ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla  24 de febrero de 2017
                               
 

Sanseacabó, coplero

De pronto, en la noche del concurso del Carnaval, bombonera de coplas del Teatro Falla, se hizo un extraño silencio. De respeto y de expectación. Como de plaza de toros. Sí, como cuando un torero cuadra un toro y va a ejecutar la suerte suprema. Desde lo alto de aquellas tablas, como Napoleón en las pirámides, 50 años de Carnaval nos contemplaban. Cantaba "Ley de vida", la comparsa de Antonio Martín. Y sin que olieran los gritos a la yerbabuena de la difunta María, de pronto la solera de las viejas voces de los comparsistas veteranos (Catalino, Mac Gregor, Caracol, Perico, Mayones y Gallego), vertidas en los odres nuevos de los chavales que marcan el después de aquel Carnaval de los "Soplos de vida" de antes, rompió a cantar la comparsa su segundo pasodoble: "Perdóname, Cádiz mío,/pero esta es la última noche,/ ya lo tengo decidío,/ no me hagas ningún reproche./ Aquí termina la historia/del niño de San Vicente,/del canastillo de gloria,/ placita de la Cruz Verde..."

La suerte estaba echada. Como César cruzó el Rubicón, las coplas de Antonio Martín cruzaban por última vez el Río Arillo del Falla. Se retiraba "del tanguillo gaditano,/del cargador más gitano,/ del parlamento del Gavilán,/ del barrio la Viña, de los compases chirigoteros,/ de la Rosariyo, de la Carmela y de los te quiero". La última copla, la última noche. ¿El último tango en París? No, el último pasodoble de Antonio Martín en el Teatro Falla, que ha sido su vida y su muerte, te lo juro, compañero, porque El Niño de la Calle San Vicente es mi compadre de Carnaval y he vivido allí con él noches de gloria de "Buscavidas" y pregón en la Plaza de San Antonio y también horas para ser olvidadas cuando "Los contrabandistas" tenían que llevar de matute un alijo de belleza ante una fiesta que no sólo no le daba sitio a su arte, sino que hasta renegaba de él.

Ay, compare del alma, compare... Yo que desde 1968 al oír el "ubi sunt" al tanguillo gaditano de "Los mayordomos" me hice martinista convicto y confeso, sentí lo que media afición al escuchar tu adiós: que el tiempo se me venía encima; que 50 años me caían en lo alto como una losa de nostalgias. Desde 1968... Algunos presumen que en Mayo del 68 estaban en París corriendo delante de los guardias. Yo tengo como un honor que en Mayo del 68, como enviado especial de ABC, estaba en el Cádiz de las Fiestas Típicas, pero no corriendo delante de los guardias, sino tras la comparsa de Antonio Martín, de La Bombilla al Anteojo de Pepiño, para escuchar sus coplas. Aquel año me lo presentó Vicente del Moral. Y cuando en una conferencia en la impagable Peña La Estrella, que mantuvo la llama de verdadero Carnaval en las Fiestas Típicas cambiadas de febrero a mayo, me preguntaron desde cuándo conocía a Martín, respondí, cantiñeando: "El tanguillo gaditano/se está perdiendo/y es una pena". El tanguillo gaditano está ahora en toda su plenitud y gloria, con Julio Pardo, con Rafael Pastrana, con tantos coristas buenos. Las que no es que se estén perdiendo, sino que se han perdido, como el barco del arroz, son las coplas de Antonio Martín en el Carnaval. Nos hemos quedado sin el agua clara de sus versos cantados, que hacían encajebolillos de inspiración. Pero en la memoria, su mar de coplas seguirá en la marea llena de "Caleta", proclamando la suerte de poder gritar que nació caletero este viejo Niño de la Calle San Vicente que ahora se retira.

¿Como un coplero? No, como un torero. Antonio Martín se ha retirado como lo hacen los grandes: sin anunciarlo. Como Curro Romero se retiró en La Algaba. Romero, aquella noche de octubre del 2000, le dijo por la radio a Fernández Román: "Fernando, que la de hoy ha sido la última, que me he ido ya de esto". Esta noche de febrero de 2017, Antonio Martín, le dijo al Carnaval, cantando: "Perdóname, Cádiz mío,/ pero esta es la última noche,/ ya lo tengo decidío". El arte grande cae siempre del mismo lado. Lo digo yo, que soy currista y martinista y me he quedado sin Romero y sin Martín. Qué pocas ganas de ir a los toros, qué poquitas ganas de escuchar Carnaval después de esta noche... Y sanseacabó.

 

LA ULTIMA NOCHE: el último pasosoble cantado por la comparsa de Antonio Martin "Ley de Vida" en el concurso del Carnaval de Cádiz, Teatro Falla, 20 de febrero de 2017

Letra y música: Antonio Martín García

VIDEO:https://www.youtube.com/watch?v=3ItRuxmUqdE

LETRA:

Perdóname, Cádiz mío,
pero esta es la última noche,
ya lo tengo decidío,
no me hagas ningún reproche…
Aquí termina la historia
del niño de San Vicente,
del canastillo de gloria,
placita de la Cruz Verde…
Del tanguillo gaditano,
del cargador más gitano,
del parlamento del Gavilán,
del barrio la Viña, de los compases chirigoteros,
de la Rosariyo, de la Carmela y de los te quiero…
De la vida entera en una guitarra,
de la rosa que le partiera el alma,
de los versos robados a ese poeta,
de la copla al tres por cuatro,
del pregón de la Caleta…
De aquel niño que
hace medio siglo ya
aquí te empezó a querer…
El que te cantó
—con el corazón—
gaditaneando
—adiós—
y al decirte adiós con el corazón te dice llorando:
déjame que vuelva junto a mis hijos y con mi mujer,
no haga más difícil, Cádiz del alma, esta despedía,
yo te juro que te he entregado todo lo que tenía
y aunque ya me vaya, de noche y día,
si tú me llamas te rondaré
igual que el Levante por tus esquinas, ay, tierra mía,
ay, tierra mía, ay, tierra mía

 

 

CorreoSi quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico  Correo  

         
 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio