La Puerta de la Carne es de chicle
En la censura inflexible que es la mal llamada Ley de la Memoria Histórica, vengativa y demagógica reescritura del pasado, de modo que los vencedores sean los vencidos y viceversa, no tenían que haberle quitado el nombre a la Glorieta del Alférez Provisional que estaba en Los Remedios, a la salida del puente del mismo nombre (antiguo del Generalísimo) y a la entrada de la avenida de Carrero Blanco (ahora rotulada Presidente Adolfo Suárez aun con la oposición de su propia familia). Para ahorrar en rótulos, en vez de ponerle "Glorieta de las Cigarreras" (que nunca pasaron por allí, porque la Fábrica de Tabacos estaba en la calle San Fernando y llegaban en falúas desde la orilla trianera del Puerto Camaronero), tenían que haber borrado sólo lo de "Alférez" y mantenido "Provisional". Y dedicarla a los mercados provisionales de Sevilla. En la ciudad de las arquitecturas efímeras, no hay nada que dure más que una plaza de abastos provisional. En La Encarnación, ya lo vieron. Antes de meterlos en los bajos de Las Setas (y de costarnos un dinero que hay que pagar a Sacyr) los antiguos puestos del mercado mandado construir por el Rey José sobre el solar del convento de tal nombre ostentaron durante decenios un rótulo cerámico que era una radiografía del aquì-me-las-den-todas de Sevilla: "Mercado de la Encarnación. Instalaciones Provisionales. 1973".
Siguiendo esa tradición de las provisionales plazas de abastos, ahora los puestos de la Plaza de la Puerta de la Carne en ruinas, interesantísimo edificio racionalista construido entre 1927 y 1929 con proyecto de los arquitectos Gabriel Lupiáñez Gely y Aurelio Gómez Millán, se han tirado provisionalmente creo que 22 años en la antigua estación ferroviaria de San Bernardo, vulgo de Cádiz. Salió el último tren tras las mejoras y soterramientos de la Expo y entró el primer puesto de verduras expulsado de la Puerta de la Carne. Y así hasta ayer por la mañana, inauguradas y puestas en servicio las instalaciones definitivas, mientras que la inmensa marquesina de vitrales de la antigua estación de los Ferrocarriles Andaluces servirá para una cosa que anda que no hay ninguno en Sevilla: un gimnasio. ¿Cuántos gimnasios hay ya en Sevilla, Dios mío de mi alma? ¿Más que clínicas dentales o menos que clínicas dentales?
Con esto del traslado de los puestos del antiguo Mercado de la Puerta de la Carne ha pasado algo muy divertido. No sólo han trasladado a San Bernardo los puestos del mercado, sino el mismo nombre de la Puerta de la Carne. En vez de ponerle a lo nuevo "Mercado de San Bernardo", que sería lo suyo, o "Mercado del Prado", no se han quebrado la cabeza y lo siguen llamando como cuando estaba a la bajada del Puente de los Bomberos: "Mercado de la Puerta de la Carne". O de las puertas de la Carne. En todas y cada una de las entradas al restaurado edificio han puesto "Puerta de la Carne". ¿Es de chicle la Puerta de la Carne y se estira hasta donde haga falta? Pues debe de serlo, porque llega desde el Puente de los Bomberos hasta San Bernardo. Le pasa a este mercado como a otra plaza de abastos, a la antigua del Postigo, que la llevaron donde estuvo el Mercado de Entradores antes de funcionar Mercasevilla, a Pastor y Landero. Ese edificio está construido sobre el derribo del convento (y luego cárcel) del Pópulo. Bueno, pues le pusieron "Mercado del Arenal" a algo que no está ya en El Arenal, sino en El Pópulo, casi al lado de la Puerta de Triana.
La gente tiene todavía memoria de las puertas, derribada la que menos hace siglo y medio. Pero con estas cosas de los mercados y sus nombres vamos a terminar de hacerles un lío. Ni El Prado ni San Bernardo son Puerta de la Carne. El derribo del Equipo Quirúrgico no es Puerta de la Carne. Todo eso es, o bien Prado, o bien San Bernardo, barrio cortado en dos por la vía del tren, que se unía por un túnel bajo ella. De donde saco en conclusión la del título: la Puerta de la Carne es de chicle. A este paso, la Plaza de España estará en la Puerta de la Carne. Pero en la mismísima Puerta de la Carne. Más o menos como el nuevo mercado de la estación de San Bernardo.
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