ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 8 de julio de 2017
                               
 

Objetos perdidísimos

De vez en cuando leemos en los periódicos o vemos en un reportaje de algún informativo de la tele que algún Ayuntamiento saca a subasta los objetos perdidos y depositados en sus oficinas, y nunca reclamados por sus propietarios. Aparte de los habituales siete mil millones de paraguas olvidados en los taxis, en estas informaciones suelen aparecer los objetos más insospechados, que te hacen pensar en Miguel Mihura, en Jardiel Poncela, en Cela, en lo mejor del humor literario español. Entre lo perdido y no hallado por sus dueños suele haber, no falla, tres dentaduras postizas, una pierna ortopédica, tres muletas, una gorra de soldado de Aviación, y, por haber, hasta aquella cazuela del tango histórico del Tío de la Tiza que universalizó Chano Lobato metiéndolo a su compás: una cazuela. Sí: "La cazuela que aquí les presento/ es de una sustancia que nadie conoce,/fabricada en Medina Sidonia/el año cuarenta del siglo catorce;/ la tenía Don Diego Zorullo/que era temporero de la Catedral,/se lavaba los pies los domingos/ y luego los lunes hacía poleás".

Menos mal que Chano Lobato nunca perdió en Sevilla la cazuela de don Diego Zorullo al volver de Canal Sur Radio con Jesús Vigorra y Matilde Coral. Hubiera tenido que darla por más perdida que el barco del arroz. Porque me imagino que hubiera ido a preguntar donde te encaminan la Policía Nacional y la Local si denuncias un posible hurto o el extravío de algo querido o útil: a la Oficina del Objetos Perdidos del Ayuntamiento, en la calle Manuel Vázquez Sagastizábal número 3, detrás de la Estación de Autobuses del Prado.

Servidor o alguien de la familia ha perdido o extraviado o sufrido el hurto de objetos en muchas partes del ancho mundo. Y en todas las ocasiones ha acudido, como es lógico, a la oficina local de objetos perdidos. Chapurreando la lengua de que se tratase, en la que te hablaban, en todos sitios nos han preguntado por el objeto perdido y no hallado, del que han tomado inmediata nota en un formulario, preguntando descripción del extravío, día y hora de cuando se echó en falta, lugar, otras circunstancias y, sobre todo, nuestro nombre, documento, dirección y teléfono donde podían avisarnos si alguien lo entregaba en la dependencia de las angustias y las búsquedas. Y, oh milagro, en más de una ocasión, en Zurich concretamente, nos han avisado para decir que hallaron lo perdido.

Pero eso debe de ser costumbre extranjera y no rito municipal sevillano. Aquí vas atribulado a la calle Manuel Vázquez Sagastizábal por si han entregado, ¿que digo yo?, un teléfono móvil que has dejado olvidado como un beso de amante sobre un manchado mostrador, o un monedero que no sabes si perdiste o te lo birlaron en una bulla. Y en la Oficina de Objetos Perdidos del Ayuntamiento se limitan a decirte:

-- No, no han entregado nada de eso. Tome usted esta dirección de Internet y mire allí dentro de quince días, a ver si alguien lo ha entregado, porque lo que traen solemos ponerlo con su foto en ese sitio.

Y no está mal, ciertamente, la Oficina Virtual de Objetos perdidos a la que se accede desde www.sevilla.org, la web del Ayuntamiento, donde publican lo entregado de cuanto hallaron en la vía pública, en los autobuses municipales, en los taxis, en el metro, en el tranvía o en el aeropuerto. Pero si como al que le toca el gordo ves que aparece allí la foto de tu monedero o tu teléfono móvil, ¿cómo demuestras en la Oficina de Objetos Perdidos que es el tuyo, si no tomaron nota de tu nombre, ni de lo reclamado, ni apuntaron tus señas, ni te pidieron el DNI para formular una denuncia de extravío, tal como antes hizo la Policía Nacional? Ah, misterios de Sevilla. Los duendes famosos de Sevilla también están en la Oficina de Objetos Perdidos. Sevilla misma creo yo que está en la Oficina Municipal de Objetos Perdidos, por eso nos cuesta cada día más trabajo encontrarla. Aunque lo más perdido es la propia Oficina. Si todo se resuelve por Internet, ¿por qué perdemos nuestro dinero manteniendo unas dependencias donde no te toman nota de nada y te remiten directamente a Internet (de no muy buenas maneras por cierto)?

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