ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC sw Sevilla, 22 de marzo  de 2016               
                             
 

Saeta contra la saeta

Usted estará harto de leer artículos en elogio de una marcha procesional, ¿no? ¿Cuánto y con cuánta delectación se ha escrito de "Amargura", a la que ahora ha entrado la moda de citarla en plural, como queriéndosela quitar a la Virgen de San Juan de la Palma? Y ni le cuento de esa marcha emergente en popularidad que le está quitando el sitio a "Amargura" cuando quieren que suene algo solemne y simbólico: "Coronación de la Macarena" (1964), del olvidado asturiano don Pedro Braña, director de una Banda Municipal sin pujos de Sinfónica ni con tonterías de vestirse de esmoquin, que salía casi todos los días en las cofradías y que iba el hombre humildemente con su gorra de plato y con la misma guerrera que sus músicos detrás de los palios, como iban Gámez Laserna o el Maestro Tejera. Escribir en elogio de una marcha está al alcance de cualquier péñola o atril. A lo que hay que echarle valor, y vamos a ponerle aquí femorales marca de la casa, es a escribir contra una marcha. En esta incomprensible Sevilla que se rompe las manos tocando las palmas cada vez que una banda empieza a tocar "La Saeta". La llamada "Saeta de Serrat". Que no es de Serrat. Del catalán Serrat es la música, la letra es de Machado. Como luego veremos, no podía ser de otro que del hermano de Manuel Machado, el que nació en la calle San Pedro Mártir y que en su vida presumió de huerto ni de limonero de una ciudad de la que se fue a los 8 años, porque se pasó aquí toda la juventud, viviendo en Triana con su abuela Ana Ruiz mientras estudiaba en la Universidad. Y que es tan sevillano, que en su poema a las ciudades andaluces le dedicó a la suya, a la nuestra, el mejor piropo de dos solas palabras que nunca le han pagado ni agradecido: "...y Sevilla".

"La Saeta" fue estrenada en el mismo escenario donde en 1956 había dado Rodríguez Buzón su histórico pregón: en el lamentablemente derribado Teatro San Fernando. Allí quien todavía era "Juan Manuel" Serrat presentó en un recital casi clandestino el disco donde le había puesto música a poemas de Antonio Machado. Trabajo impagable, dicho sea en justicia, porque la gente conoció al hermano de Manuel gracias a la popularidad del cantautor catalán. Ese corte saetero del disco, junto con las lluvia en los cristales, las inevitables golosas moscas y el olmo herido por rayo, quedó ahí hasta que un músico cuyo nombre no conocemos decidió meter la canción como marcha procesional para cornetas y tambores. Exitazo. Inmediato. Ya todas las bandas y las agrupaciones la llevan en su repertorio. En Sevilla y fuera de Sevilla. A Machado casi lo han borrado; la mientan como "la Saeta de Serrat". Pero en la suprema contradicción de las contradicciones de esta barroca y puñetera ciudad nuestra, no caen en la cuenta de que la tal Saeta de Serrat es la pura negación de la propia esencia de la saeta. La saeta, en efecto, habla del Cristo de los Gitanos. ¿De qué Cristo y de qué Gitanos? Machado habla de una imagen procesional que no es de aquí ni de la calle Verónica: "Oh, la saeta, el cantar/al Cristo de los Gitanos/siempre con sangre en las manos,/siempre por desenclavar". Habla de un Crucificado, no de un Nazareno. No puede ser el Señor de la Salud de Los Gitanos. La saeta de Machado musicada por Serrat, en el fondo, implica un profundo desprecio a Sevilla, a la saeta y a la Semana Santa. Y nadie lo ha dicho. Al poeta no le gustan ni nuestros Nazarenos ni nuestros Crucificados: "¡Oh, no eres tú mi cantar,/no puedo cantar, ni quiero/a este Jesús del madero/sino al que anduvo en la mar!". ¿Lo han leído bien? "¿No puedo cantar ni quiero?" ¡Pues con cornetas y tambores tocan lo que no puede cantar ni quiere el buen señor, una saeta! "La saeta" de Machado es contra la saeta y contra la Semana Santa. Pues con este texto donde el poeta se declara objetor de Semana Santa se parte la gente las manos aplaudiéndolo cuando lo toca el corneterío con música de Serrat y con el izquierdo por delante; en este caso el izquierdoso hermano del nacional Manuel Machado por delante poniendo como los líricos trapos a las cofradías, mecachis en la mar de Galilea sobre la que anduvo vuestro Jesús de la Salud, queridos Gitanos, nuestro Cristo de la Salud, queridos hermanos carreteros.

LETRA COMPLETA DEL POEMA "LA SAETA" DE ANTONIO MACHADO. MUSICADA POR SERRAT

La saeta
Dijo una voz popular:
¿Quién me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?

Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar.

Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz.

Cantar de la tierra mía
que echa flores
al Jesús de la agonía
y es la fe de mis mayores.

¡Oh, no eres tú mi cantar
no puedo cantar, ni quiero
a este Jesús del madero
sino al que anduvo en la mar!

 

 

CorreoSi quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico  Correo

 

           

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio