Cada día hay una nueva proclamación de amistad y una exaltación de la unión entre Sevilla y Málaga. Dime de qué presumes... El alcalde socialista de Sevilla cada vez es más amiguito del alcalde popular de Málaga. Prodigioso, siendo cada uno de un partido que se dedica a hacer la cusqui al otro como sea. Amistad sevillano-malagueña que también ocurre con Manuel del Valle, el asolerado ex alcalde socialista que mejora con el tiempo, cada día más coleguilla del ex alcalde de Málaga por la UCD, Luis Merino, con quien ha constituido la Unión Cívica del Sur entre Sevilla y Málaga. Según las proclamas de los cuatro mentados, toda Andalucía cabe en este Sur de ellos. Lo cual es verdad hasta cierto punto. Albendea, el hasta ahora diputado del PP por Sevilla y defensor oficial de los presupuestos de la Casa de S.M. el Rey y del Toreo, anuario estadístico en mano me dijo que en la provincia de Málaga, la menos extensa de las ocho de Andalucía, caben enteritas las Vascongadas...y sobra sitio.

A mí, la verdad, lo de Eje me suena fatal. Porque, de momento, deja a seis provincias andaluzas fuera. Y por la propia palabra: Eje. Me recuerda, lagarto, lagarto, al Eje Berlín-Roma-Tokío de la II Guerra Mundial. Los nazis eran "las potencias del Eje", como los demócratas eran "los aliados". Eje de los nazis y fascistas con el que España coqueteaba casi tanto como ahora Valle y Espadas con Málaga, pero en plan facha y Serrano Súñer. El único Eje que me suena bien es el de mi carreta, que canta Atahualpa Yupanqui con la música que le puso a la letra de Romildo Risso. Y el eje de mi carreta, lo siento, es el Sevilla-Cádiz. O sea, el Eje Fernando Villalón, por lo que cito tan jartiblemente y que dijo el ganadero-poeta al pie de Gibalbín, desde el Cortijo de la Sierra de mi amiga Rocío de la Cámara: "El mundo se divide en dos grandes partes, Sevilla y Cádiz". Un eje entre Sevilla y Cádiz es el que hace más falta. Sevilla y Cádiz cada día se llevan peor. Tienen intereses enfrentados. No de ahora, sino desde que la Casa de Contratación pasó de Sevilla a Cádiz y nuestra ciudad dejó de ser la capital del comercio con América. En Cádiz nos llaman "los miasmas" y nos culpan de todo. Para nosotros, ellos son "los pishas". Y con Cádiz sí que se perdió una oportunidad de oro de hacer un acuerdo de intereses comunes, cuando estaba allí de alcaldesa Teófila y aquí Zoido. Ahora, con El Kichi, cualquiera es el guapo que hace un Eje Sevilla-Cádiz. Tendría que convocar El Kichi una asamblea en El Palillero, y seguro que salía El Cumbres (de Gredos, ciego de ellas) y de momento se defecaba en La Giralda y en el Giraldillo. Y nada digo si, para compensar, la comparsa de Sevilla que el año pasado fue al Falla de barrenderos y que en este Carnaval vuelven al ataque, empiezan como el niño de los garbanzos de Gandía: "Opá, que ví a largar".

Hay quien, como el liberal gaditano Quico Zamora, ha intentado desde hace tiempo este acercamiento entre Sevilla y la Tacita. Hasta le tenía puesto nombre, que para algo es premiadísimo autor de coros: "El pacto del Peaje de Las Cabezas". Ese pacto es imposible. A Sevilla y a Cádiz la separan, a saber: el Puerto Franco, que ya tiene Cádiz, donde ha caido fatal que Sevilla le haga la competencia con el suyo; el dragado del Guadalquivir, al que Cádiz se opone y Sevilla defiende; el puerto de cruceros, que es la realidad de Cádiz (frente a Málaga) y la aspiración de Sevilla. Hasta la forma de cargar los pasos. En Cádiz hay follón capillita gordo cada vez que una cuadrilla de cargadores deja el paso de horquilla y se pone a andar como los costaleros de Sevilla. ¿Eje con Málaga? No nos hace falta. Sevilla no tiene nada contra Málaga. Salvo que el aeropuerto de Málaga adoptado por Espadas como si fuera suyo está una jartá lejos, teniendo tan abandonados los ejes de la carreta de San Pablo. Con la ciudad que hay que hermanarse es con Cádiz, a una hora de autopista y que nos encanta a los sevillanos. Y acabar ya con los intereses enfrentados. Ahora, que con El Kichi allí, pisha, cualquiera es el guapo, miarma...

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