Rafael de León se murió con la pena de que Sevilla le reconociera como Hijo Predilecto y como el alcalde Uruñuela intentó en vano, por la oposición de socialistas y comunistas. Y tenemos ante nuestros ojos un caso parecido, y no hay derecho a que tenga el mismo final. Hablo del jerezano Manuel Álvarez-Beigbeder Pérez, Manuel Alejandro en la firma de miles de canciones que todos nos sabemos y que marcan la memoria de nuestra vida. Rafael de León y Manuel Alejandro. Traduzco: la copla y la canción. Traduzco: los dos más grandes autores andaluces de canciones. Traduzco: la belleza de la poesía cantada. Traduzco: la indiferencia de Andalucía hacia sus genios. Me sumo a Álvaro Zancajo, pidiendo para Manuel Alejandro la concesión del título de Hijo Predilecto de Andalucía el próximo 28-F. Tome nota, por favor, Juanma, que se lo pide otro hijo predilecto de Andalucía con siete mil millones de méritos menos que Manuel Alejandro.
Me ha confirmado bastante cómo es España cuando a Manuel Alejandro, que escribe canciones geniales desde que tenía pantalón corto, rama del tronco del músico y sinfonista jerezano Germán Alvarez-Beigbeder, lo han descubierto su Andalucía gracias a un programa de TV, a la entrevista de Pablo Motos en "El Hormiguero", donde se mostró libre y creadora su genialidad, su humor, su humildad, la inteligencia de nuestro universal compositor, que sin dárselas de poeta, con lo grandes que son sus versos musicados, se definió como escribidor de canciones. Como suele ocurrir en España con los "escribidores de canciones", a la fama y reconocimiento de la valía y el talento de Manuel Alejandro le ha hecho mucho daño una preposición. La preposición "de". Dice la gente que "Se nos rompió el amor" es de Rocío Jurado, que "Yo soy aquel" es de Raphael, o que "Hábleme del mar, marinero" es de Marisol, cuando no son "de", sino "para". Canciones compuestas por Manuel Alejandro para Rocío Jurado, para Raphael, para Marisol, como las he escrito para media nómina de los cantantes españoles e hispanoamericanos. Sólo esas canciones hubieran consagrado a cualquier autor, las ventas millonarias de sus discos.
Esas canciones por sí solas firman la petición lanzada por María Hernández, directora de Comunicación del Cartuja Center, y avalada y difundida por Álvaro Zancajo en su artículo. ¿Dónde hay que firmar? Pues no hay que firmar en ningún sitio. Ya Manuel Alejandro ha firmado todas las canciones de nuestra vida, que nos sabemos de memoria e ignorábamos que fuesen de él. Apunten en la Junta para el texto de su nombramiento de Manuel Alejandro como Hijo Adoptivo de la Andalucía donde sus versos han reverdecido lo mejor de la poesía neopopularista del 27: «Voy a perder la cabeza por tu amor», «Manuela», «Lo mejor de tu vida», «Te voy a dejar de querer», «Que no se rompa la noche», «Como yo te amo», «Si amanece», «Algo se fue contigo», «Hablemos del amor», «Mi gran noche»...¿Para qué seguir? Lo difícil no es enumerar sus canciones, sino que nos sepamos de memoria una canción que no sea de Manuel Alejandro.
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