ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  7 de mayo  de 2022
                               
 

Irse el final de la Feria

A usted también se lo habrán dicho muchos a lo largo de la semana: "Nosotros la Feria la vivimos a tope, no salimos de ella. Pero el viernes, para descansar, nos vamos ya a la playa todo el fin de semana". ¿Cuántos serán los que se han ido ya, según prometieron, y no pisan la Feria en sus últimas horas? Digo yo que los fuegos artificiales del final de la Feria tienen que verse estupendamente desde Chipiona, por la gente que se va a la playa estos últimos días. Aunque creo que son unos antiguos, o unos conservadores de ritos, según se mire. Estos que se van los días finales de la Feria no pegan con el actual calendario de sábado a sábado, y con su día de fiesta local al comienzo, coincidiendo con el puente del Primero de Mayo y con la fiesta local del 2 de Mayo en el AVE, digo, en Madrid, causa de las grandes aglomeraciones, de los grandes colapsos, que en muchas casetas hasta se terminó la menzanilla, que ya es decir, con lo bien que distribuye Sanlúcar su vino por la Feria, echándole la pata a Jerez en su antiguo monopolio.

Digo que son unos antiguos porque esto de irse a la playa al final, hartos ya de Feria, se estilaba cuando era de martes a domingo, y en los últimos días, no sé por qué, solía coincidir con el puente de los forasteros que la empeteban. La gente se quitaba de enmedio para evitarse las aglomeraciones, que este año les han cogido por todo el bebe.

--¿Qué bebe?

-- Rebujito, ¿qué voy a beber?

Lo más bonito del actual calendario es que la Feria taurina sigue acabando con algo tradicional. Antes, cuando terminaba en Domingo y estaba después la absurda fiesta del Lunes de Resaca, que hacía pensar que los sevillanos no sabíamos beber y cogìamos unas tajás tan grandes que necesitábamos todo un día de descanso para que se nos pasara la boli, en ese día festivo ya sin Feria era tradicional que las corridas de toros del abono terminaran con los pedrajas de Guardiola. Ya saben, aquellos toros que se arrancaban tan de largo al caballo que era un espectáculo. A veces los ponían en suerte en la calle Antonia Díaz, para que se arrancaran desde allí. Ya no hay ni Lunes de Resaca ni Lunes de Guardiola. Ahora tenemos como tradición de los toros el Domingo de Miura ya "sin farolillos" de verdad, que tiene mucho de homenaje histórico al hierro de la A con asas que pasta en Zahariche y donde se cuidan las tradiciones del campo bravo como en un conservatorio. Pero ni por los Miuras se quedan los que están deseando largarse para descansar de tanta Feria. Sobre todo si han tenido invitados. Ah, los invitados. ¡Cómo viste socialmente tener invitados en Feria! Yo creo que muchos se los inventan, por el buen tono que da eso de decir: "Perdona que no vaya, pero tengo aquí a unos mexicanos y he quedado en recogerlos en el Alfonso XIII. Luego, si acaso, nos pasamos por tu caseta". ¿Y los que piden prestado un coche de caballos porque tienen aquí invitados? Estos son los que más se quitan de enmedio en estas horas finales de la Feria, por el antiguo rito. ¡Se acabaron los AVE en doble composición!

 

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