ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla,  8 de febrero  de 2016               
                             
 

Triduo de dos días

Porque no existe el Nóbel de Matemáticas, que, si no, se lo daba yo a los calonges del Cabildo Catedral. Acaban de inventar el Triduo de Dos Días. Total, si los seises son diez, ¿por qué los triduos no han de ser de dos días? El Triduo de Desagravio al Santísimo por las ofensas de Carnaval, que comenzaba desde el siglo XVII en el Domingo de Carnestolendas y que debía haber empezado ayer, se iniciará hoy, Lunes de Coros en la Plaza, porque ayer coincidía con la clausura del Año de la "Vida Consagrada", cursilada con que la Iglesia llama a las monjas y monjes. Por lo visto para estos señores capitulares una tradición con 321 años puede romperse así como así. Y como los copien las cofradías, estoy viendo novenas de ocho días y septenarios de seis...

Así que si no tienen hoy otra cosa mejor que hacer (que dudo que la haya), encamínense a la Catedral a las 5 de la tarde, con todo el campanerío de la Giralda convocando, porque, oh milagro de la Virgen de los Reyes, no le cobrarán la entrada al Parque Temático Turístico en que nos la han convertido y podrán asistir, de gorra, a una de las ceremonias más secretas e intimas del patrimonio inmaterial religioso de Sevilla: al Baile de los Seises ante el Santísimo, por Carnaval. En estos tres días se celebraba desde 1695 solemne culto vespertino en desagravio al Santísimo, por las ofensas a Dios y a la religión en Carnaval. Triduo de Desagravio de Carnaval se llamó siempre. Hasta que vino aquí el amigo y le cambió el nombre. En esa parte cursi y hortera de la Iglesia, que parece que le da vergüenza de ser lo que es, cruzada en protestantoide, sustituyendo los cánticos en latín por tonadas de guitarritas de monjas y melodías propias de "La Casa de la Pradera", a los Seises de Carnaval ese arzobispo les puso de mote "Triduo de Preparación a la Cuaresma", olvidando al Carnaval, las ofensas al Sacramento y la propia tradición de la Magna Hispalense. Quizá ninguno de los calonges nombrados por procedimiento digital le dijo que este Triduo con seises que ellos han dejado en dos días proviene de 1695, y que su fundación se debe a don Francisco Contreras y Chaves, Caballero Veinticuatro de Sevilla, Caballero de Calatrava, Caballerizo Real y Familiar del Santo Oficio quien, por testamento del 24 de julio de 1679, legó sus bienes al Cabildo Catedral para que una vez que hubiera fallecido su esposa, doña Ana María Veidaza, se celebraran estos cultos de desagravio al Sacramento con fastos similares a la Octava del Corpus.

Iba a decir que eso de inventarse el "Triduo de Preparación a la Cuaresma" es una cursilada similar a lo de llamar "celebrar una eucaristía" a lo que toda la vida de Dios ha sido "decir una misa". Pero quizá sea mejor que le hayan quitado el nombre tradicional y el carácter de desagravio a estos cultos eucarísticos, en esta Sevilla del Sacramento que tanto defendió mi recordado don José Ortíz Díaz. En los días de Carnaval ya poco se ofende a Dios, salvo la irreverencia de veinte mil niñatos borrachos disfrazados de curas o de monjas en la botellona que es ahora el sábado de Carnaval en Cádiz y en lo que no es Cádiz: "Un fraile, dos frailes...". Los agravios a Dios y a la religión son ahora continuos y muy "progres"; las ofensas al catolicismo y a las tradiciones espirituales, asunto de cada día; la moda de lo laico, disfraz para negar a Cristo sin gallo y sin San Pedro. ¿Leyeron lo del juicio oral contra unos tiparracos que se mofaban de nuestras procesiones, sacando un paso con una vagina tamaño XXL? ¿No leen cada días los continuos ataques a la Iglesia, al hecho religioso mismo, a la fe de todo un pueblo mayoritariamente católico? Pues como la ofensa a Dios es lamentablemente algo de moda progre, si fuera por desagraviar al Señor, los seises iban a tener que estar bailando no en los dos días en que han dejado los insensibles calonges la tradición del Triduo, sino todos los días del año. Así que mejor que el otro inventara la cursilada del "Triduo de Preparación a la Cuaresma". Yo lo dije una vez con otras palabras, pero sonando a copla de secreto e íntimo seise de Carnaval, a la que le faltaba la música del maestro Torres: "¿Estáis puestos, capirotes de la Alcaicería, para empezar a anunciarnos los días del gozo?".

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