ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  16 de septiembre de 2019
                               
 

El Hospital Militar

Está en Pineda, en los terrenos militares que tras la guerra pasaron de Dos Hermanas a integrarse en el término municipal de Sevilla. Le pusieron "Vigil de Quiñones" en memoria del heroico médico militar que resistió en Baler con los últimos de Filipinas. Los que lo conocieron funcionando aseguran que no tenía nada que envidiar al Virgen del Rocío, o al Hospital de San Juan de Dios en Bormujos, quizá lo más avanzado en la red del SAS. Hablo del Hospital Militar. Anteriormente, en la Sanidad militar, cada Ejército tenía su propio hospital. El Ejército de Tierra tenía el suyo en Pineda, cerca del hipódromo, por lo que todavía hay en la pista de carreras una que llaman "curva del hospital". Que antes había estado en un ala del Hospital Central de las Cinco Llagas, en el edificio actual del Parlamento. El Ejército del Aire tenía su hospital en el Sector Sur, el que había sido Pabellón Vasco en la Exposición Iberoamericana de 1929. La Marina, con escasa presencia en Sevilla, sólo en la Comandancia y en la Torre del Oro, su buque de piedra medieval, no tenía aquí hospital propio, y los enfermos eran desviados al Naval de San Carlos en San Fernando. Luego se reformó y unificó la Sanidad Militar, y se creó un solo cuerpo, prescindiendo cada Ejército de sus propios servicios e instalaciones.

Así se construyó el magnífico Hospital Militar de Pineda, que se inauguró el 28 de junio de 1980. Ya digo, sin nada que envidiarle al cercano Valme. Un edificio de 12 plantas con la tecnología médica más avanzada, helipuerto y capacidad para 750 camas, 240 habitaciones individuales, 29 especialidades médicas y 5 quirófanos en sus más 83.000 metros cuadrados. Leo en una revista: "Estaba destinado a atender a militares profesionales, sus familias y soldados de reemplazo que sufrían lesiones durante sus actividades militares. En él, no había saturación en urgencias ni 3 camas para pacientes por habitación, como ocurre actualmente en hospitales sevillanos tan conocidos como el Macarena. Todo un "lujo" en cuanto a asistencia sanitaria se refiere si comparamos la situación que se vive actualmente en la Sanidad andaluza con listas de espera interminables para las intervenciones quirúrgicas o la realización de pruebas de diagnostico complementarias".

En su política de Sanidad, el Ministerio de Defensa, que dijo que el centro "era demasiado grande y caro", le largó en 2004 el maravilloso Hospital Militar a la Junta, para que lo integrara en el SAS. No "gratis et amore". La Consejería de Salud, en 2004, abonó al Ministerio de Defensa 6 millones de euros, además de 28,6 millones en concepto de prestaciones urbanísticas. Pero la Junta nunca lo volvió a poner en funcionamiento, chirrín, chirrán, aduciendo que necesitaba reformas. El proyecto de la Junta para remodelar el Militar contemplaba una inversión de 44 millones de euros, cuando aquello funcionaba perfectamente hasta el último día que estuvo abierto. Me acuerdo en este punto de lo que dijo Marcelino Camacho tras la muerte de Franco, al exigir el patrimonio para Comisiones Obreras: "Queremos el edificio de los Sindicatos Verticales en el Paseo del Prado con los ascensores funcionando". El Hospital Militar estaba así, con los ascensores funcionando y los quirófanos abiertos. Pero la Junta lo abandonó durante quince años, nunca se supo por qué, y lo convirtió en una especie de deposito de recambios, de donde fue sacando cuanto quiso para reemplazar elementos deteriorados o averiados en otros hospitales andaluces. Y luego vinieron, ay, los chatarreros, los ladrones de cobre, los que desvalijan y saquean todo lo valioso de un edificio abandonado. La Junta del Cambio, con toda buena intención, anunció en julio que la reapertura del Militar era una prioridad del Gobierno de Moreno Bonilla. Pero el Militar se encuentra como si hubiera estado en primera línea de frente en Bosnia. Inservible. Para volver a abrirlo, habrá que rehacerlo por dentro todo nuevo y reponer todos los costosos equipos. ¿Y nadie es responsable en la anterior Junta, ni Susana, ni Griñán ni nadie, de la falta de vigilancia que ha permitido el saqueo durante quince años del ahora inservible Hospital Militar, que cualquiera sabe cuándo se volverá a abrir en esta Sanidad de las listas de espera?

 

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