ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  5 de abril  de 2022
                               
 

Mañanas de candidatos

Una de las más inveteradas costumbres de la Semana Santa, en la que pocos se fijan, es la de visitar por las mañanas en sus templos los pasos de las cofradías que han de hacer estación de penitencia aquella tarde, incluidas las de Vísperas. Quienes gustan de observar detalles de los pasos y de las imágenes tienen una oportunidad única de verlos con pausa y sin prisas, sin bullas, sin masificación. Y para la mesa de las hermandades estas mañanas son como de recibir a los amigos. Allí están todos, del hermano mayor al último consiliario, para hacer los honores en nombre de la cofradía a los visitantes ilustres, que nunca faltan en este rito íntimo sevillanísimo. Un ramo de claveles rojos al Cristo y de flores blancas a la Virgen suelen ser la ofrenda que hacen los que de esta manera quieren acercarse a la hermandad para mostrarle su cariño y su admiración, resumida en la frase que más repetida estas mañanas: "Buena estación".

El arzobispo es el primero que cumple con esta tradición de visitas mañaneras a los templos. Lo cual, en días de muchas cofradías, y a veces tan distantes unos templos de otros, ora en pleno centro, ora en alejadas barriadas, es complicada tarea. Hombre, en un coche oficial, al que no le ponen pegas los policías municipales para pasar por cualquier sitio, no es problema. Lo malo es el que intenta verlas todas por las mañanas por sus propios medios, que los hay, los jartibles, que no se pierden en su visita detalle alguno de un respiradero repujado en plata ni potencia de Crucificado. Suele el señor arzobispo ir acompañado por el presidente del Consejo de Cofradías, que le presenta a los miembros de las juntas que no conoce. Miembros de las juntas que muchas veces tienen que estar en el templo hasta momentos antes de salir la cofradía a la calle, y vestirse allí mismo de nazarenos.

Pero como hay elecciones municipales y autonómicas a la vista, me pongo lo que sea a que este año a estas mañanas cofradieras no va a faltar un candidato. Especialmente don Antonio Muñoz, que está teniendo una rara habilidad de estar en todas partes (¿tendrá un doble?), y en los sectores que hasta ahora menos frecuentaba como teniente de alcalde Delegado de Hábitat Urbano, el mote que le han puesto al Urbanismo. Nunca Antonio Muñoz estuvo en tantos actos de las cofradías, de los toros, de la Feria, de las Academias, del cine, de la empresa, de los barrios más dejados de la mano de Dios. Y verán la cantidad de hermandades de las que salen ese día por la tarde van a visitar en sus templos. No soy un agente infiltrado del alcalde, líbreme el cielo, si digo que se está acercando con inteligencia a todos los sectores de la ciudad que antes no frecuentaba para que lo conozcan. Todo lo contrario de quien será su adversario, José Luis Sanz, que estaba muy bien de alcalde de Tomares, pero al que me da la impresión de que Sevilla le viene grande y que no lo conoce casi nadie. Todo el mundo sabe que Muñoz es el alcaldable del PSOE, pero casi nadie conoce a Sanz. Por mucho que también vaya iglesia por iglesia en las mañanas de Semana Santa para cumplimentar a las hermandades del día y por muy buenos que sean sus ramos de flores.

 

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