ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  23 de noviembre de 2019
                               
 

Más sobre el arte de la cola

A propósito del pasado y ya casi olvidado festival de la MTV en la Plaza de España y en La Cartuja, hablé el otro día de la cultura de la cola, que empezó en el ya lejano 92 con las que se formaban ante sus pabellones, y que tiene su diferencia con la bulla porque no hay ni tantos niñatos, ni sillitas de los chinos estorbando, ni aforos del CECOP que valga. Y ponía los ejemplos de las tradicionales colas del besamanos de La Macarena, del Gran Poder o la de las taquillas de los toros. Ahora las colas son muy tranquilas y llevaderas, sin voces ni escándalos. Todo el mundo está con su móvil dale que te pego, igual que pasa en las casas en las mesas de camilla, que las familias ni se hablan, cada uno trasteando con su teléfono.

Sin remontarnos al precedente antañón de la Cola del Petróleo, habría que inventar un refrán sevillano: "Dime en qué cola estás y te diré quien eres". Como estas colas nuestras de cada día, que nos señala un amable lector que nos da el jornal ganado:

La cola de los abonos del campo del Betis. ¡Esa sí que es una señora cola, que dura desde la tarde del día antes para coger uno de los pocos carnés que ponen a la venta!

La cola sentada del médico de familia en el centro de salud, que te dan un número para las 10:08 por ejemplo, y tienes que estar preguntando qué hora tiene el que está dentro, para saber el retraso y lo que te queda de espera.

La cola de las cajas de Zara, en las que siempre hay quien dice: "Pues en la caja del piso de arriba no hay cola".

La cola de la lotería del Gato Negro o de Sagasta, la de los millones, en las jornadas previas al Gordo de Navidad.

La cola para entrar al teatro, cuando las entradas son numeradas, pero queremos entrar los primeros no vaya a ser que se lleven la butaca.

La cola con el niño para pedirle un autógrafo o un selfie al futbolista de turno y cuando le va a tocar, se va el tío.

Las colas que se formaban ante la FNAC, cuando estaba en la Avenida, para sacar entrada de los conciertos de los grupos de moda.

La cola para trincar un velador en la calle cuando llegan las calores o para comerte una de caracoles, estando de pie una eternidad esperando que te toque el turno de mesa sin mantel.

Y la cola para coger el autobús desde el Real de la Feria en la puerta del Mercantil o la cola para los taxis de la Portada, ¿donde me las deja usted?

La cola en la cabezada después de la misa de difuntos en la parroquia, donde se despide el duelo, si es que no forma la habitual bulla de rebujón de los que entran por un lado y los que lo hacen por el otro hasta el primer banco de la familia.

La cola de los abrazos, besos, manoseos y felicitaciones efusivas al que acaba de dar un pregón. Cola de categoría...y de falsedades: "Enhorabuena, ha sido muy sevillano"

La cola en Palacio de hermandades para solicitar la venia de una Salida Extraordinaria para celebrar cualquier aniversario o aniversarillo de lo que sea preciso, cola en la que se sueña con los inevitables cartel, pregón y marcha.

Y de colas motorizadas mejor no hablar, pero la que se lleva el premio San Juan de la Palma es la cola del Lagoh, que bate récord, que hasta los trabajadores llegan tarde a su turno que sea.

Por último, las colas virtuales, como cuando quieres ver un espectáculo y avisan que las entradas se pondrán a la venta en tal página web tal día a tal hora y allí está media Sevilla pegada al móvil o al ordenador, para coger el mejor sitio si antes no se ha colgado la página, "acolapsada" como La Palmera de Don Manué.

Si nos gustará una cola, que preguntas a un sevillano novelero en una cola: "¿Esta cola para qué es?". Y te contesta: "No lo sé, pero tiene que ser algo importante por la de gente que hay, y me he puesto aquí para no perderme lo que sea". Y si es gratis, cueste lo que cueste...

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio