Me ha alegrado muchísimo que la Unesco haya declarado a los Dólmenes de Antequera como Patrimonio de la Humanidad. En primer lugar, por los buenos amigos que tengo en Antequera, poniendo a la cabeza a un gran y desconocido emprendedor de la creación de riqueza en las cooperativas del aceite andaluz: don Juan Manuel Blázquez. Y después, por la porra antequerana, ahora que está tan de moda el salmorejo cordobés, que hasta le ha ganado a domicilio en Sevilla al tradicional gazpacho. ¡El día que descubran la porra antequerana! Y me alegro también por los mantecados, que allí tuvieron su cuna, como puede verse en las pinturas de los frescos del techo del salón municipal de plenos dedicados a la industria, el comercio y la agricultura de Antequera.

Los dólmenes de Antequera que ha destacado la Unesco vienen a demostrarnos que en Andalucía, como dijo el otro, "no es moro todo lo que reluce", no todo es la tríada capitolina de Giralda, Alhambra y Mezquita de Córdoba. Ni todo es Barroco del esplendor de nuestro Siglo de Oro; aunque si quieren admirar el cuarto y mitad de Barroco mejor despachado del mundo, no dejen de visitar la amenazada Capillita de San José, que merece toda ayuda, o Santa María la Blanca, que la han puesto de dulce y da gloria ver sus yeserías. Los Dólmenes de Antequera significan que Andalucía también tiene una Prehistoria digna de toda atención. La que no le prestan a muchos yacimientos, y pongo como ejemplo el lugar donde apareció el Tesoro del Carambolo, convertido en un vertedero. O al Tesoro del Carambolo mismo, a sus piezas, que es más difícil verlas que te toque algo más que el reintegro en la lotería de Navidad de la hermandad.

Por todo esto me alegro de lo de Antequera pero, sobre todo, por una cosa: porque nuestras autoridades dejarán de hacer el mamarracho retratándose y saliendo en la tele haciendo una ridcula T con la palma de la mano izquierda apoyada sobre los cerrados cinco dedos de la derecha. Era una especie de baile del "Macarena" de Los del Río por lo cultural. Y por lo ridículo, claro. Supongo que la Unesco no ha visto el vídeo de las autoridades haciendo el mamarracho; en caso contrario, se habrían dicho:

-- ¿Pero cómo vamos a hacerle caso a esta partida de chuflones haciendo el mamarracho con el baile de la T? Para eso, mejor declaramos al baile de la canción "Macarena" como Patrimonio de la Humanidad.

O, hablando de Macarena, habrían mejor hecho quizá a la bendita imagen de la Esperanza. Esa sí que es desde hace siglos, desde hace ríos de lágrimas de emoción al verLa, Patrimonio de la Humanidad que la proclamó como Madre de Dios.

Y tengo algunas dudas sobre esto de las declaraciones de Patrimonio de la Humanidad. Media Humanidad ha sido ya declarada Patrimonio de la Humanidad. ¡Vamos a por la otra media, joé! Algunos no pararán hasta que consigan que toda la Humanidad sea declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Como todo el mundo tiene algo que quiere que sea declarado Patrimonio de la Humanidad, en la Unesco tiene que haber colas de tíoS preguntando en la Oficina de Información:

-- ¿Qué hay de lo mío?

Pasa con tales declaraciones como con las coronaciones de las Vírgenes. Unos guasones de una cofradía plantearon en un cabildo general que se le cambiara el nombre a la advocación de su Dolorosa, y que fuera llamada oficialmente "Nuestra Señora No Coronada de..." Habrá que echar las cuentas, pero yo creo que al paso que vamos hay ya más Vírgenes coronadas que por coronar. Las hermandades verdaderamente serias no tienen el menor interés en la coronación canónica de su Virgen, y mucho menos todo cuanto lo rodea: que si pregón, que si cartel, que si marcha, que si altar estacional, que si procesión extraordinaria con su correspondiente papeleta de sitio pintada por un artista amiguete... Vamos, que en materia de coronaciones marianas, me quedó con lo mejor que han dado: la marcha "Coronación de la Macarena" de don Pedro Braña. Esa marcha sí que la declaraba yo Patrimonio de la Humanidad Sevillana y Macarena...

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