ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 18 de junio  de 2020
                               
 

Derribar estatuas

La globalización, que podría servir para extender el bien, la verdad y la belleza por el mundo, se utiliza a veces para igualar las chorradas más inimaginables. No tanto como la pretensión de Vox de que le hagan el test antidroga a los diputados en el Congreso, que hay que ver las cosas que se les ocurren a estos señores para espantar a su clientela, pero algo por el estilo. Por ejemplo, la extensión por todo el mundo de una ola a favor de la negritud, lo que me parece maravilloso, y en contra de la esclavitud, que fue abolida en España en el siglo XIX. Este fenómeno negativo de la globalización radica, como tantas otras incongruencias de nuestro tiempo, en el ansia de reescribir la Historia. A gusto del consumidor, naturalmente. ¡Qué me va usted a contar con la Memoria Histórica en España!

La muerte a manos de un policía del afroamericano George Floyd en Mineápolis ha desatado esta ola en todo el mundo. Y ha llegado a España, naturalmente. Donde a los antisistema les ha faltado tiempo para convocar manifestaciones contra la Policía, insultándola, vejándola, como en los peores momentos del 1-O de los separatistas catalanes. Como si fueran nuestros honorables cuerpos de seguridad los culpables de esa muerte de un afroamericano en Estados Unidos. Por cierto, es curioso cómo ya es políticamente incorrectísimo decir "negro". Los negros no existen. Si son de África son "subsaharianos"; y si de Estados Unidos, "afroamericanos". Cosa curiosa, porque, en cambio, no se dice "angloamericanos" o "eslavoamericanos" a los estadounidenses de raza blanca.

Como en este tipo de cosas nada termina donde acaba, lo que empezó como la protesta por lo que realmente era, cuanto menos un homicidio, ha terminado con esta ola mundial contra el esclavismo. Pero con carácter retroactivo. Y en efigie. Quiero decir, vengándose contra las estatuas de los que tuvieron algo que ver con la trata de negros. O llegando al ridículo, como en la plataforma HBO (que es del TBO), donde saben que han retirado por racista una obra de arte cual la película "Lo que el viento se llevó", sobre la Guerra de Secesión americana, en la que se luchaba precisamente contra los Estados esclavistas del Sur. O lo de Churchill, que demuestra hasta qué punto también existe la globalización de la ignorancia, porque a su estatua en Londres le pusieron una pintada llamándole "fascista", cuando fue preciosamente quien libró a Europa del nazismo de Hitler. ¿Y Colón? ¿De qué se vengan derribando o decapitando las estatuas de Colón? ¿De que la conquista española de América no exterminó las razas indígenas, sino que creó con ellas el fecundo mestizaje?

Aquí en Sevilla sabemos mucho de esto de vengarse contra las estatuas. Por razones innexplicables. Puro gamberrismo entre ellas. O antitaurinosmo. Raro es el día que no aparece el monumento a Curro Romero junto a la plaza de toros pintarraqueado o llamándolo de "asesino" para arriba. Y ni te cuento la escultura de la Duquesa de Alba en los Jardines de Cristina, que también recibe la visita de los del bote de pintura en mano. ¿Y Bécquer? ¿Cuántos asaltos incívicos habrá padecido Bécquer en su glorieta del Parque, que no acaban de restaurar el conjunto de Collault-Valera en torno al impresionante taxodio cuando viene otro gamberro y la emprende contra el monumento, o mutila las manos de una de las representaciones del amor? ¿Qué les ha hecho Bécquer a estos indocumentados? Pues lo mismo que Colón a los americanos. O que la Plaza de España a los gamberros. Aquí derribamos cada día la estatua de la armonía de hermosura de la monumental Plaza de España destruyendo las barandillas de sus puentes, sus balaustradas, sus bancos, su cerámica. ¿Qué le sacan a todo esto? Y eso que no se han enterado que Teresa Rodríguez la de Podemos ha pedido que desmantelen la estatua de Colón, para no quedar fuera de la moda globalizada. Ya estoy viendo que la destrucción absurda pasará pronto de la Plaza de España a los Jardines de Murillo, donde está el monumento a Colón, por esta moda mundial contra el descubridor. Si no ha pasado ya. Aquí nos hemos adelantado en esto de ir contra Colón. La destrucción y conversión en chatarra del famoso "Huevo de Colón" de San Jerónimo seguro que forma parte de esta globalización de la incultura y del desconocimiento. Y estoy viendo que, al modo de Teresa Rodríguez, ya mismito están pidiendo que al Paseo de Colón le quiten el nombre.

 

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