ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 20 de julio de 2017
                               
 

Los miarmas

Hay embustes, trolas, mentiras, mentiras piadosas, falsedades...e informaciones que se difunden por Internet, por las redes sociales o por los teléfonos móviles, fundamentalmente a través de las listas de WhatsApp. ¿Quién no está apuntado o a quién no lo han apuntado, a su pesar, en una lista de WhatsApp, donde los que no tienen otra cosa que hacer se entretienen perdiendo el tiempo al propagar entre sus amigos, conocidos y demás parientes y afectos toda suerte de paparruchas y ocurrencias, aunque a veces, la verdad, te llegan algunos textos llenos de ingenio, que son para tirarse de risa o para comprarle todos los paquetes de pañuelos de papel a Jackson el de la Plaza de Armas y hartarte de llorar? Y más sobre las listas de WhatsApp: está mal visto y al parecer es una falta de educación darte de baja si te han apuntado sin consultarte, por muchos coñazos que te peguen. Es como si le hicieras de menos a todos esos que reciben las mismas tonterías, pero con mayor resignación. Tanta, que ni rechistan e incluso ellos mismos se dedican de vez en cuando a difundir un texto que han recibido y que maldita la gracia que tiene.

Pues bien, por uno de estos métodos, y quizá al hilo de las tablas del imperativo "iros" admitido por la Real Academia según exitoso anuncio de Arturo Pérez-Reverte, se ha difundido que el Diccionario ha admitido, y tal como escribirse suele, la palabra "miarma". No "mi alma", no, que es una cosa muy distinta e incluso suena a oración de Santa Teresa o San Ignacio. Lo que te aseguran con pleno convencimiento es que la Real Academia, como "toballa", "almóndiga" o "culamen", ha admitido oficial y solemnemente la palabra "miarma", tal como queda aquí escrita (en plan "sordao", "esparda" y "mardita sea tu arma" del maestro de Muñoz Seca). No te comentan los abducidos por las redes y los guasaps la primera acepción que el DRAE supuestamente daría de "miarma"; si es que la cosa va por las difuntas Estrellita Castro, Antoñita Colomé o Marujita Díaz, a las que no se les caía esa expresión de la boca y la prodigaron en el cine folklórico español de la época. Pero lo que sí te aseguran es que hay una segunda o tercera acepción de esa voz, de la que el Diccionario (siempre según la trola internáutica y cibernética en circulación), afirma tajantemente algo así como "Dícese de los sevillanos". O sea, que gentilicio con guasa gorda tenemos.

Naturalmente que la aceptación de "miarma" por el Diccionario es más falsa que un billete de 25 euros, pero voy a la cuestión en sí, a esto que a los sevillanos nos da tanto coraje: que por ahí, y especialmente en las provincias limítrofes, nos llamen despectivamente "los miarmas". No sé por qué nos llaman "los miarmas", si son muy pocos los sevillanos que usan esa expresión de "mi alma" para dirigirse a alguien. Es totalmente injusta. Porque el sevillano, a su vez, no usa gentilicio despectivo u ofensivo alguno contra sus vecinos. Cela hizo una recopilación de los gentilicios ofensivos, con guasa gorda, que los pueblos españoles usaban para meterse con los del pueblo de al lado. No creo que en ese censo viniera gentilicio alguno despectivo que los sevillanos aplicáramos a los de Cádiz, Huelva, Córdoba o Jerez que nos llaman "miarmas". Y no sólo en las capitales de esas provincias, ya saben, los celos administrativos y políticos ante la Junta y ante el Gobierno central. Hasta en los pueblos nos dicen "los miarmas". Especialmente, en los costeros. En esas playas que de hecho viven del veraneo de los sevillanos, estamos hartos de escuchar a los naturales del lugar en cuanto comienzan las calores:

-- Ea, ya están aquí los miarmas.

Los miarmas somos nosotros. A mí, que me registren. Y a usted, que lo registren también. Sé que usted en la vida ha dicho "miarma" para dirigirse a nadie, porque usted no es una folklórica de las antiguas ni un "grasioso" profesional de los actuales. Pero ese es el sino que nos ha caído a los sevillanos, miarma...

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