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ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  22 de junio  de 2021
                               
 

Heliópolis

Como tantas otras veces, este artículo me lo da hecho mi querido y admirado Alberto García Reyes, correligionario del currobeticismo, en la muerte de Luis del Sol. Ya es premonición ponerle Heliópolis, "la Ciudad del Sol", al barrio en cuyo estadio iba a tener su trono don Luis del Sol Cascajares (Arcos de Jalón, Soria,1935- Sevilla,2021), donde la afición bética iba a consagrarlo como mito y símbolo de todos los valores del club, como si fuera una decimocuarta barra del escudo. El mito bético de quien logró el ascenso a Primera en Jaén y dio tantas tardes de gloria.

Heliópolis es un barrio con mucha y curiosa historia, a pesar de los pocos años que tiene. Sus chalecitos fueron construidos en vísperas de la Exposición Iberoamericana de 1929, según proyecto de los arquitectos Fernando de Escondrillas y Luis de Alburquerque. Aunque luego estuviera lejísimos del centro, quedaba a dos pasos de la Exposición, de sus pabellones de La Palmera, de las Delicias, del Sector Sur. Sus chalecitos fueron pensados para alojar al personal que iba a venir a trabajar en los pabellones extranjeros. Sí, algo así como Ciudad Expo fue con respecto a la Exposición Universal de 1992. No se llamaba inicialmente así. Eran los "Hotelitos del Guadalquivir". Y así continuó siendo llamado en la tablilla del tranvía que lo unía con la Plaza de San Francisco. Aquel tranvía que iba por detrás del Pabellón de la Argentina y paralelo al río, donde hacía un ruido de railes como con vocación de tren. Sus calles no tenían en principio nombre, sino sólo letras. Tanto es así, que la guasa se Sevilla le puso a Heliópolis "el lío padre", por lo difícil que era identificarlas. Pero eso ocurriò pasada ya la Exposición, cuando los chalecitos fueron vendidos o alquilados a sevillanos, yéndose allía vivir muchos funcionarios o los escritores Rafael Laffón o José Andrés Vázquez. Lo de "Heliópolis" también fue guasa de Sevilla: como no había crecido un solo árbol, hacía un sol abrasador, como ahora en la Avenida. Y el periodista Mariani le puso de broma "Heliópolis", Ciudad del Sol, por ese lorenzo abrasador, y "Heliópolis" se le quedó.

Heliópolis fue el paraíso de la clase media sevillana durante la República, y en muchos otros barrios hablaban de "los niños litris de Heliópolis". Llegaba hasta el Stadium de la Exposición, que fue el primitivo nombre del campo donde pasó a jugar el Betis, donde en la guerra estuvieron acuarteladas las tanquetas de Cuerpo de Tropas Voluntarias italianas (CTV). Antes de la guerra ya le pusieron nombre de países hispanoamericanos a las calles y al Stadium que el Ayuntamiento le había alquilado el Betis precisamente el 16 de julio de 1936 lo llamaron "Estadio Municipal Heliópolis", cuando don Luis del Sol tenía un año y su padre, maquinista de la MZA, se había venido a vivir al ferroviario Empalme de San Jerónimo. Nadie pensaba entonces que Heliópolis iba a ser la gloria de Del Sol, aquel niño en la Ciudad del Sol. Tan premonitorio como si el barrio de Nervión tuviera un nombre en griego o en latín que hablara de la Delantera Stuka, de Campanal, de Arza o de Araujo.

 

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