ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  30 de noviembre de 2018
                               
 

El juez Serrano

Durante toda la campaña electoral más anodina de nuestra historia autonómica, la que más al pairo ha traído a todos, hemos estado jugando con una baraja con cuatro ases, cuatro retratos de candidatos, a saber: Susana Díaz, Juanma Moreno, Juan Marín y Teresa Rodríguez. Han sido durante la campaña, en encuestas de valoración de líderes y en debates de TV a cuatro de tres al cuarto (que no ha visto casi nadie), como los cuatro picadores del pañuelo de la novia de Reverte. Hasta que ha llegado Vox y ha roto esa baraja de cuatro ases, y ha escrito un popurrí de la sevillana de la novia de Reverte: "La elección de Susana/tiene un pañuelo/con cuatro candidatos,/ Serrano enmedio". Serrano. Como el apellido de la saga de fotógrafos de ABC que ya va por la tercera generación. Serrano. Como Gregorio Serrano, mano derecha de Zoido en el Ayuntamiento y luego en el Ministerio del Interior, a quien tras la moción de censura le armó el PSOE la pajarraca por cuestiones de alojamiento en Madrid. Serrano. Como el "Serrano, ¿me das candela?" del "Ojos verdes" de Rafael de León y del exiliado Salvador Valverde, poema al que puso música el también sevillano maestro don Manuel López Quiroga. Serrano. Como el buen jamón, y sin el diminutivo de "serranito" de esa nutricia tapa inventada en Sevilla, quizá por el hostelero artista que los domingos canta en la radio las sintonías al programa taurino de Manolo Molés.

Bueno, ya está bien de exégesis y preámbulos del apellido Serrano, porque quiero dedicarle este artículo, creo que con bastante justicia, a un juez. Al juez Serrano. Al juez readmitido don Francisco Serrano Castro, que es el quinto candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía, que ha formado un lío gordo y puesto en equilibrio inestable todo lo que estaba atado y bien atado por los apalancados en las Cinco Llagas. Serrano es por antonomasia "el juez readmitido" como el otro que nombrar no quiero es "el juez prevaricador". Muchos sentimos simpatía por este profesional del Derecho, que se estrenó como juez en Valverde del Camino en 1990 y en 1998 fue ascendido a magistrado juez de Familia en Sevilla. Sentimos simpatía porque a Serrano le dieron una injusta candela, por citar la copla, como fue que cayeran sobre él todas las maldiciones de una de las dictaduras que padecemos en plena democracia, cual es la del feminismo rampante y tonante. Y algunas veces, tunante. Como en este caso, que por comprender en 2011 cómo es Sevilla y cómo un niño hijo de padres separados quería salir de algo tan tradicional e ilusionante cual paje del Silencio en la Madrugada, se las buscó y le buscaron las cosquillas, sufriendo inhabilitación de su cargo y perdiendo la carrera. Hasta que, finalmente, lo rehabilitó el Tribunal Constitucional, tomando posesión honrosísimamente de su nueva plaza y pidiendo después la excedencia para dedicarse a la abogacía.

El juez Serrano no es nuevo en esta plaza de las candidaturas electorales. Como me cae tan bien por su entereza, su valentía y el suspenso que le dieron en Cobardía y en Ojaneta de la Papeleta, asignaturas donde tantos políticos de la derecha, de la derechona y de la derechita sacan sobresaliente, confieso que voté al juez Serrano para senador en las últimas generales. Y a mucha honra. La que ahora defiende en la campaña, como ese quinto candidato ignorado y silenciado, al que dicen peyorativamente de "la ultraderecha" los mismos que no se atreven a decir que Teresa Rodríguez es la peligrosísima "ultraizquierda". Serrano es el quinto as de la baraja de las elecciones del domingo y no le da el timo de las tres cartitas a nadie. El juez Serrano, con su partido Vox, defiende sin chaqueteos todo aquello que a otras derechas les da vergüenza proclamar: la Unidad de España, la Monarquía, la Constitución, la Bandera, el derecho a la vida del "nasciturus", la familia, los valores cristianos. Hago mías las palabras finales de ayer de mi dilecto Ignacio Camacho: las derechas "se han acostumbrado a perder y ahora al menos quieren consolarse con un grito". Votando a alguien, como el juez Serrano, al que no le dé vergüenza proclamar y defender todo nuestro código de valores.

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio