ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  29 de abril de 2019
                               
 

Continuamos para bingo

Pues lo mismo que Helenio Herrera se gloriaba de que ganaba los partidos sin bajarse del autobús ha habido quien ha ganado las elecciones sin bajarse del Falcon. Y usted sabe quién es: el que parecía que se podía echar, pero que estaba agarrado al poder como una lapa a la Piera Cuadrá de La Caleta gaditana. Y si se ha bajado del Falcon, ha sido muy poco, casi nada, en los dolorosos "viernes sociales" de una Cuaresma de tirar el dinero público y hacer la mayor demagogia que vieron los siglos. Así que continuamos para bingo. Usted sabe a qué bingo me refiero. Al bingo de que esto se va al garete. Hablo tristemente de la nación española, del indulto y glorificación de los golpistas separatistas, de la ruptura de la concordia alcanzada por la Constitución de 1978, de la unidad de una Patria de ciudadanos libres e iguales y, hasta de la propia forma de Estado, que es la que pretenden cambiar los que seguirán exigiendo, y exigiendo, y exigiendo a quien mantienen en el Gobierno Frankestein y sus adversarios llamaban Felón.

Hay que reconocer que no consiguieron echar a Sánchez, sino, por el contrario, robustecerlo en el poder, y ahora, encima, con todas las bendiciones de la urnas. Sánchez llegó al poder por la puerta de atrás de la Carrera de San Jerónimo, gracias a la carambola a varias bandas (entre ellas la del Empastre) de una moción de censura apoyada por los enemigos de España. Ahora no sólo no ha funcionado el "Sánchez, vete ya" que se le corea a los malos entrenadores, sino que se le afianza en su locura de poder con todas las garantías democráticas de las urnas y con un número de diputados que ya los hubieran querido tener muchos. "Y quien dijere lo contrario miente", por rubricarlo con frase cervantina. Y esto no se va a quedar así. ¿Se imaginan lo que pueden ser las europeas, autonómicas y municipales del 26 de mayo?

Algo muy malo ha tenido que hacer España para merecer esto. Este castigo. Como en el "María de la O" de Estrellita Castro: "Castigo de Dios,/castigo de Dios,/es la crucecita que llevas al hombro". Menuda cruz, hecha sobre lo que parecía una efímera raya en el agua y ha resultado ser la preferencia de los indecisos, de los que tanto se habló en los últimos días. ¿Indecisos? ¡Pues anda que no tenían bien decidido su voto los tíos!

Y el batacazo del PP. Y, con él, el de las tres derechas, imposibles de sumar nada. Se creían que todo iba a ser como en Andalucía, pero no todo el monte español es orégano. Casado ha quedado como Susana en Andalucía, aproximadamente, pero sin haber ganado como ella, sino todo lo contrario: con una participación increíble en tan buen día de sol, de terraza con tapitas y de playa.

-- ¡Pues anda que está usted optimista, maestro!

Es como para estarlo, a la vista del escrutinio, a la vista de que la solución no estaba en sumar PP con Ciudadanos y con Vox, como se hizo en Andalucía para acabar con el Régimen. ¿Acabar con el Régimen? No tenemos perspectiva todavía con estas negras luces de la noche electoral de primavera en que escribo, pero si aquí en Andalucía acabamos con un Régimen, como fue el socialista andaluz, en España hemos inaugurado otro, cual el de Sánchez y el modelo de Estado que le impongan los que lo apoyen para que le siga sirviendo el colchón nuevo de la Moncloa. No sabíamos que ese colchón era no para dormir, sino para asegurarse el número de diputados con que seguir haciendo de su capa un sayo y poniendo a la economía española a los pies de los caballos.

El papelón ahora lo tiene Moreno Bonilla de cara a España entera. Tras el cataclás gordo de Casado, aquí de hecho no va a quedar más oposición que la de las tres derechas que gracias a Dios gobiernan en Andalucía. El único contrapoder de La Moncloa estará en San Telmo, entregaditos todos los que pudieran poner las peras al cuarto a Sánchez. Que ayer hizo línea. Lo malo es que continuamos para bingo. Y qué bingo.

 

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