ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 22 de febrero  de 2022
                               
 

Roma para Manolo Loreto

Sonaron ayer destemplados los tambores de la Centuria Romana Macarena. A Santo Entierro, no a recorrido para ir a recoger al capitán en la tarde del Jueves Santo a los alegres sones de "Abelardo". Ni, ya rayana la Madrugada para ir a postrarse, rancataplán, en San Lorenzo ante El que todo lo puede y hace llorar a las legiones de Roma. Ha muerto Manuel Loreto Bejarano. Ha muerto "Manolete" Bejarano, por cuyas venas corría sangre de Manuel Torre y del Niño Gloria y que tuvo militancia activa en la Centuria más de cuatro décadas, de 1963 a 2006. Armao de los pies de la cabeza, de la visera del casco a las sandalias. Único en el arte y en la gracia de rachear los pies al avanzar tras el paso del Señor de la Sentencia.

Yo estoy viendo ahora salir a la hermandad en un cancel con poca gente y menos famosos en el balcón del capiller, en aquellos años en que era capitán Antonio Ángel Franco "El Melli". Como en buen ejército, y la Centuria lo fue siempre de la Roma andaluza de la Esperanza, no había militar sin su apodo cuartelero. Sí, militar. El Melli hizo seria y disciplinada aquella Centuria aguardentosa, en la que entró de armao en la Gandinga un muchacho que era hijo de Manuel Loreto Gallardo y Concha Bejarano Ríos, apellidos macarenos y flamencos por los cuatro costados. Eran todavía los tiempos de las corazas "de castillas", las que había diseñado Juan Manuel Rodríguez Ojeda en persona. ¡Con qué arte llevaba la desnuda lanza al hombro aquel joven armao, que habría de hacer carrera de arte en la Centuria! Cómo saludaba a la gente por los Altos Colegios, por Ancha la Feria, o al pasar por la Plaza. Escuchaba el viejo piropo de las mujeres que veían pasar la cofradía desde las sillas que habían traído de su casa y plantado frente a Omnium Sanctorum:

--¡Óle los armaos guapos!

Andando el tiempo, ya con el teniente del Melli de Capitán, con José Fernández "El Pelao", Manolete Loreto hizo carrera en la Centuria. Llegó a escolta del alférez, el que portaba "el pájaro", o sea, el Senatus de la Centuria. Con razón le tocaban la Marcha Real al Senatus de la Centuria cuando salía de la Basílica acompañando al de la hermandad. Aquello sí que era Senado y Pueblo Macareno. Apunten el triunvirato que lleva el Senatus. Lo porta Ángel Delgado "Angelito", pescadero del mercado de la Encarnación. Y lleva de escoltas a Manuel Muñoz Mayoral "El Mono" y a "Manolete" Loreto, entrador de exquisiteces de pescado en El Barranco y en Marcasevilla. Nunca tuvo la Roma imperial triunvirato con más arte que este de la Legio Macarena. Manolete lleva por dentro el cante, las saetas. Cada paso suyo es como una saeta que la canta al Señor de la Sentencia. Por eso dejó la Centuria en 2006, incluso cuando estaba llamado a capitanías de esta Roma andaluza, para ser saetero. La flecha del macarenismo la llevaba clavada en su corazón, con tantas desgracias familiares, y ahora se le ha parado. Nos quedan su gracia, su arte, su genialidad. Hasta su foto en la portada de los libros de Derecho Romano. "Entre Esperanza y Sentencia" recordemos siempre a Manolete Loreto como uno de los más geniales armaos del Senado y el Pueblo Macarenos.

 

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