ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 30 de mayo  de 2021
                               
 

El relato

He fijado y dado esplendor a otra palabra, cada vez más usada por los políticos y los comentaristas de sus fechorías, a la que doy entrada inmediatamente en mi "Diccionario de Tertulianés": "El relato". Hasta ahora un relato era una narración, un cuento. Bueno, en parte sigue siéndolo. Sigue siendo un cuento. De Calleja. Hay mentiras, embustes y relatos. Relato es el argumento que se fabrica, fundamentalmente en la factoría de Iván Redondo y otras de su especialidad, para justificar lo injustificable, para dar razón de ser a lo que no tiene ninguna. Un relato, por ejemplo, es la justificación que viene haciendo el presidente Sánchez de los inminentes indultos de los políticos separatistas catalanes, presos con condena firme por malversación de fondos y por sedición, y pagar así una de la facturas que tiene pendientes desde que todos los anticonstitucionalistas lo apoyaron en su investidura. Ignorar los principios del Derecho Penal e inventarse eso de la "concordia" y presentar una sentencia judicial como "revancha" o "venganza" es el mejor ejemplo del relato que estamos escuchando en estas horas. Con el relato, como ven, se trata de hacer legal lo que hasta el Tribunal Supremo descarta como fuera de la ley y del espíritu de la Constitución, y todos califican de indignante.

En el relato de Sánchez se da por descontado que no es necesario que los indultados muestren su arrepentimiento. Se les iguala en este punto con los presos asesinos de la ETA que han pasado a depender de la jurisdicción del gobierno autonómico de las Vascongadas. Es más: lo más indignante del argumento del relato es que los futuros indultados han manifestado que lo volverán a hacer, y que ese es su objetivó: seguir trabajando desde su puesta en libertad para conseguir l amnistía y el referéndum de autodeterminación para proclamar la República Independiente de Cataluña. Con gran sentido del humor, Ángel Expósito, a quien escucho cada noche en "La Linterna" de la COPE, ha hecho una comparación muy acertada. Lo de los indultados que volverán a las andadas del 1-O es como si la Guardia Civil de Tráfico detiene a un coche que va a 150 por donde sólo se puede circular a 30, y mientras el agente le pone la multa y lo anota para quitarle puntos del carné, el conductor le dice:

-- Pues mire usted, señor agente, no se preocupe, que en cuanto me deje marchar, otra vez pondré el coche a 150 y no echaré cuenta ni a todas las señales de velocidad máxima de 90 que me voy a encontrar de aquí a Salamanca, donde voy.

Y a mí lo del relato del indulto a los que no muestran en absoluto su arrepentimiento, sino todo lo contrario, sus ganas locas de volver a las andadas, me recuerda la canción "Lola Puñales", de Quintero, León y Quiroga, que cantaba Concha Piquer: "Lo maté a sangre fría/por hacer burla de mí/y otra vez lo mataría/si volviera a revivir". Pues nada, estos volverán a revivir y están dispuestos a matar otra vez a la Constitución y a la unidad de España; y el relato de Sánchez está perfectamente tramado para justificar su indulto, diga lo que diga el Supremo.

 

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