en Barcelona persigan y prohiban la Fiesta: más lamentable es que la empresa de Zaragoza, en su cartelería de la Feria del Pilar, haya superado a los maestrantes de Sevilla. Mira que parecía difícil superar las "boutades" maestrantes, ¿no? Pues lo han logrado. El enemigo de la Fiesta está dentro. Y esos carteles de los toreros disfrazados de cuadros famosos no los hacen ni los antitaurinos. A mí me parece indigno, además, que los toreros se hayan prestado a este cachondeo. ¿Tanto os pagan en Zaragoza, hijos míos, para tener que tragar con este carnaval fotográfico? Me parece oprobioso Morante disfrazado de Dalí. Y me parece ridículo Talavante con la mano por delante (que rima): de caballero de la mano en el pecho. Lo que tiene que hacer un torero con el pecho y con la mano es coger la muleta y pegar un pase de pecho hasta la hombrera contraria, joé, y dejar tranquilito a El Greco. Lo de López Simón enseñando cornadas es impúdico: es lo que hacía en la tele el chuflón de Ubrique bajándose los pantalones. Y es muy triste que el Urdiales adoptado por el currismo se haya prestado a retratarse desnudo, enseñando la tableta de chocolate del gimnasio. ¿Y lo de El Juli, dónde me lo dejan? Retratado como si fuera el Belmonte de Zuloaga y llevando tatuada en el brazo la palabra más contradictoria con toda esta triste charlotada maña: "Respeto". Eso, eso es lo que le pido a la empresa de Zaragoza y a los cinco toreros que se han prestado al juego: respeto al Toreo. Con el enemigo dentro, la Fiesta viste a 5 grandes figuras, 5, de mamarracho y oro. Y lo que es peor, medio desnuda a los cinco y los pone Sexy y Azabache: "No aprovo la creativitat". Pero por respeto al Toreo. Esta campaña está a dos minutos de esos almanaques lascivos que por Navidad venden las ONG a beneficio de algo, con retratos medio desnudos de bomberos cachas...

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