Al artillero Coronel Calama

El Dos de Mayo viene siendo inveterada costumbre que el Ejército, representado por la sevillanísima Arma de Artillería (la del RACA 14 de las coplas del Pali, la del Tercero Ligero de la banda montada del Brigada Rafael tocando "Los Campanilleros"), rinda anual homenaje en memoria del heroico capitán Daoiz, ante su monumento de La Gavidia que el Ayuntamiento le erigió en 1889, esculpido por Antonio Susillo. Con la famosa efigie escultórica del pedazo de bota tamaño XXL, por la que la guasa hispalense le puso de mote "Zapatones" al heroico defensor de España ante la francesada invasora.

Daoiz está en La Gavidia no por casualidad, sino porque aquel era su barrio, el de su noble familia bien. El monumento de Susillo es obra digna de admiración, con sus cañones y las bombas que tiran los fanfarrones y son el escudo del Arma de Artillería. Y ocurrió este año algo insólito: que los militares se quedaron más solos que los de Tudela en el homenaje al héroe sevillano del 1808. De autoridades civiles sólo estuvo la subdelegada del Gobierno en Sevilla. Aunque habían sido invitados, el Dos de Mayo no fue nadie del Ayuntamiento ni de la Junta a honrar la memoria del heroico artillero sevillano. ¿Qué tendrían que hacer esos cuerpos para no acudir a honrar la memoria del héroe del Arma de Artillería? ¿De verdad que nadie del Ayuntamiento, con la de concejales que hay, quiso romper el descaso del puente o el fin de semana largo en la playa con la pejiguera del "coñazo" (Rajoy dixit del desfile) del homenaje a Daoiz? ¿Cómo es que no fueron ni los concejales del PP? ¡Con lo que les gusta un tambor y una corneta a los populares, y un "banderita tú eres roja", lo único rojo que admiten los populares! ¿Y en la Junta? ¿Cómo es que no hubo no digo ya Susana, sino ni un consejero, ni un viceconsejero, ni un director general, ni un bedel siquiera que quisiese aceptar la Convidá a Patria que hizo la Artillería, como cada año?

Ah, claro, por la fecha. Por el puente. ¿A quién se le ocurre homenajear a Daoiz un día que para venir al acto hay que interrumpir el descanso? Si todavía hubiera sido un día laborable, podía servir para quitarse dos horas antes del despacho y ya no volver en todo el día. ¿Pero venir desde Punta Umbría o desde el Algarve a La Gavidia para acompañar a los militares? ¡Vamos, anda! ¡Tequíiya! ¡Antié!

Lo que tenían que hacer los militares, y se lo sugiero con tanto respeto como afecto al teniente general Gómez de Salazar, jefe de la Fuerza Terrestre que tiene su cabecera en la Plaza de España, es "blasinfantizar" el homenaje a Daoiz cuando caiga en puente. ¿Saben lo que hicieron los muy flojos consejeros, paniaguados y enchufados de la Junta con el homenaje a Blas Infante, no? Pues que como lo fusilaron al pobre el 11 de agosto, celebrar el homenaje en su memoria en esa fecha le partía las vacaciones al Chaves de turno, a los consejeros y a los que viven a costa de Blas Infante en la mamela de la Junta. "¿Usted se cree que agosto es mes de fusilar, cuando estamos todos de vacaciones en la playa?", se dijeron. Y se acabó lo que se daba de la celebración del 11 de agosto, que ya sólo hacen en solitario los pocos andalucistas que quedan. Porque los que viven de Blas Infante, para que su homenaje no les partiera las vacaciones, ¿qué hicieron, con toda la cara del mundo? Pues pasarlo de la fecha de su muerte, el 11 de agosto, a la de su nacimiento en 1885: el 5 de julio. El 5 de julio aún no han empezado las vacaciones y no se le parte el veraneo a nadie. Y con toda la cara del mundo, eso es lo que vienen haciendo desde entonces: homenajear al Padre de la Patria Andaluza en el Parlamento de la Señorita Pepis, cuando los que viven de él aún no se han ido de vacaciones. Hagan lo mismo, mis señores artilleros, cuando el Dos de Mayo caiga en puente. Total, es muy fácil. Se mira en Internet la fecha de nacimiento del heroico capitán de Artillería don Luis Daoiz y Torres, que es el 10 de febrero, y se celebra ese día la Convidá a Patria de La Gavidia. Así se va a poner aquello de gente de la Junta y del Ayuntamiento, empetaíto, con tal de quitarse de enmedio del despacho, mi teniente general...

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