ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  18 de febrero de 2019
                               
 
Cartel de "Toros en Sevilla" de 2019, obra de María Gómez

Pañuelo verde para un cartel

Sé que segunda partes nunca fueron buenas, y mucho menos efectivas. Pero por intentarlo y por recoger las "voces del tendido", que no quede. No quiero ir de jartible, pero vamos a seguir hablando del Cartel del Mamarracho Anual de "Toros en Sevilla", donde ni Chicuelo es Chicuelo, ni la chicuelina es la chicuelina. Y no lo digo yo, sino la propia familia del que nació en la calle Betis "para hacer más bello el arte de torear", como reza el azulejo que recuerda la casa donde vino Manuel Jiménez al mundo sevillano de la vida y del toreo. Lo que aquí pedimos se trata ni más ni menos de que a ese cartel presuntamente dedicado como homenaje a Chicuelo le saque la Real Maestranza pañuelo verde, no sea editado, y que pase directamente a los corrales de la colección del Real Cuerpo en los salones bajos de la plaza, pero que no vea papel ni sea reproducido en los cartones del abono y luego en las localidades que han recuperado un nombre tan clásico, antiguo y bello como "Sombra Alta" en vez de Gradas. Mejor que todo lo que han dicho las lenguas de doble filo y los verdaderamente aficionados y entendidos en Arte y en Tauromaquia es lo que en las Lecciones Magistrales del Aula Taurina (que patrocina muy generosamente por cierto la propia Real Maestranza de Caballería editora del cartelito dichoso), el nieto de Chicuelo lo ha expresado en un acto de homenaje en el centenario de la alternativa del torero sevillanísimo, de manos de Juan Belmonte:

--El cartel no le gustaría a mi abuelo. Parece que le han dado con una tabla en la cara. A la familia no nos gusta.

No se trataría del primer caso de retirada en la Muy Cartelística Ciudad de Sevilla, donde cada día alguien edita un cartel de algo o pronuncia un pregón anunciando lo que sea, sagrado o profano. (Ya sólo nos falta que Casa Ricardo organice el Pregón de la Croqueta, que no estaría nada mal). No se trataría del primer caso de un cartel que ante las protestas del público no llega a ser impreso una vez pintado y presentado, porque recordarán lo ocurrido con el cartel de la Navidad de la Asociación de Belenista, en el que el artista, en vez de pintar a San José, la Virgen, el Niño, la mula, el buey y el portal, lo clásico, dibujó un ángel parguelón. No, no era por homofobia por lo que aquel cartel se echó atrás: era porque para no meterse en la discusión bizantina del sexo de los ángeles, los belenistas acordaron hacer caso a las "voces del tendido" y no mandarlo siquiera a la imprenta o, si estaba impreso (que no recuerdo), no distribuirlo ni mucho menos exhibirlo donde pudiera servir de escarnio. Vamos, de cachondeo.

Me consta que algunos prestigiosos e ilustres aficionados veteranos se han dirigido al teniente de hermano mayor de la Real Maestranza, a don Santiago de León, para expresarle su justificado horror ante el cartel, y el desconocimiento de su autora sobre la Fiesta. La verdad es que el toro parece un búfalo de las llanuras americanas de las películas de indios y combois. Estos aficionados le han hecho considerar al teniente que ni el toro parece un toro, ni el torero tiene nada que ver con Chicuelo, ni el lance es una chicuelina, ni la plaza es la de Sevilla. Otros le dicen al teniente que podían haber mirado antes del encargo en Internet, en la dirección www.artemariagomez.com/1990-2000.aspx , para conocer qué pinta María Gómez Lorenzo y lo inapropiado de encargarle nada de toros. Y piden otros aficionados que le sacan pañuelo verde al cartel. Y que como el de María Gómez era el primer sobrero, una vez fallecido el pintor del encargo inicial, que saque la Real Maestranza el segundo sobrero. Que sería, oh maravilla y acierto, la reproducción de cualquiera de los magníficos carteles históricos de la espléndida colección del Museo Taurino de la plaza. Seguro que hay alguno con una chicuelina como Dios manda. Porque el que han presentado no se lo merecen ni Chicuelo, ni el prestigio de la plaza de Sevilla, ni la Real Maestranza, su benefactora propietaria, ni la entendidísima afición de nuestra tierra.

SOBRE ESTE TEMA, EN EL RECUADRO, "CARTEL PARA CHICUELO"

"NO ES CHICUELO"

 

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