ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  7 de mayo  de 2020
                               
 

Y al final vino la UPE

Todavía no ha empezado la llamada Fase 1 de la Desescalada que Sánchez llama "nueva normalidad". Pero me quedo con lo que dice Rafa Nadal, con muy buen criterio: se conforma con que sea normalidad a secas. La normalidad de siempre. Quizá no haya nada más anormal que la "nueva normalidad". Me duele la boca de decir que ni es nueva ni es normal. Todavía no ha empezado la Fase 1 de la Desescalada en esto de que Sánchez haga un sayo con su capa y mangas y capirotes en los nombramientos y bacalás con el Estado de Alarma. Y hay que reconocer que éxito, lo que se dice éxito, que no ha sido, sino un pifiazo la Fase Cero. ¿Se han dado una vuelta por Sevilla, en las horas del tramo horario que le corresponde a su edad, naturalmente, sin alejarse un kilòmetro de su arresto domiciliario? Pues si se han dado esa vuelta, o le han preguntado a amigos y conocidos de cómo estaban las cosas por su barrio, la realidad es que han abierto poquísimos pequeños comercios de los que podían hacerlo, previa cita y reserva por teléfono. Vamos, como si una ferretería fuera el médico del Centro de Salud o Jaylu. Y nada digo de los pocos bares y restaurantes que han limpiado y desinfectado sus cocinas para hacer comida para llevar, también previa llamada de encargo, y tras las muchísimas dudas del Gobierno: si las croquetas y la ensaladilla que pedías tenías que ir tú a recogerla o te la llevaban ellos a casa. Esa ha sido la triste y cruda realidad de la Fase Cero.

No sé en otras ciudades de España, pero en Sevilla, la Fase Cero ha sido un pequeño gran fracaso, con los cierres echados de comercios que podían haber estado perfectamente abiertos. Pero como entonces el personal cesante podía perder las ventajas de los ERTE, y los dueños sabían que, con la gente recluida todavía a la fuerza en su casa, nadie iba a ir a comprar, pues ya me contarás. Sólo se han salvado quizá las heroicas librerías que han abierto, a las que habría que concederles un premio Cervantes a modo de laureada colectiva. Y las ferreterías. ¡Las ferreterías sí que han tenido éxito! ¿Tantas lijas del número 3 hacían falta, tantos tornillos, tantas puntillas? Ah, claro, por las tardes de "bricolage". Hartos de ordenar armarios, la gente se tenía que entretener en algo, y nada mejor que un poquito de "bricolage" para arreglar esa cajón roto y pegarse de paso un martillazo bueno en todo el dedo gordo.

Pero los que verdaderamente han salvado la Fase Cero de la Desescalada han sido las atareadísimas peluqueras de señoras y los abnegados barberos. Con todo respeto para los Infantes de España, haré un popurrí de su glorioso y honroso himno: "Pero nos queda la fiel Peluquería". En algunas peluquerías de señoras hay listas de espera más largas que las renovaciones del Estado de Alarma. De la Fase Cero, lo más ansiado, buscado, solicitado y apuntado en lista de espera ha sido la peluquería de señoras y la barbería de caballeros. Por cierto, ¡qué palabra más bonita, "barbería"! ¡Fígaro, Fígaro! Dije en broma, cuando absolutamente todo estaba cerrado, que igual que de la utilísima y patriótica Unidad Militar de Emergencias, UME, íbamos a tener que echar mano de la UPE, la Unidad de Peluqueros de Emergencias, de las pelambreras que teníamos los caballeros y de las necesidades de tinte de las señoras. Y como la Naturaleza imita al arte y la función crea el órgano, ahí ha venido como el Séptimo de Caballería la UPE, para salvar la Fase Cero de esta anormalidad de la marcha hacia la mayor anormalidad del peor Gobierno ante la peor crisis. Para colas, las de las señoras para teñirse en las unidades de la UPE, y no las de Mercadona en los primeros días del confinamiento... ¿Y dónde me quitan a esos barberos disfrazados de astronautas para cumplir con Sanidad, con su mono protector, su pantalla de metacrilato por la cara y su mascarilla! Pues mucho más avío nos han dado todavía a los que desde la Cuaresma teníamos tales pelambreras que nos recordaban aquel soniquete de nuestra infancia: "¡Y no tiene pelo! ¡Boooooooo! Pues no se pela porque no le da la gana, porque pelo tiene con ganas". Si se van a dar condecoraciones por actuaciones humanitarias en la crisis del Covid, me pido una medalla para este UPE que le ha salvado a Sánchez el fracaso gordo del petardo de tantísimo pequeño comercio que podía ya abrir, pero que ha permanecido cerrado en la Fase Cero.

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio